Personalidades académicas, jurídicas, sanitarias, políticas y sociales de Brasil lanzaron una campaña para despenalizar el consumo de drogas, por el que van a prisión en este país decenas de miles de personas que no son narcotraficantes.
La campaña “Ley de drogas: Es hora de cambiar”, fue lanzada por la Comisión Brasileña sobre Drogas y Democracia, que pretende recoger un millón de firmas para apoyar un proyecto de ley que será presentado al Congreso legislativo en la segunda mitad de 2013, de acuerdo con la agencia IPS.
El objetivo, al que se sumaron reconocidas figuras del teatro y la TV y que es apoyado por personalidades como el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), es cambiar la ley 11.343/2006, que establece la política antidrogas sin distinguir en forma clara entre usuarios y traficantes.
“Compré medio gramo de marihuana para uso personal y me agarraron. Como soy habitante de una favela (barrio marginal), me llevaron (preso) como traficante… Como en Brasil no se puede esperar el juicio en libertad, pasé meses en la cárcel”, dice en una de las cuñas televisivas divulgadas desde el lunes 9, el actor de telenovelas Felipe Camargo, interpretando el caso real de un mensajero.
“¿Es justo eso?”, se pregunta el joven. Hay otras historias verídicas: una prostituta que fue presa porque un cliente dejó rastros de droga en su cuarto; un hombre detenido porque encontraron un polvo en su casa que, después se comprobó, era levadura.
Desde que entró en vigencia la ley, la cantidad de detenidos por posesión de drogas se duplicó en este país.
El consumo de drogas “no puede tener relación con la represión, la cárcel y la policía… sino con la educación, la salud y la solidaridad”, subrayó en el lanzamiento de la campaña el diputado Paulo Teixeira, del gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que presentará la iniciativa de reforma legal en el parlamento.
“La idea central es despenalizar la tenencia y el uso de drogas”, subrayó.
Entre otros cambios, la iniciativa propone transferir la política de drogas del área de seguridad pública hacia las de salud y asistencia social; despenalizar el uso, al establecer diferencias claras entre consumidor y traficante, y garantizar el tratamiento de calidad para los drogodependientes, incorporando redes de apoyo y familias a la oferta de una atención integral a la adicción.
Un cuarto de la población carcelaria de Brasil -la cuarta más numerosa del mundo detrás de las de Estados Unidos, Rusia y China- está relacionada con las drogas. Este país de más de 192 millones de personas tiene 258 reclusos por cada 100,000 habitantes.
Mientras la cantidad de reclusos se triplicó en los últimos 15 años, la de detenidos por tráfico experimentó el mismo ritmo de aumento en apenas un lustro, comparó la especialista en violencia Julita Lemgruber, directora del Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadanía de la Facultad Cándido Mendes.
La iniciativa legal de Brasil se basa en parte en el modelo de despenalización que adoptó Portugal. En ese país europeo mejoró el combate al crimen organizado, cayó en forma drástica la cantidad de muertes relacionadas con drogas, y no solo no creció el consumo, sino que se redujo entre los más jóvenes, explicó Abramovay a IPS.
Fuente: Inter Press Service