El ex jefe de la Policía Nacional de Guatemala, Erwin Sperisen, El Vikingo, es señalado por presunta participación en ejecuciones extrajudiciales. Establecido en Suiza desde 2007, no puede ser extraditado al país centroamericano, pero Ginebra se encarga del caso.
La violación de los derechos humanos en Guatemala durante la década pasada adquirió en los últimos días una actualidad particular a raíz de la detención el 31 de agosto en Ginebra de Erwin Sperisen.
Sperisen, doble ciudadano suizo-guatemalteco, ocupó durante tres años la jefatura de la Policía Nacional Civil de aquel país centroamericano y es acusado por diversas instancias, incluida una Comisión de la ONU, por actos ilegales de extrema gravedad durante su mandato (ver el video abajo).
La detención de Sperisen “es una prueba clara de que la justicia no conoce fronteras”. También demuestra que con la cooperación de autoridades judiciales de todo el mundo se puede conseguir “que los presuntos responsables penales de cometer graves violaciones de los derechos humanos rindan cuentas”, enfatizó a swissinfo.ch Alma Noser, responsable para América Central en la sección helvética de Amnistía Internacional.
Noser subraya además que “la detención de Erwin Sperisen en Suiza debe ser una advertencia clara para quienes creen que su posición, estatus o el hecho de poseer doble nacionalidad les permitirá eludir la justicia”.
La representante de Amnistía Internacional expresa la enorme satisfacción por la detención del ex jefe policial, considerándola como un logro del trabajo de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Amnistía Internacional Suiza había denunciado este caso en septiembre del 2010 junto con la organización TRIAL (Track Impunity Always).
Previo a la detención de Sperisen en Ginebra, las autoridades españolas habían capturado al ex ministro del Interior de la época, Carlos Vielman, en octubre del 2010 y Austria hizo lo mismo en mayo del 2011 con Javier Figueroa, otros de los acusados, actualmente bajo custodia mientras prosigue la investigación.
Violaciones a Derechos Humanos
El ex jefe de la policía guatemalteca fue detenido el 31 de agosto en Ginebra, Suiza, luego de haber gozado de libertad total en los últimos cinco años.
Un tribunal de la misma ciudad decidió la primera semana de septiembre prolongar por 90 días su detención provisoria en el penal ginebrino de Champ- Dollon, con régimen penitenciario común.
Desde hace ya varios años algunos dirigentes políticos suizos así como asociaciones helvéticas de solidaridad con Guatemala y de derechos humanos habían denunciado públicamente a Sperisen sin que hasta el presente fueran escuchados por las autoridades judiciales.
“El Vikingo”, tal como se conocía en Guatemala a Sperisen, es acusado por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CIIG) y por la justicia local de haber sido uno de los jefes de los escuadrones de la muerte que operaron en el país centroamericano entre julio del 2004 y marzo del 2007.
Dicha Comisión es un organismo que fue establecido conjuntamente por las Naciones Unidas y Guatemala en el 2007. La Comisión denunció recientemente la existencia en esos años de un “Grupo Criminal Autónomo” integrado por 19 personas que operaba con total impunidad.
Todos eran funcionarios de los servicios de Seguridad del Estado o fuerzas aparentadas y habrían implementado ejecuciones extra judiciales de prisioneros.
El grupo estaba encabezaba por Carlos Vielman; el antiguo candidato a la presidencia Alejandro Giammattei – en la época jefe de prisiones- y Erwin Sperisen, al frente de la policía y ahora detenido en Ginebra.
Hijo de un notable guatemalteco –Eduardo Sperisen, embajador de su país ante la Organizacion Mundial del Comercio-, “El Vikingo” vivía desde 2007 en Ginebra a donde había huido desde Guatemala aprovechando su condición de doble ciudadano. Militaba políticamente, en forma pública, en el Partido Evangélico Suizo.
La masacre de Nueva Linda
Entres los hechos imputados a Sperisen y su grupo se encuentra la masacre de una decena de campesinos en la comunidad Nueva Linda en agosto de 2004, un mes después de su nominación a la jefatura policial.
En octubre del 2005, luego de la evasión de 19 presos de la cárcel «Infiernito», Sperisen y sus colegas implementaron el Plan Gavilán con el objetivo de atrapar a los evadidos y ejecutarlos, disimulando pruebas. Tres de los recapturados corrieron esa suerte.
Un año más tarde, Erwin Sperisen intervino en la prisión de Pavón para retomar el control del centro en mano de los presos. La intervención se saldó con la ejecución extrajudicial de siete detenidos, acción maquillada para justificar el uso de la fuerza.
En marzo del 2007 Sperisen debió renunciar a su cargo dado que el cuerpo policial que dirigía se vio involucrado en el escándalo resultante del asesinato en Guatemala de tres diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano.
Dado que Sperisen cuenta con la doble nacionalidad, Suiza no acepta la eventual extradición a Guatemala para su proceso. Pero los últimos pasos dados por la justicia helvética parecen expresar la decisión de tratar a fondo el expediente en curso por violaciones de derechos humanos imputadas al “Vikingo”.
– Sergio Ferrari, swissinfo.ch