Cada cierto número de años, el doctor Leonardo Fernández viaja a una nación afectada por un desastre natural, por agitación política o por una enfermedad. Deja su hospital en el este de Cuba para ir a naciones como Pakistán, Nicaragua y Timor Oriental.
El martes, el especialista en cuidados intensivos se dirigía al corazón de la epidemia del ébola junto con otros 90 trabajadores de la salud cubanos como parte de una vieja estrategia que pone a los médicos al frente de la política exterior de la isla de 11 millones de habitantes.
Los 91 médicos y enfermeros van a Guinea y Liberia a sumarse a los 165 que ya se encuentran en Sierra Leona, lo que hace de Cuba uno de los países que más contribuyen con personal médico a la lucha contra el ébola.
Ese compromiso generó raros elogios de Estados Unidos y centró la atención mundial en el singular programa de diplomacia médica de Cuba, que despliega ejércitos de doctores para ganar amistades en el extranjero y más de 6 mil millones de dólares anuales en divisas.
Cuba tiene más de 50 mil trabajadores de la salud en más de 60 países, muchos en naciones como Brasil, que pagan cientos de millones al año por sus servicios. Otros están en misiones humanitarias que generan buena voluntad en el extranjero y apuntalan los esfuerzos de Cuba para presentar su sistema médico como uno de los éxitos más grandes de una economía socialista devastada por bajo crecimiento, escasez y falta de inversión.
“Cuba es un peso ligero que boxea en la categoría de superpesados precisamente por su política exterior y su cooperación internacional”, dijo John Kirk, presidente de estudios latinoamericanos en la Universidad Dalhouse, de Canadá, y experto en misiones médicas cubanas. “Esto es parte del ADN político cubano”.
A pesar de una reciente serie de aumentos salariales, el sueldo de la mayoría de los doctores cubanos no supera los 75 dólares al mes, menos que muchos trabajadores de turismo o de otros sectores que atraen divisas extranjeras. Las misiones al extranjero casi uniformemente brindan la oportunidad para ganar algo extra, en muchos casos lo suficiente para comprar una casa más grande o un auto nuevo.
Los detractores del gobierno cubano lo han acusado anteriormente de explotar a los médicos al darles sólo una magra porción del dinero que se paga por sus servicios, y de enviar la mayor parte a las arcas nacionales.
Pero aquellos que creen fuertemente en la ideología de la isla dicen que una misión al extranjero es fundamental para la identidad de un trabajador del sector salud.
“Eso va en la formación que tenemos los médicos cubanos. Cuando se piden voluntarios para cualquier situación, la que sea, generalmente la mayoría de los profesionales levantamos nuestras manos”, dijo Fernández. “Es un compromiso con África, es un compromiso con este Estado que nos ha formado bajo este concepto de altruismo, voluntariedad, humildad”.
Los médicos del pequeño grupo que dio entrevistas a la prensa extranjera en Cuba el martes se negaron a discutir detalles de su compensación. El director del Instituto de Medicina Tropical que los capacitó dijo el viernes que recibirían su salario normal del gobierno cubano más un estipendio “per diem” de la OMS.
La mayoría de los voluntarios, todos hombres, tienen al menos 20 años de experiencia, han completado varias misiones en el extranjero y son casados con hijos, los cuales son en su mayoría adultos que trabajan también en el sistema de salud cubano.
“Conversé con mis tres hijos, sabemos el riesgo que vamos a correr”, dijo el enfermero Luis Alberto Pérez López. “Tenemos un compromiso con la revolución y con nuestro comandante en jefe, y estaremos aquí dentro de seis meses con la misión cumplida”.
La primera misión médica de Cuba fue enviada en 1960 en respuesta a un terremoto en Chile. Cuba ofreció enviar miles de médicos a Estados Unidos para ayudar tras el paso del huracán Katrina, pero Washington rechazó la oferta.
El viernes en Washington, el secretario de Estado John Kerry dijo que los médicos cubanos son un ejemplo mundial de contribución a la lucha contra el ébola.
Fernández dijo que se ofreció como voluntario para la misión contra el ébola un día después que su hija, una tecnóloga médica, hiciera lo propio pero fuera rechazada. Hasta ahora Cuba no está enviando mujeres a combatir el ébola.
“Si decimos que vamos sin miedo es mentira, miedo todos tenemos”, dijo Fernández. “¿Que cree que su papá a va a decir que no? Qué motivación más”.
Las autoridades cubanas anunciaron inicialmente que enviaría 461 médicos a África. Iliana González, directa de capacitación de la Unidad Central de Capacitación Médica que ayudó a preparar el contingente contra el ébola, dijo el martes que la cifra de personal médico enviado a África se mantendrá en 256 hasta que haya suficiente infraestructura para dar cabida al resto.
Dijo que muchos de los médicos recibieron semanas de instrucción en equipo y medidas de protección. Una vez en África, los cubanos recibirán otras tres semanas de capacitación antes de trabajar en el terreno. Estarán en cuarentena en África al final de su misión antes de regresar a Cuba.
Fuente: AP