Un gigantesco iceberg de unos 97 kilómetros bloqueó el acceso de los pingüinos Adelaida a su lugar habitual de comida en la bahía de Commonwealth en la Antártida, causando la muerte de unos 150 mil ejemplares, advirtieron los investigadores.
Desde que el iceberg se encuentra en la zona donde está instalada la colonia de pingüinos, en el cabo Deninson, una punta rocosa de la bahía Commonwealth en el este de la Antártida, las aves se han visto obligadas a desplazarse hasta 60 kilómetros para poder alimentarse.
El iceberg, bautizado como B09B, fue detectado en 2010. La colonia de pingüinos, que contaba con una población de 160 mil ejemplares en 2011, se vio diezmada hasta unos 10 mil, afirmaron investigadores del Centro de Investigación del Cambio Climático de la Universidad de New South Gales en Australia y la fundación neozelandesa West Coast Penguin Trust, en un estudio publicado en la revista Antartic Science.
“Es desgarrador ver el impacto del hielo permanente en los pingüinos”, afirmó la profesora Kerry Jane Wilson, de la organización West Coast Penguin Trust y autora principal de la investigación, en un comunicado. “En los últimos cinco años, los cambios en esta área generados por el iceberg B09B han llevado a un declive importante en el número de pingüinos Adelaida y al fracaso catastrófico en su reproducción”.
Los normalmente ruidosos y agresivos pingüinos Adelaida estaban tan afectados “que apenas se dieron cuenta de nuestra intrusión en su reino. Era muy triste caminar entre miles de crías congeladas de la temporada anterior y cientos de huevos abandonados”, continuó Wilson.
Los investigadores atribuyen el descenso a la necesidad de viajar enormes distancias para encontrar comida y advierten que la colonia podría desaparecer completamente en los próximos 20 años.
La presencia de otra población de pingüinos que se estaba expandiendo a tan sólo ocho kilómetros de dónde se encuentra el iceberg convenció a los científicos que la presencia de la gigantesca masa de hielo era la causa de la muerte de los animales. Los científicos señalaron que el iceberg había comenzado a romperse durante el último año, lo que supone buenas noticias para los pingüinos.
Sin embargo el estudio del efecto de los cambios producidos observados “nos ayuda a entender mejor los impactos de estos sucesos tan grandes en los frágiles ecosistemas del Antártico”, concluyó Wilson.
Fuente: AP