El gobierno americano, sin embargo, sostiene que no tiene planes de retirar los sistemas secretos de vigilancia
El gobierno del presidente Barack Obama enfrentó el lunes nuevas críticas en el país y el extranjero por los programas de vigilancia electrónica que le siguen la pista a los teléfonos y los mensajes de internet en todo el mundo con la esperanza de evitar ataques terroristas.
Sin embargo, un alto funcionario de inteligencia dijo que no hay planes de cancelar dichos sistemas secretos de vigilancia.
Los programas que han causado tanto rechazo a nivel mundial fueron revelados por Edward Snowden, de 29 años y ahora ex empleado de la empresa contratista Booz Allen Hamilton. Snowden, cuya identidad fue revelada a petición propia, huyó a Hong Kong con la esperanza de no ser encausado penalmente.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado y quien apoya esa vigilancia, acusó a Snowden de cometer “un acto de traición” y dijo que debe ser enjuiciado.
Los líderes europeos, pasmados por las revelaciones de un extenso programa de vigilancia de Estados Unidos que incluyó a sus ciudadanos, exigieron ayer más información del gobierno estadounidense y afirmaron que discutirían maneras de reforzar sus ya rigurosas leyes de privacidad.
Y en Gran Bretaña, donde las agencias de inteligencia han tenido durante mucho tiempo una cooperación sólida con sus homólogos estadounidenses, un alto funcionario trató ayer de contener el potencial escándalo, al exponer ante el Parlamento que la asociación con EU no había sido utilizada para eludir las leyes británicas.
La canciller alemana Angela Merkel se comprometió a plantear la cuestión cuando se reúna en Berlín con el presidente Obama la próxima semana, manifestó un portavoz, y otros funcionarios alemanes indicaron que estaban preocupados por el aparente monitoreo de sus ciudadanos.
Altos funcionarios de la Unión Europea también aseguraron que presionarían al gobierno de EU sobre la cuestión en reuniones bilaterales durante esta semana.
Y en Washington, varios legisladores dijeron que estudiaría de nuevo formas en que puede mantenerse la seguridad de Estados Unidos sin abandonar las protecciones a la privacidad que según los críticos pudieran ser vulneradas dada la autoridad del gobierno de recolectar una enorme cantidad de comunicaciones personales.
“Hay muy poca confianza en el gobierno y es por una buena razón”, dijo el representante demócrata Adam Schiff, miembro de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes. “Somos nuestro peor enemigo”.
El senador independiente Angus King, miembro de la Comisión de Inteligencia del Senado, dijo que está estudiando cómo el Congreso puede limitar la cantidad de información que recopilan los organismos de inteligencia de manos de compañías telefónicas y de internet, incluida la restricción de la información que se pueda entregar sólo cuando se pruebe que es necesario.
“Es un poco inquietante que el gobierno tenga en sus manos esta cantidad masiva de información”, dijo King.
Un alto funcionario federal de inteligencia dijo que no hay planes para cancelar los programas que, a pesar del rechazo, siguen contando con un respaldo amplio, aunque cauteloso, del Congreso. El funcionario habló a condición de no ser identificado porque no está autorizado a discutir un asunto de seguridad tan delicado.
Uno de los programas de la NSA recopila cientos de millones de registros telefónicos en Estados Unidos en busca de posibles vínculos con objetivos terroristas en el extranjero. El otro le permite al gobierno tener acceso a nueve compañías estadounidenses de internet y recopilar todas las comunicaciones para detectar comportamientos sospechosos que comiencen en el extranjero.
Fuente: AP y The Washington Post