Alemania obligará a todos los viajeros a hacerse un test PCR negativo al llegar al país desde cualquier lugar del mundo, aunque no sea considerado zona de riesgo. Además, establece un confinamiento estricto durante cinco días en Semana Santa. Así lo han decidido este lunes el Gobierno central alemán y los 16 estados federados, en una reunión que duró cerca de 11 horas. “Tenemos una nueva pandemia con la propagación de la variante británica”, alertó la canciller Angela Merkel.
La incidencia acumulada de los últimos siete días se situó el lunes en los 107,3 casos por cada 100.000 habitantes, cuando el 15 de febrero era de 58,9 (tras los 197,6 del 22 de diciembre). En las 24 horas previas se registraron en el país 7.709 positivos y 50 muertos. Más de 3.000 personas se encuentran ingresadas con covid-19 en UCIs.
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Para hacer llegar la orden, la canciller Angela Merkel convocó una rueda de prensa que comenzó apenas unos minutos antes de las 3 de la madrugada. Y debido al horario tan poco habitual, fue al grano y comenzó: “Desaconsejamos todos los viajes al extranjero, en general todos los viajes que no son estrictamente necesarios”
Además, agregó que el país se debe preparar para los días de vacaciones: “Vemos la intensidad del crecimiento exponencial y creo que los días extra de Semana Santa serán una contribución a los esfuerzos para controlar la pandemia”.
Por otro lado, la canciller ha admitido que “ahora estamos en una situación muy grave” y que ese es el motivo por el cual “era absolutamente imprescindible emplear el freno de emergencia”.
Por último, Merkel destacó la importancia de no “sobrecargar el sistema sanitario”. “Tenemos una nueva pandemia con la propagación de la variante británica”, señaló la gobernante alemana e indicó que esta mutación es “más mortífera, más infecciosa” y provoca convalecencias más prolongadas.
Fuente: 20Minutos/ EFE