La atención de las complicaciones médicas ligadas al sobrepeso y diabetes representan al erario público alrededor de 229 mil millones de pesos anuales, estimó el Observatorio Mexicano para la Adherencia del Tratamiento (OMAT).
“No existe en México otro problema de salud de mayor impacto económico y social que las complicaciones de diabetes y obesidad”, señaló su último reporte, el cual será entregado al equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, y que se basa esencialmente en una serie de recomendaciones para atender a los 12 millones de personas que ya tiene este padecimiento. Para el 2040 se estima que este número ascienda a 20 millones de mexicanos.
En la presentación del Primero Consenso de la Industria Farmacéutica para el Control de la Obesidad y la Diabetes, el Observatorio reconoció que el sistema de salud del país, público y privado, ha sido incapaz de enfrentar esta “catástrofe médica”, sino incluso lograr que los pacientes ya diagnosticados permanezcan con su tratamiento.
Carlos Escalante, presidente de la Asociación Mexicana de agencias de Publicidad Farmacéutica de México, y uno de los integrantes del Observatorio, señaló que con las siete recomendaciones que se proponen en el informe se puede reducir el costo de las complicaciones generadas por estas enfermedades crónicas, es decir, se podría ahorrar casi 28 mil 400 millones de pesos en un año.
Entre las complicaciones más comunes derivadas de la diabetes y sobrepeso, según el informe, son la insuficiencia renal, infartos, amputaciones de extremidades inferiores y pérdida de visión.
Las siete recomendaciones propuestas por el Observatorio son: enfocar a la obesidad y diabetes como una prioridad de prevención y atención del sistema de salud, una corresponsabilidad, y educación de la población mexicana en general; dirigir esfuerzos con prioridad y urgencia hacia los pacientes ya diagnosticas; promover el control de ambas padecimientos; definir la diabetes como asignatura en planes de estudio de la formación de médicos generales; realizar un diagnóstico oportuno obligatorio, así como un monitoreo adecuado de la diabetes; facilitar el acceso al estudio de hemoglobina glucosilada, y fomentar la personalización de la terapia a través de auto-monitoreo y gestión de sus datos.
Fuente: La Jornada
