El primer ministro italiano, Matteo Renzi, derrotado el domingo con un estruendoso referendo, se prepara a dar batalla política, tras renunciar oficialmente este miércoles ante el presidente.
Renzi formalizó su renuncia en el palacio del Quirinale ante el presidente, Sergio Mattarella, con quien conversó por unos 40 minutos.
Con su dimisión se abre una fase de negociaciones políticas que podría concluirse con la convocación de elecciones anticipadas.
Mattarella citó para el jueves los primeros representantes de los partidos políticos para buscar una salida a la crisis política.
“Nosotros no le tenemos miedo a nada ni a nadie. Si los otros quieren ir a elecciones (…) que lo digan, porque aquí la responsabilidad es de todos. El Partido Democrático no teme ni la democracia ni los votos”, advirtió Renzi ante los dirigentes de su partido, profundamente dividido por el referéndum sobre la reforma de la Constitución.
Renzi, quien anuncio su renuncia al cargo inmediatamente tras perder el domingo el referéndum sobre la reforma de la Constitución, aceptó permanecer unos días más en el poder de manera que el parlamento aprobara la ley de presupuestos para 2017, clave para la estabilidad económica del país.
El gobierno decidió pedir el voto de confianza este miércoles en el Senado para la ley de Presupuestos – aprobada ya por la Cámara de Diputados – para evitar toda modificación y agilizar el proceso. La ley fue sometida a un voto de confianza, que obtuvo 173 votos a favor, 108 en contra y ninguna abstención.
Mattarella se convierte ahora en el árbitro de la situación y el único con el poder de disolver el Parlamento, convocar elecciones anticipadas y nombrar un gobierno de transición.
Todo parece indicar que Renzi quiere salir rápidamente del limbo político en que se encuentra.
Transformar la derrota en victoria
La mayoría de la clase política pide elecciones anticipadas así como el nombramiento de un gobierno técnico con el fin de que se armonice la ley electoral, ya que la Cámara de Diputados cuenta con un sistema de votación diferente al Senado, lo que complica todo el escenario político.
Un enredo muy complejo sobre el cual deberá pronunciarse el 24 de enero la Corte Constitucional, instancia que tiene la última palabra.
“Elecciones ya o nos tomanos las calles para protestar”, amenazó el miércoles Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, el partido contrario a la inmigración.
La renuncia de Renzi no parece implicar su salida de escena y fuentes de prensa sostienen que tiene planes de futuro, convencido de que recibió el apoyo del 40% de los electores en el referéndum en que se encaró solo contra todos los partidos, un capital con el que cuenta para las elecciones anticipadas.
Según observadores, Renzi estaría impaciente de volver a la batalla política lo más rápido posible y espera que se convoquen elecciones para febrero o marzo después de que se apruebe una nueva ley electoral tras el fallo en enero de la Corte Constitucional.
Fuentes cercanas a la presidencia aseguraron que el presidente Mattarella quiere una transición ordenada, para lo cual considera indispensable leyes electorales uniformes para las dos salas del Parlamento, que mantienen el mismo poder para legislar.
El ambicioso Renzi, de 41 años, deberá enfrentar varios obstáculos, entre ellos su propio partido y sus diversas corrientes, irritadas con su estilo autoritario.
El PD, que tiene la mayoría del Parlamento, podría pedir elecciones anticipadas y en ese caso el presidente Mattarella tendría que convocarlas.
Fuente: AFP