En EU, algunos policías compran sus propias cámaras

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El impactante video tomado por una cámara corporal muestra cómo el sospechoso de asesinato carga contra el agente, y grita —e incluso implora— que abra fuego.

“¡Dispáreme!”, grita Michael Wilcox al agente que retrocede, y que mantiene al sospechoso a raya hasta que termina rindiéndose al llegar los refuerzos.

El video, que se ha difundido mucho, procede de la cámara corporal del agente Jesse Kidder. Las imágenes muestran no sólo la clase de situaciones de vida o muerte a las que se enfrentan los agentes cada día, sino también cómo algunos policías compran cámaras por su cuenta cuando sus departamentos no pueden hacerlo.

Aunque algunos cuerpos de policía de Estados Unidos se han mostrado reacios al empleo de cámaras, diciendo que estarían sujetos a una supervisión superior a lo razonable, está creciendo el interés en proporcionárselas a los agentes. Los estudios sobre su uso en Rialto, California, y Mesa, Arizona, mostraron un descenso drástico en las quejas de ciudadanos y en el uso de la fuerza por parte de los agentes.

En New Richmond, el pueblo de Ohio donde el autocontrol de Kidder ante un sospechoso peligroso atrajo un gran reconocimiento la semana pasada, el jefe de policía Randy Harvey dijo que el video muestra por qué le gustaría que todos sus agentes llevaran esos dispositivos. Pero tiene que encontrar la forma de pagarlos, un problema para muchos departamentos grandes y pequeños.

“Queda ahí para que lo vea todo el mundo, elimina cualquier pregunta o cuestionamiento o especulación sobre lo que ocurrió de verdad”, explicó Harvey, que ha sido policía durante más de tres décadas y dijo creer “de corazón” que la inmensa mayoría de los agentes actúa con un buen juicio similar.

Kidder había avistado al sospechoso en fuga y le siguió en su auto patrulla desde el pueblo de Ohio River, de unas 2.500 personas, hasta un suburbio en el este de Cincinnati. Sus compañeros le habían dicho que Wilcox podría tratar de forzar un “suicidio por policía” después de que su novia apareciera muerta. El tenso encuentro quedó registrado en una cámara que un familiar había regalado a Kidder tras las violentas protestas que estallaron el año pasado en Ferguson, Missouri, luego de que un joven negro de 18 años muriera baleado por un policía.

Ahora, cientos de departamentos prueban las cámaras y las compran, si es que pueden pagar cientos de dólares por cada dispositivo y los gastos adicionales que supondría. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado un plan de 75 millones de dólares para ayudar a que la policía compre 50.000 cámaras.

“Es sólo una salvaguarda extra para el público y un capa añadida de responsabilidad para nuestros agentes”, indicó el capitán Jim Sizemore, del departamento de policía del condado de Fayette, West Virginia. Sizemore entró en contacto con estos dispositivos cuando un agente llevó su cámara para documentar su trabajo y protegerse de falsas acusaciones.

Los resultados del agente impresionaron a sus compañeros, así que el comisario empleó el presupuesto de gastos discrecionales para comprar otras siete, y después las autoridades del gobierno local han acordado comprar 20 más. El departamento sigue trabajando en cómo controlar el almacenamiento de los datos y otros costes relacionados que pueden ascender a millones de dólares para departamentos grandes.

En Cleveland, donde la policía ha sido muy criticada por vecinos y autoridades federales por un uso excesivo de la fuerza, el jefe de policía Calvin Williams dijo el año pasado al consejo municipal que muchos agentes empleaban sus propias cámaras o celulares para grabar sus interacciones con el público. El consejo aprobó fondos para equipar a los agentes este año.

Pese a los beneficios aparentes de las cámaras personales, un estudio del Departamento de Justicia en colaboración con el Foro de Investigación Ejecutiva de Policía se inclinó por no permitir a los agentes que utilizaran sus propios equipos.

Las cámaras corporales proporcionadas por los propios agentes crean nuevos problemas, como la falta de control sobre el video, lo que incluye su posible edición o difusión pública, o la invasión de privacidad de los ciudadanos que son grabados.

Taser Internacional, fabricante de pistolas aturdidoras, ha visto crecer la demanda de sus sistemas de cámaras corporales y sus ingresos en ese campo casi se multiplicaron por tres en 2014. La firma dijo haber vendido 586 cámaras, aunque no podía aclarar cuántos compradores eran policías.

Kidder, que fue marine durante la guerra de Irak, dijo a WLWT-TV que quería estar “absolutamente seguro” antes de emplear fuerza letal contra Wilcox.

El sospechoso, de 27 años, está detenido en la cárcel del condado de Brown con una fianza de 2 millones de dólares. La policía también investiga su relación con otra muerte la semana pasada, pero aún no ha identificado a un sospechoso en el caso.

Fuente: AP

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