A poco más de un año de iniciar su administración y en un periodo de 10 meses, comprendidos entre julio de 2019 y marzo pasado, el único gobernador del partido Movimiento Ciudadano ha contratado una deuda que asciende a casi 22 mil millones de pesos y que se seguirá pagando durante 20 años, es decir, hasta 2039.
Por Arturo Rodríguez García/ Proceso
El pasado 6 de abril, días antes de que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, amagara con sacar a la entidad del pacto fiscal federal, registró un crédito ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por 600 millones de pesos.
Los 600 millones, último monto acumulado a la megadeuda de Jalisco, fueron contratados el 18 de marzo (aunque registrados ante la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas de la SHCP el 6 de abril), justo durante los días en los que Alfaro se ponía a la delantera de los gobernadores de oposición, señaladamente panistas, en la exigencia al gobierno federal para que adelantara medidas de contención ante los primeros casos de covid-19.
El mandatario jalisciense inauguró así, con declaraciones, las posiciones opositoras a la gestión de la emergencia, adelantando la suspensión de actividades escolares y calificando de absurda la medida anunciada por el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, y el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quienes fijaron como fecha de paro escolar el 20 de marzo.
En su cuenta de Twitter, Alfaro desafió aquel día: “Aún no hay ningún caso confirmado de #coronavirus en Jalisco, nada más que les duele que aquí sí tomemos las medidas preventivas”.
Sin embargo, fue el viernes 10 de abril cuando una declaración rebasó la simple exigencia de medidas y aun de recursos, al amenazar con romper el pacto fiscal federal.
“Nos sentimos muy orgullosos de ser mexicanos y de ser parte de una República. Pero ya basta de abusos. Nosotros compartimos la idea de que o se revisa el pacto fiscal o lo que va a generar este país es una realidad en la cual los estados que estamos aportándole más a la economía, tendremos que tomar una decisión en ese sentido”, dijo.
Incluso planteó que existía una ruta legal para hacerlo, dando a entender que el tema estaba estudiado e informaba que la postura tenía el consenso del empresariado jalisciense.
Los gobernadores de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas –el “Bloque del Noreste”– plantearon la revisión del pacto fiscal. El argumento es el mismo que han usado en los últimos 20 años, y en la reunión que tuvieron el viernes 10 lanzaron también su exigencia de revisión a ese pacto, aunque sólo el nuevoleonés coincidió con el de Jalisco. A ellos le seguirían los mandatarios emanados del Partido Acción Nacional (PAN) en exigencia de recursos.
Una reacción a eso, en Palacio Nacional, se planteó el 16 de abril. En su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso que tenía buena relación con todos los gobernadores y que las diferencias eran naturales, pero había coordinación. Luego hizo una serie de “recomendaciones de manera respetuosa”:
“Que no, a la primera de cambio, recurran a créditos y se use como excusa la crisis (sanitaria y económica), porque no hemos dejado de enviarle a los estados sus participaciones; por eso, antes de recurrir al crédito, que hagan un esfuerzo de austeridad republicana, que le cueste menos al pueblo mantener al gobierno, esa es una fórmula, eso permite ahorros, y lo otro es que no haya corrupción”, expuso el mandatario federal.
El único que en esos días había endeudado a su estado era precisamente Alfaro. Y lo hizo en torno a las fechas de sus declaraciones más notorias: contrató el crédito por 600 millones (una obligación de corto plazo prevista para pagarse en un año) el 18 de marzo, con BBVA Bancomer, en el contexto de sus reclamos por adelantar medidas sanitarias, y lo registró en la SHCP el lunes 6 de abril, cuatro días antes de su amago de romper el pacto fiscal.
La megadeuda de Alfaro
En 15 meses el gobernador de Jalisco gestionó 11 créditos simples y la mencionada obligación de corto plazo, que en suma compromete a su estado con 21 mil 917 millones 361 mil pesos, la mayor parte a pagarse en 2039 pues, excepto los 600 millones más recientes, todo está comprometido a saldarse en 7 mil 300 días.
Un parámetro: la megadeuda de Coahuila, durante la administración de Humberto Moreira, fue un escándalo por solicitar créditos por 35 mil millones de pesos en seis años; Alfaro llevaba 15 meses en la gubernatura cuando ya acumuló casi los 22 mil millones mencionados.
El monto de la deuda alfarista, según información obtenida mediante una consulta al Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios, se contrató en un periodo de ocho meses, comprendidos entre julio de 2019 y marzo pasado, aunque en realidad la mayor parte fue firmada el 26 de julio de 2019, fecha en la que consiguió nueve contratos por un monto total de 19 mil 434 millones 780 mil 704 pesos.
Las cantidades e instituciones crediticias con las que Alfaro endeudó al estado el 26 de julio fueron distintas. El monto más alto fue de 5 mil 115 millones 348 mil pesos, que de cumplirse con los plazos fijados terminará de pagar en julio de 2039, esto es, 15 años después de que deje la gubernatura. Además de ese crédito, el mismo 26 de julio contrató también con Banorte otros 2 mil 300 millones de pesos.
El resto de los créditos se desglosan así: Dos créditos, uno por mil millones y otros por 2 mil millones de pesos con BBVA Bancomer. Otros 2 mil 500 millones con Banobras, misma institución con la que firmó otros tres créditos, uno por la misma cantidad, otro por 700 millones y otro más por 569 millones, para un total de 6 mil millones de pesos.
Un crédito más con Banco Santander, por 3 mil millones, fue el único que esa semana se firmó con tres días de diferencia, el 29 de julio.
En lo que va de 2020, el gobernador de Jalisco ya celebró tres contratos: uno por mil millones el 24 de enero con BBVA Bancomer; otro por 882 millones 581 mil pesos con Banamex en la misma fecha, y el ya mencionado de 600 millones, signado el 18 de marzo.
De acuerdo con el Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios vigente, de la SHCP, ocho créditos simples tienen como destino el refinanciamiento y tres son inversión pública productiva.
Los discursos y la deuda
La relación entre López Obrador y Alfaro ha sido conflictiva desde que éste decidió separarse del proyecto presidencial del primero y contender en oposición a Morena en Jalisco, en 2018.
El cruce de declaraciones ha sido persistente en diferentes momentos, pero la beligerancia con notoriedad nacional del jalisciense, ya en la gubernatura, ha ocurrido coincidentemente en las fechas en las que contrata deuda y en los registros de ésta ante la SHCP.
Por ejemplo, los nueve créditos contratados en julio de 2019 tuvieron como contexto la posición de Alfaro en desconocer la figura de los superdelegados, que venía esgrimiendo en diferentes momentos desde 2018, especialmente durante los días de aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Pero fue en julio cuando finalmente, tras la renuncia del superdelegado en Jalisco, Carlos Lomelí (empresario farmacéutico acusado de ilegalidades en proveeduría gubernamental, que contendió contra Alfaro por la gubernatura, abanderado por Morena), el mandatario estatal exigía sanciones –“ni perdón ni olvido”–, rechazando necesitar intermediarios con el gobierno federal.
Luego, los créditos contratados en enero fueron registrados el 11 de marzo ante la SHCP, justo en los días en que confrontaba al gobierno y descalificaba las recomendaciones de Hugo López-Gatell en torno a la fase 1 de la pandemia de coronavirus.
Finalmente, el ya mencionado crédito contratado en marzo se registró en la SHCP en abril, acompañado del amago de romper el pacto fiscal federal, una medida más discursiva que viable.
El fiscalista Marco Aurelio Núñez –consultado por la corresponsal de Proceso en Jalisco, Gloria Reza– consideró que se trata de una presión política, un amago, y desglosó las implicaciones:
Mencionó que, en el caso de Jalisco, en su Ley de Ingresos 2020 tiene un presupuesto de 123 mil millones de pesos; de esa cantidad, 58 mil 683 millones corresponden a participaciones y 33 mil millones a aportaciones, ambas federales.
Así, 50% del presupuesto de Jalisco proviene de participaciones federales. Si al mandatario estatal se le ocurrió, “en el calor del pleito político, decir que vamos a dejar el pacto, no está pensando” que dejaría de recibir casi 59 mil millones de pesos, y esa cantidad sólo podría reponerla con una enorme carga de impuestos locales, siempre y cuando lograra el proceso legislativo, esto es, la aprobación de los Congresos locales.
Fuente: Proceso/ con información de Gloria Reza