Por Federico Arreola
El pasado 27 de octubre en Playa del Carmen, municipio de Solidaridad, Quintana Roo, se entregaron los Reed Latino Awards 2018, es decir, premios a empresas de estrategia electoral, casas encuestadoras, publicistas, etcétera que hicieron algo sobresaliente en las elecciones presidenciales de este año.
Lo de menos son los premios. Lo relevante de la reunión es lo que se escuchó, en los pasillos, en las charlas informales entre tales profesionales:
1.- Estrategas electorales, casas encuestadoras y publicistas andan sin chamba de la buena, de la de antes.
2.- Ello porque el grupo político ganador, Morena, normalmente no utiliza asesores para sus campañas.
3.- Derrotados y, por esa razón, sin presupuesto priistas y panistas —que son los que más contratan a consultores especializados— han dicho a sus proveedores de estrategia política que por el momento no hay trabajo.
4.- Así que, por lo menos para pagar sus costos fijos, muchos de tales estrategas, casas encuestadoras y publicistas han aceptado trabajar —por honorarios reducidos, pero necesarios en esta temporada de vacas flacas— para grandes empresas y organizaciones empresariales en un proyecto único, que cada consultor desarrolla en forma independiente respecto de lo que hacen sus colegas: diseñar e inclusive ejecutar campaña sucias en redes sociales y aun en medios tradicionales de comunicación para exhibir las debilidades de Andrés Manuel López Obrador.
5.- Lo anterior explica la miserable, bastante pinche, absolutamente mierdera guerra sucia contra @lopezobrador_ solo porque el presidente electo anunció que ha tomado una decisión, que a mí me parece sensata: cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco para, en su lugar, hacer algo mucho más barato y eficiente, que es remodelar y ampliar el actual aeropuerto capitalino y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía.
6.- La guerra sucia empezó antes de que Andrés Manuel tomara su decisión, con la advertencia difundida en redes y en casi todos los medios tradicionales —la clásica profecía autocumoplida— de que Los Mercados iban a castigar a México si el presidente electo se atrevía a detener las obras en Texcoco. Los ataques buscaron también destruir al principal defensor del proyecto aeroportuario en Santa Lucía, Javier Jiménez Espriú, un ingeniero honorable y preparado que será el secretario de Comunicacions y Transportes en el gobierno de López Obrador.
7.- Resulta una pena que tanto los periodistas como las famosas calificadoras se estén prestando al inmoral juego que solo daña a México.
8.- Doblar…, en efecto, lo que buscan es doblar a López Obrador. ¿Debe rendirse? De ninguna manera.
9.- Con trabajo honesto, eficaz, además aliado de los hombres y las mujeres de negocios que no trafican influencias, con proyectos ejecutados patrióticamente —esto es, realizados nada más para servir a México, no para enriquecer a los políticos y a sus cómplices del sector privado—, el nuevo gobierno terminará por hacer entender a las calificadoras que ya no mandan en nuestro país, que se les respeta y se les reconoce en lo que valen, pero que no puede la Presidencia de la República doblegarse solo porque a alguien desde Nueva York o Londres, o donde quieran que las calificadoras operen, se le pega la gana arrodillar a toda una nación.
10.- Sin pleito, pero sin humillarse Andrés Manuel tiene que aguantar la borrasca, que pasará porque los fuertes vientos de este lunes no son un fenómeno natural, sino que han sido generados artificialmente por personas de mucho dinero y mucho poder que insisten en seguir viendo al presidente de México como uno de sus gerentes, algo que a partir del primero de diciembre próximo ya no será posible.
Fuente: SDP Noticias
