Emilio Lozoya Austin, exdirector de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), salió la noche de ayer martes 20 de febrero del Reclusorio Norte y continuará su proceso penal en libertad, con la única restricción de portar un brazalete electrónico con GPS que indique en todo momento a las autoridades su paradero.
Luego de estar poco más de dos años recluido, acusado de haber recibido sobornos de al menos 14 millones de dólares en los casos de Odebrecht y Agronitrogenados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Lozoya Austin abandonó la prisión oculto en una camioneta Toyota gris con vidrios polarizados, luego de que el magistrado Juan Pedro Contreras, del Tribunal Colegiado de Apelación en Materia Penal, le otorgó la libertad provisional por considerar que ya no existe riesgo de fuga del exfuncionario.
La Fiscalía General de la República (FGR) rechazó la medida judicial e informó en un comunicado de prensa que Lozoya Austin continuará el proceso por el caso Odebrecht en libertad y acusó a los jueces de tener un comportamiento sesgado, pues se han excluido las pruebas “obtenidas lícitamente” por la Fiscalía en Brasil (donde se sentenció a Marcelo Odebrecht, dueño de la constructora), y en Suiza (donde Lozoya abrió cuentas bancarias de empresas fantasma cuyo último beneficiario era él).
Además, la FGR afirmó que la liberación de Lozoya Austin es un privilegio injusto y desproporcionado otorgado por jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación.
“Emilio Lozoya Austin no ha ganado ningún juicio al que el Ministerio Público de la Federación lo ha sometido; y sólo ha obtenido de jueces y magistrados de la Federación, privilegios procesales totalmente injustos y desproporcionados”, indicó Manuel Granados Quiroz, quien se desempeña como fiscal de Asuntos Especiales de la FGR, quien leyó a las puertas del Reclusorio Norte la postura oficial.
FUENTA: FABRICA DE PERIODISMO
