Una subestructura en el interior de la pirámide de la Zona Arqueológica de Teopanzolco, en Morelos, fue hallada por expertos del INAH.
El sismo del 19 de septiembre pasado permitió el hallazgo, pues fue durante los trabajos de consolidación y restauración de la estructura principal de Teopanzolco —de las más afectadas por el sismo— que se descubrió el vestigio, informó Isabel Campos Goenaga, directora del Centro INAH Morelos.
La especialista afirmó, a través de un comunicado, que Teopanzolco, además de ser considerado uno de los sitios más importantes de los tlahuicas en la región, tras el hallazgo se ubica dentro de las primeras etapas de lo que posteriormente sería el periodo mexica.
En esta labor, encabezada por las arqueólogas Bárbara Konieczna, del Centro INAH Morelos, y Georgia Yris Bravo López, se descubrieron los muros del posible templo con una banqueta y restos de una pilastra estucada que sostenía un techo; al parecer, se trata de los vestigios de la primera etapa constructiva de la pirámide de Teopanzolco, cuya antigüedad podría corresponder al periodo Posclásico Medio (1150-1200 d.C.), de acuerdo con las características de su sistema constructivo.
“Ese hallazgo cambia la cronología de Teopanzolco, ya que primero fue construido el basamento descubierto y después, a imagen de ese tipo de construcción, se edificó el Templo Mayor en Tenochtitlan.
“No es que los mexicas hayan aportado ese estilo arquitectónico a esta región, al contrario, las construcciones tlahuicas los inspiraron para construir el Templo Mayor”, aseguró Konieczna.
Tras el sismo, la pirámide sufrió un considerable reacomodo del núcleo de su estructura. El daño más grave se situó en la parte superior, donde se ubican los templos de Tláloc y Huitzilopochtli; ahí, el piso entre ambos adoratorios se hundió e inclinó, lo que puso en peligro su estabilidad, indicó la arqueóloga.
Por su parte, Bravo López detalló que, aproximadamente a dos metros debajo del nivel del piso que actualmente tiene la parte superior de la pirámide, se localizaron los vestigios de la subestructura, cuyo patrón arquitectónico es muy similar al del templo actual: muros de doble fachada hechos de piedras alargadas, bien cortadas y lajas, recubiertas de estuco al exterior y una banqueta que no es continua.
Konieczna manifestó que el posible adoratorio hallado pudo estar dedicado a Tláloc —al igual que el ubicado sobre éste—, cuyo tamaño aproximado sería de seis metros de largo por cuatro de ancho, con la escalinata de acceso del lado oeste.
“Posiblemente, del lado derecho estén los restos de otro templo dedicado a Huitzilopochtli”, agregó.
La especialista mencionó que también se hallaron restos cerámicos y de un incensario con motivos tlahuicas, además de una importante cantidad de carbón que podría ser tanto de la actividad ritual que hubo en el templo, como de la posible destrucción del mismo para dar paso a la siguiente etapa constructiva, o tratarse de restos de algún desastre acontecido en el lugar.