La historia conoce varios casos de personas que lograron sobrevivir a sus ejecuciones judiciales. Alguna vez el hecho se debía a la incompetencia del ejecutor o el oportuno perdón del monarca. No obstante, algunos casos no gozan de una explicación razonable, por lo que a veces son considerados como “verdaderos milagros”. Los siguientes son los casos más conocidos.
Romell Broom, condenado por secuestro, violación y asesinato, se convirtió en la primera persona que sobrevivió a una ejecución por inyección letal en EE.UU. En 2009 los ejecutores durante dos horas trataron de encontrar una vena adecuada, pero no consiguieron. Finalmente, el hombre fue enviado a su celda. Todavía está vivo y espera al resultado de su apelación.
Fiódor Mijáilovich Dostoievski, famoso escritor ruso, fue arrestado y encarcelado el 23 de abril de 1849 por formar parte de un grupo intelectual bajo el cargo de conspirar contra el zar Nicolás I.
El 22 de diciembre, los revolucionarios fueron llevados al patio para su fusilamiento. Dostoyevski tuvo que situarse frente al pelotón e incluso escuchar los disparos con los ojos vendados, pero su pena fue conmutada a último momento por cinco años de trabajos forzados en Siberia.
Uno de los condenados y perdonados, Nikolai Grigoriev, se volvió loco tras el incidente. El escritor recreó lo que Grigoriev podría sentir en la novela El idiota.
En 1752, Ewan Macdonald tuvo una discusión con Robert Parker y lo apuñaló en la garganta. Macdonald fue declarado culpable de asesinato y ahorcado en Newcastle, Inglaterra. Su cuerpo fue transportado a una escuela de medicina local.
Los cadáveres de los criminales eran muy valiosos para los cirujanos, ya que se trataba de la única forma legal de estudiar anatomía. Tal vez eso explica por qué al encontrar a Macdonald vivo y sentado en la mesa de operaciones, un cirujano agarró un martillo y le golpeó la cabeza, terminando el trabajo del ejecutor.
Varios años después, el mismo cirujano murió de un tiro en la cabeza efectuado por su propio caballo.
Anne Greene tenía 22 años en 1650 cuando fue embarazada por el nieto de su amo. Ya que según las leyes del Reino Unido del siglo XVII, cualquier mujer soltera que ocultara su embarazo o el nacimiento de un niño muerto podría ser acusada de infanticidio, Greene fue condenada a muerte y ahorcada en el patio del castillo de Oxford.
Antes de la ejecución la joven había pedido a sus amigos que recogieran su cuerpo. Cuando empezaron a reanimarla, Greene despertó sana y salva. Tomando su ataúd como recuerdo, se instaló en otra ciudad, se casó y tuvo más hijos.
Maggie Dickson quedó embarazada mientras su marido estaba en alta mar. Fue ejecutada en 1724. Su familia reclamó el cuerpo.
Mientras llevaban a Maggie en su ataúd hacia el cementerio, se detuvieron al oír a alguien tocando en el interior del ataúd.
La joven se convirtió en una celebridad, apodada ‘Hangit Maggie’. Vivió otros 40 años, y hoy en día hay una taberna en su honor cerca en el lugar de su ahorcamiento.
Inetta de Balsham fue condenada a muerte por albergar a ladrones en 1264. Fue ahorcada y permaneció colgada varios días. Cuando le sacaron de la horca, aún estaba viva. Su tráquea fue descrita como “deformada y osificada”, por lo que nunca fue suficientemente apretada por la soga.
La supervivencia de Inetta de Balsham provocó el interés del rey Enrique III de Inglaterra, quien le concedió un indulto real.
Fuente: Actualidad RT
