Con sus menores ingresos en los últimos tres años, con fuertes compromisos de deuda que deberá pagar pronto y en medio del escándalo por posibles actos de corrupción, OHL México lucha por demostrar la transparencia en sus operaciones y mantener la confianza de los inversionistas. Su futuro está en juego…
Por José Roberto Arteaga
El escándalo que se cierne sobre OHL México podría sólo ser la gota que derrame el vaso para las finanzas de la firma. La empresa española tiene que demostrar la transparencia de su operación en el país para ganar confianza de los inversionistas antes de que sus vencimientos de deuda se cumplan.
“Hoy, la compañía tiene que hacer frente a ciertas obligaciones, es decir, intereses de deuda relacionados con los activos que ha puesto en operación, pero el flujo operativo que hoy generan no es suficiente para cumplir al 100% estos pagos que se deben hacer”, asegura Marco Medina, analista de Grupo Financiero Ve por Más.
OHL México tiene una deuda por 34,520 millones de pesos (mdp), un monto a largo plazo que se encuentra distribuido en distintos instrumentos financieros.
Durante 2014, OHL México tan sólo obtuvo ingresos totales por 16,911 mdp, una caída de 14.1% en comparación con el año previo, cuando sumaron 19,692 mdp. Estas cifras describen los altibajos que la firma ha tenido en los últimos cinco años en este rubro.
La utilidad de operación también muestra una caída de 9.6% durante el año pasado contra 2013, con un monto de 13,260 mdp.
La divulgación de los audios que muestran presuntos acuerdos entre los directivos de la constructora para cobrar sobrecostos en la construcción del Viaducto Elevado Bicentenario, en el Estado de México, hicieron que el gobernador de la entidad, Eruviel Ávila Villegas, suspendiera indefinidamente cualquier aumento en las tarifas de esta vía que OHL México opera. Un golpe bajo para la empresa que preside José Andrés Oteyza Fernández.
El año pasado, el Viaducto Elevado Bicentenario registró ingresos de operación por 466 mdp, mientras que su utilidad de operación, antes de otros ingresos netos más depreciación y amortización (UAFIDA), fue de 257 mdp, un aumento de 50%, de acuerdo con el informe anual 2014 de OHL México.
El futuro de la firma y sus operaciones en el país está en juego, así como de parte de la infraestructura en México. Conquistar la confianza de los inversionistas y del mercado es el reto que tiene por afrontar en medio del escándalo.
Historia controvertida
El pasado jueves 7 de mayo pudo haber sido un día sin mayores relevancias en las actividades de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), pero no fue así: las acciones de OHL México tuvieron una caída de 10.2%, mientras que los títulos del corporativo en la bolsa de España sufrieron un descalabró de 9.1%. Unas grabaciones difundidas por internet ponían en el ojo del huracán a la constructora.
Un video subido en YouTube el pasado 21 de abril da cuenta de las supuestas conversaciones entre Pablo Wallentin Crawford, representante de OHL México; Jesús Campos López, director técnico; José Luis Muñoz, director de Planeación Financiera, y José Andrés Oteyza, presidente del consejo de administración, en el cual se revela que la empresa cobraría sobrecostos en la construcción del Viaducto Bicentenario.
El saldo actual para la firma en México es una caída de 20% en sus títulos en la BMV, mientras que Pablo Wallentin renunció a su cargo la semana pasada.
Los títulos de la firma descendieron el jueves 0.44% en la bolsa de México a 24.89 pesos. Los escándalos no son una historia nueva para la firma española.
La historia de OHL data del 15 de mayo de 1911, cuando nació la Sociedad General de Obras y Construcciones Obrascón, adquirida por Juan Miguel Villar Mir y José Luis García Villalba en 1987.
Esta empresa constituiría una sociedad empresarial con la constructora Huarte y Lain para dar paso, en 1999, a la constitución de OHL.
Actualmente, el corporativo de OHL se encuentra presente en 30 países en los cinco continentes a través de varias divisiones: Concesiones, Construcción, Industrial, Servicios y Desarrollos.
El autor de la fusión que constituyó a OHL y presidente de su consejo de administración, Juan Miguel Villar Mir, ocupa el tercer sitio entre los hombres más acaudalados de España, con una fortuna de 5,400 millones de dólares (mdd). También está en la posición 259 de la lista de multimillonarios de Forbes. Una riqueza que se encuentra sólo detrás de la de Amancio Ortega, fundador de Inditex, con 69,400 mdd, y de la hija del fundador de la marca Zara, Sandra Ortega Mera, con 6,600 mdd.
Durante el último año, OHL tuvo ventas por 3,731 millones de euros, lo que se traduce en más de 4,534 mdd, de acuerdo con el tipo de cambio al pasado 31 de diciembre.
En los últimos meses, la firma Villar Mir ha sido acusada de haber efectuado aportaciones para financiar al Partido Popular, organización política a la que pertenece el presidente de España, Mariano Rajoy, para lograr concesiones de obras. Acusaciones que han sido negadas por el empresario.
De forma independiente a la operación de OHL, la empresa privada Grupo Millar Mir se ha constituido como el mayor productor independiente de energía hidroeléctrica en España, el mayor productor de metal de silicio, así como un importante productor de fertilizantes y desarrollador de bienes raíces.
OHL vuelve a estar en el ojo del huracán, pero ahora por su filial mexicana, que se ha convertido en un jugador estratégico en la construcción de infraestructura.
Negocio en consolidación
No sólo la construcción y operación del controvertido Viaducto Bicentenario son las apuestas que tiene OHL en México en el crecimiento de sus ingresos. La Autopista Urbana Norte en su tramo del Toreo hasta San Antonio, dentro del Distrito Federal, es una operación rentable para la firma. En 2014, la vía tuvo un tráfico medio diario de 44,000 vehículos, para totalizar ingresos por cuotas de peaje de 422 mdp.
Asimismo, la empresa opera la Supervía Poetas (Autopista Urbana Poniente), y mantiene una sociedad concesionaria de 49% en el Aeropuerto Internacional de Toluca, la cual tuvo un tráfico de 713,000 pasajeros.
En marzo del año pasado, OHL obtuvo la concesión para construir y operar la autopista de peaje que correrá desde Atizapán hasta Atlacomulco, en un trayecto de 74 kilómetros en el Estado de México.
La firma también desarrollará el libramiento elevado de Puebla, que contará con una longitud de 13.3 km, proyecto en que participa con la mexicana Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra) en una proporción de 51 y 49%, respectivamente.
Para Medina, de Grupo Financiero Ve por Más, la operación de OHL México es fácil de resumir: “El portafolio de OHL es de cuatro activos que se consolidan: el Circuito Exterior Mexiquense, el Circuito Bicentenario, Autopista Urbana Norte y Amozoc-Perote. Los demás tienen una participación de la que reciben un beneficio. Éste es el portafolio de la compañía junto con la participación en el aeropuerto de Toluca.”
La estrategia, antes de estallar el escándalo, era de decisiones acertadas que abonaban a la buena salud de la operación. “La compañía ha reflejado la fortaleza de sus activos ubicados en una zona en donde hay una densidad poblacional importante y donde circula la mayor parte del parque vehicular del país. Eso los ha beneficiado”, dice Marco Medina.
Sin embargo, la situación ha cambiado y el foco del negocio requiere no descuidar los compromisos financieros que tiene la empresa.
Nubarrones financieros
La deuda de OHL México no sólo es una preocupación local. La calificadora Moody’s puso en revisión la nota ‘B1’ de la española OHL , corporativo de OHL México, para una posible rebaja, tras la fuerte caída de las acciones de su filial local en las últimas sesiones y la posibilidad de que se incumpla un convenio por un crédito de 300 millones de euros.
“Tomará largo tiempo determinar si OHL es responsable por cualquier posible mala práctica. Sin embargo, Moody’s cree que este flujo de noticias negativo es dañino para la reputación de OHL en México y posiblemente haga más desafiantes sus negocios en el país”, dijo la calificadora.
Enrique Weickert, director financiero de OHL, ha dicho que la revisión que haga la calificadora no tiene un impacto en los contratos de financiamiento que están garantizados con los títulos de la emisora en el país, de acuerdo con la información difundida por Europa Press. Incluso, dijo que utilizaría las acciones de su filial en México para garantizar los compromisos de OHL a nivel global.
Mantener la operación del país es importante para la compañía. OHL planea que en 2020, 85% de su negocio se concentre en ocho países: Estados Unidos, Canadá, México, Chile, Perú, Colombia, España y República Checa.
“OHL México es una compañía que está en el proceso de consolidación de sus concesiones, ya que son proyectos que iniciaron en los últimos cuatro o cinco años”, dice Marco Medina, quien explica la importancia de mantener sus operaciones y buscar nuevos proyectos.
La firma ha trabajado en aplazar los periodos de vencimiento de su deuda y seguir operando, agrega el analista.
En este sentido, Medina cataloga como apropiado el acuerdo de la filial mexicana con Global Infrastruture Fund (IFM) para la venta de 24.99% de capital social de Organización de Proyectos de Infraestructura (OPI), así como de 24.99% del capital de OPCEM, subsidiaria de reciente creación que es encargada de la operación y mantenimiento de Concesionaria Mexicana, una operación por 8,777 mdp.
Forbes México solicitó la opinión del corporativo de OHL en España y México, pero hasta al cierre de esta edición no se recibió respuesta.
Se cimbra el sector
Los planes para el sector de infraestructura eran atractivos al inicio de este año. Sin embargo, la caída en los precios del petróleo han traído consigo los ajustes a los presupuestos gubernamentales y del ejercicio para infraestructura.
“Antes que se dieran a conocer todos estos temas, la expectativa hacia el sector infraestructura era favorable, expectativa que se ha ido desvaneciendo. De cierta manera, se frenan los planes tan ambiciosos que había del sector en donde se hablaba de una inversión récord del orden de 7,000 mdp (se preveían en el inicio de esta administración)”, dice Medina.
El recorte al gasto público que se anunció para este año, por 124,300 mdp, podría ser mayor para 2016, de acuerdo con el analista de Ve por Más, lo que podría afectar aún más los planes de infraestructura.
Este panorama se vuelve más complejo cuando una empresa como OHL podría detener su actividad en la licitación de nuevos proyectos.
Por ahora, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) confirmó el pasado 14 de mayo que realiza una investigacióna OHL para verificar el cumplimiento de la emisora con lo dispuesto en la Ley del Mercado de Valores, una acción que intenta proteger los intereses de los inversionistas y del mercado.
“La compañía está tomando medidas para dar certidumbre a los inversionistas y están trabajando en mejorar sus estructura de gobierno corporativo”, asegura Medina.
Para Marco Medina, las próximas decisiones de OHL México serán ante la velocidad de las investigaciones. El daño sobre la empresa, opina, aún no termina: “Probablemente (el escándalo) seguirá generando cierta presión en el corto plazo.”
Fuente: Forbes