Por Mariana Aguilar Tiquet
Desde que somos pequeños se nos enseña que no debemos decir groserías. Que debemos aprender a respetar a los demás, a ser tolerantes y sobre todo a ser educados. Sin embargo, desde que tenemos pocos años de vida escuchamos esas palabras concisas y breves pero de grandes significados. Palabras que dicen nuestros padres al tiempo que su semblante se transforma o su voz cobra un tinte más grueso. Algunas cuando las cosas no salen como esperaban y otras tantas que le gritan al conductor de al lado, a la bocina para mostrar su descontento con la persona que se encuentra del otro lado del teléfono o a veces frente a la televisión como si el locutor, futbolista o periodista los fueran a escuchar. Luego, las repetimos porque llaman la atención, porque el énfasis que se pone al pronunciar estas palabras no es el mismo que en el resto de la oración. Y, además, porque son fáciles de recordar.
Las groserías, nos guste o no, son parte fundamental de nuestra vida y de cualquier lengua. Son aquellas palabras que nos hacen sentir mejor, que demuestran lo que sentimos y que expresan mejor algo que queremos decir; a veces mucho mejor que toda una oración. Además, muchas groserías dependen del contexto en el que se digan y cómo se digan. Tal como explicó Octavio Paz con relación a la chingada, este término puede ser tanto positivo como negativo y tener diversos significados.
Aquí algunos de los orígenes de groserías que son bastante comunes en México.
Actualmente es utilizada en México como una palabra despectiva que hace referencia a alguien afeminado u homosexual. Esta palabra nació en 1910 cuando los homosexuales eran recluidos en la crujía J de la antigua cárcel de Lecumberri que se ubicaba en la Ciudad de México. En la cárcel había todo tipo de reos, por lo que eran separados en áreas dependiendo de su peligrosidad. Cada área recibió una letra distinta. En el área de la letra J había muchos homosexuales que eran ingresados en la cárcel por realizar escándalos en la vía pública. Normalmente, las personas que se encontraban en esta área eran más escandalosas que las del resto. Gritaban y bailaban, por lo que frecuentemente eran callados con los gritos de “callen a los del área J”, lo que se transformó en “callen a los jotos”.
Pendejo
El origen de esta palabra viene del latín pectinículus. Pecten-inis que quiere decir pubis y culus pequeño. Entonces “pendejo”, ahora usado como una grosería, en realidad se refiere al vello del pubis. Originalmente y aún en algunos países, “pendejo” era empleado para referirse a los adolescentes que se sentían adultos. La RAE incluye tanto el significado de pelo que nace en el pubis e ingles, así como hombre tonto, cobarde y adolescente. Actualmente esta palabra es empleada en México para referirse a alguien poco inteligente. Mientras que en otros países de Latinoamérica puede hacer referencia a alguien joven.
Zoquete
Hay quienes dicen que esta palabra viene del árabe suqât que quiere decir “desecho, objeto sin valor”. Fue documentada por primera vez en 1655 cuando se hacía referencia a un pedazo de madera que sobraba al cortar una viga. También puede ser un pedazo de pan grueso e irregular. La RAE incluye estos dos significados, así como una “persona de mala traza, especialmente si es rechoncha”, y como adjetivo dice de una “persona que tarda en comprender”. La RAE no tiene claro su significado, pues según ésta podría venir del celta tsucca. Actualmente en México se utiliza como sinónimo de tonto. Es más bien una grosería no tan fuerte; poco o nada utilizada por jóvenes, sino más bien por gente algo mayor.
Idiota
Del latín idiōta y éste del griego idiotez (ἰδιώτης), idiota por su raíz en griego quiere decir “lo privado, particular o personal”. En un inicio la palabra también se utilizó para hablar de aquella persona que sólo se preocupaba de sí misma y que no prestaba atención a asuntos públicos o políticos. La palabra se convirtió en un insulto durante la antigüedad grecorromana, pues la vida pública era muy importante para los hombres. Por lo tanto, ser idiota comenzó a emplearse como lo conocemos actualmente: una persona que carece de inteligencia.
Imbécil
Viene del latín imbecillis que quiere decir “débil en grado sumo”. La RAE lo incluye como adjetivo que quiere decir “aleado, escaso de razón”. En español comenzó a utilizarse alrededor de 1524, pero fue en el siglo XIX que se utilizó con el significado de la RAE. Por su origen del latín que se refería a alguien débil físicamente, pasó a usarse algunas veces para referirse a alguna debilidad mental. Actualmente, el significado se ha invertido. Es una grosería muy común en México.
Pinche
Quiere decir de alguien que es “despreciable o muy merino”. Así como algo de baja calidad, bajo costo o muy pobre. De acuerdo con la RAE, pinche quiere decir miserable o tacaño en Costa Rica, El Salvador y Nicaragua; mientras que en México quiere decir despreciable o ruin. Se cree que el término pinche podría haber nacido en tiempos de la hacienda y el latifundio, y que los peones la utilizaron para describir el resentimiento que sentían hacia sus amos para los que trabajaban.
Chingada
Una palabra que es parte del mexicano y que tiene diversos significados. Y es que imaginemos tan sólo por un instante, qué sería del mexicano sin su palabra favorita para expresarse. Y digo favorita porque está presente en un montón (“chingo”) de expresiones que usamos a diario. Este término es tan importante en la cultura mexicana que diversos autores han dedicado páginas para su análisis. De acuerdo con la RAE, chingar quiere decir importunar o molestar y proviene del caló čingarár, pelear. Pero en México quiere decir mucho más. Se cree que en México el origen de la chingada se remonta a épocas prehispánicas y tiene una estrecha relación con el náhuatl. El académico y escritor Darío Rubio dijo que esta palabra tiene su origen en el náhuatl; del sustantivo xinachtli que quiere decir “semilla de hortaliza”, lo que sería la propuesta etimológica para la palabra chingaste. Después, Octavio Paz retomó la idea de Rubio y el origen de la palabra del náhuatl. El origen es incierto, lo que sí es seguro, es que la chingada es un término que está íntimamente ligado a la cultura mexicana.
Fuente: culturacolectiva.com