Quisieron descarrilar mi gobierno: Salinas

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A 20 años del levantamiento en Chiapas y la entrada en vigor del TLC con Estados Unidos y Canadá, el expresidente Carlos Salinas de Gortari dijo que la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y los asesinatos del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y el entonces secretario general de su partido, José Francisco Ruiz Massieu, todos hechos ocurridos en su último año de gobierno, fueron un ataque contra las reformas propuestas por su administración.

“Ante todo ello había una resistencia de los grupos que antes se beneficiaban de un sistema tan cerrado y anquilosado, que habían querido descarrilar las reformas y no pudieron, entonces decidieron descarrilar al gobierno y eso es lo que intentaron en 1994”, según el texto de la entrevista realizada por Rogelio Cárdenas Estandía.

Salinas de Gortari concedió una entrevista al periódico El Universal en la que minimiza el poder militar del EZLN y la intervención de Manuel Camacho Solís como Coordinador para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas.

– Durante los últimos meses de su sexenio hubo dos magnicidios, un movimiento armado, una precrisis. ¿Qué fue lo que pasó? -le preguntó Cárdenas Estandía.

– Lo que vivimos en ese inicio de 94 fue un intento de descarrilamiento del gobierno como respuesta al proceso reformador tan intenso que habíamos llevado a cabo: en la parte económica, pero también en la social con la transformación del artículo 27, la reforma educativa, la reforma de relaciones con las iglesias que rompía un tabú, pues el artículo 130 era el único no tocado de la Constitución en 70 años.

Sobre Camacho Solís, quien hace unos días aseguró que gracias a él se logró la paz en Chiapas, refirió: “Mire, cuando las gentes se vuelven irrelevantes buscan cómo recuperar cierta relevancia, y entonces generan una cierta idea y se ubican como los únicos posibles, pero eso es una condición humana comprensible. Yo lo definiría, con las palabras de Luis Donaldo Colosio, candidato, a propósito de Manuel Camacho: ‘Este Manuel no cambia porque no aprende”.

Salinas también habló de Luis Donaldo Colosio, asesinado el 23 de marzo de 1994: “Era la esperanza del PRI de tener por fin un expresidente del partido que era candidato a la presidencia de la República (…) México perdió a la mejor opción que tenía para la presidencia, y yo al mejor de mis amigos… Fue un momento, yo diría que de los momentos más difíciles de mi gobierno”.

También se refirió a su cuñado, José Francisco Ruiz Massieu, asesinado el 28 de septiembre de 1994: “(…) Uno de los políticos más brillantes de su generación, pero luego vino la entrega institucional, pacífica y constitucional de la responsabilidad presidencial”.

Como parte del “proceso transformador”, Salinas se refirió al Tratado del Libre Comercio (TLC) suscrito con Estados Unidos y Canadá, a la reforma educativa y las modificaciones a los artículos constitucionales 27 (sobre la propiedad de la tierra y el agua) y 130, que plasma la separación entre la Iglesia y el Estado.

Con la reforma al artículo 27, aprobada en 1991 tras un intenso debate en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con la oposición, el gobierno de Carlos Salinas puso fin a la repartición masiva de tierras que inició al finalizar la Revolución Mexicana y abrió la puerta para que los ejidos se pudieran vender.

En tanto, los cambios al artículo 130 devolvieron en 1992 algunos derechos políticos retirados desde principios de siglo a iglesias (principalmente la católica) y ministros, para dar un ordenamiento jurídico a su relación con el Estado. Salinas se convirtió en 1993 en el primer presidente mexicano en recibir a un papa (Juan Pablo II) como jefe de Estado.

A 20 años de la entrada en vigor del TLC impulsado por su gobierno, Salinas indicó que los resultados de este acuerdo prevalecen sobre los hechos de 1994. “Fue un anticlímax que generó el levantamiento del EZLN, se volvió un anticlímax mediático y lo que hoy perdura son precisamente los resultados de esa gran reforma”, aseguró.

Salinas dijo que, tras el levantamiento del grupo guerrillero en Chiapas el 1 de enero de 1994, grupos de la sociedad civil “de izquierda y de derecha” le pedían continuar con la ofensiva del Ejército mexicano hasta “aniquilar” a los zapatistas, en lugar de continuar con el diálogo.

“Ante el terrible problema de los desplazados que eso llevaba me motivó a mí como comandante supremo de las fuerzas armadas a hablar con el secretario de la Defensa que me dijo ‘ya no tenemos nosotros problema’ y entonces decidí dar por anticipado lo que generalmente se daba al final de los procesos de negociación guerrillera”, dijo.

Tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994, “se desataron las pasiones para ver quién imponía al candidato relevista” a la presidencia, aseguró Salinas.

“Hubo un conato de crisis política interna y ahí fue donde arrancó un proceso de salida de capitales terrible para vaciar las reservas internacionales”, dijo.

Salinas describió a Colosio como “la esperanza del PRI (Partido Revolucionario Institucional) de tener por fin un expresidente del partido que era candidato a la presidencia de la República” y destacó su “convicción de las reformas para la modernización económica y política del país”.

“Era el candidato ideal esperado dentro del proceso reformador y dentro del propio PRI”, dijo, según El Universal.

(La imagen es de la fotógrafa Lucía Godínez)

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