La Corte puede resolver una de las últimas batallas por los derechos civiles en el país
El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidirá este año si los homosexuales tienen derecho a contraer matrimonio. La máxima autoridad judicial podría resolver así, antes del mes de junio, la que está considerada como una de las últimas batallas por los derechos civiles del país y tras varios años de cambio a su favor.
Hace tan solo dos años, la comunidad gay de EE UU fue testigo de uno de los avances más importantes de su historia, cuando el Supremo derogó la ley federal que desde 1996 establecía que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Esa normativa negaba el acceso de millones de homosexuales a beneficios fiscales y legales que sí perciben el resto de ciudadanos, además de su derecho a casarse. A pesar de aquella victoria, los nueve jueces de la corte no resolvieron la cuestión principal: ¿tienen derecho a casarse los homosexuales?
Las principales organizaciones en defensa de los derechos de la comunidad LGBT buscan desde hace varios años un caso que obligue a la corte a responder esta pregunta. Tras varios intentos, los jueces del Supremo aceptaron este viernes estudiar cuatro casos que desafían la prohibición de contraer matrimonio a parejas del mismo sexo en Kentucky, Michigan, Tennessee y Ohio. Si los magistrados consideran que los Estados no pueden imponer esa prohibición, estarán reconociendo el derecho a casarse de todos los ciudadanos del país.
Es el momento de que nuestra nación de otro paso clave hacia la igualdad de todos los americanos”
Fiscal General Eric Holder
El Fiscal General, Eric Holder, anunció este viernes que el Departamento de Justicia presentará sus propios argumentos a favor de que “el matrimonio igualitario sea una realidad para todos los estadounidenses”, según afirmó en un comunicado. “Es el momento de que nuestra nación de otro paso clave hacia la igualdad de todos los americanos -independientemente de quién sean, de dónde vengan o a quién amen”.
La sentencia de 2013 que derogó la Ley de Defensa del Matrimonio -DOMA, aprobada por el presidente Bill Clinton en 1996- coincidió con una oleada de cambio en la opinión pública de EE UU, cada vez más favorable al matrimonio igualitario y a quienes se había sumado además la Administración Obama. La postura de los jueces coincidió con la de la mayoría de los ciudadanos y los Estados recogieron el relevo. Desde entonces, la mayoría de las legislaturas estatales han aprobado diferentes leyes a favor del matrimonio homosexual, de manera que la mayoría de la población de EE UU ya vive en Estados donde es legal.
La rapidez del cambio ha hecho que el número de Estados que reconocen el matrimonio igualitario se haya duplicado en los últimos meses por batallas legales -la negativa ya no está respaldada por la ley federal DOMA- y por nuevas legislaciones que han aprobado los diferentes gobiernos en consonancia con la opinión de una mayoría de los ciudadanos. La semana pasada, el tradicionalmente conservador Estado de Florida era el último en sumarse a la lista.
El Tribunal Supremo ha rechazado varias apelaciones en los últimos meses que daban la razón a quienes rechazaban lo que consideran una discriminación en su contra, al no poder contraer matrimonio con otra persona del mismo sexo. Esas decisiones sumaron victorias para la comunidad gay, que esperaba sin embargo la llegada del caso clave hasta los nueve jueces.
En la actualidad, la posibilidad de casarse para gais y lesbianas en EE UU depende del Estado en el que vivan y de si éste reconoce su matrimonio en el caso de que lo hayan contraído en otro lugar. La sentencia del Supremo, que se espera para el próximo mes de junio, puede ampliar definitivamente ese derecho y reconocerlo a nivel federal.
Fuente: El País