El Rusiagate amenaza convertirse en un Obamagate

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La investigación sobre la intervención rusa en las elecciones presidenciales de noviembre y las comunicaciones entre el equipo de transición del presidente Donald Trump. La asesora de seguridad nacional del ex presidente Barack Obama, la controversial Susan Rice, ordenó a agencias de espionaje de Estados Unidos presentarle registros detallados de las llamadas legales de Donald Trump y sus ayudantes mientras se postulaba para la presidencia. Rice ha negado las imputaciones.

Susan Rice dijo que nunca filtró las identidades de personas cuyos nombres fueron revelados. (horizontal-x3)Susan Rice’s White House Unmasking: A Watergate-style Scandal

Rice negó este lunes las acusaciones de que las identidades de los funcionarios asociados con la campaña o equipo de transición del presidente Donald Trump fueron “desenmascaradas” en informes de inteligencia secretos con el fin de espiarlos con fines políticos.

Rice es señalada por reportes publicados en Fox News, Bloomberg y otros como la posible fuente que “desenmascaró” y posteriormente filtró a la prensa los nombres de los funcionarios del equipo de transición de Trump, incluyendo el de Michel Flynn, que fueron captados de manera accidental durante el monitoreo de comunicaciones a miembros de la inteligencia rusa y otros agentes extranjeros.

Flynn tuvo que renunciar, a pedido de Trump, de su cargo de asesor de Seguridad Nacional en el que fungió solo durante un mes, por mentir sobre sus contactos con el embajador ruso ante Estados Unidos, Sergey Kislyak.

“Lo que fue entregado por la comunidad de inteligencia a solicitud de la funcionaria Rice fueron hojas de cálculos detallando las llamadas de Trump con asociados en conversaciones perfectamente legales y que fueron interceptadas y sus nombres hechos públicos”, dijo el exfiscal DiGenova.

En las conversaciones se escuchan actividades legales entre los asociados de Trump y no hablaban de nadie en especifico”, dijo DiGenova.

“En resumen la actividad ilegal fue el dar a conocer los nombres de las personas en las llamadas”.

Otras fuentes oficiales informadas y con directos conocimientos del tema y bajo anonimato, han confirmado lo dicho por diGenova y añadieron que Susan Rice ordeno la vigilancia a Trump y sus asociados un año antes de las elecciones presidenciales del 2016.

“Susan Rice era la mano derecha del presidente Obama, ella tuvo que ser ordenada por el propio presidente para que espiaran al ahora presidente Trump”, dijo otra fuente.

De acuerdo con otro informe de Bloomberg News citando múltiples fuentes, Susan Rice había solicitado la información de inteligencia como parte de una bien organizada operación.

Los nombres desenmascarados de los ayudantes de Trump fueron entregados a funcionarios en el Consejo de seguridad nacional (NSC), al Departamento de defensa, a James Clapper, al Presidente Obama, al Director de inteligencia nacional y a John Brennan, Director de la CIA de Obama.

Se unió a Rice en esta operación de la casa blanca su asistente adjunto Ben Rhodes, según la fuente. “Estamos viendo una potencial crisis constitucional desde el punto de vista que hemos utilizado una capacidad extremadamente fuerte que se supone debe utilizarse para salvaguardar y proteger el país,” dijo. “Y lo usamos para fines políticos por una Presidente en el poder, esto toma un nuevo precedente”, dijo el Coronel retirado James Waurishuk.

CBS News reportó que Rice, en su papel de asesora de seguridad, algunas veces solicitó que se le revelaran los nombres incluidos en reportes secretos de inteligencia, para comprender el contexto en el que eran mencionados.

Cuando se captan conversaciones incidentales de ciudadanos estadounidenses, se supone que sus nombres deben ser “enmascarados” —o tapados en los reportes— a menos que se trate de un tema de seguridad nacional, sean parte de una investigación criminal o si se teme por la seguridad de esos ciudadanos en alguna manera.

Aunque las solicitudes de desenmascararlos no son impropias, ni inusuales, no deberían tener que ver con la política.

El presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, indicó que los nombres de los funcionarios del equipo de Trump fueron desenmascarados durante el gobierno de Obama. Nunes aparentemente recibió esa información mencionada de parte de funcionarios de la Casa Blanca.

El presidente Trump ha denunciado repetidamente en su cuenta de Twitter que Obama le intervino sus comunicaciones en la Trump Tower en Nueva York, una afirmación que ha sido desmentida por el FBI, la comunidad de inteligencia y por varios congresistas y senadores tanto republicanos como demócratas.

También ha negado repetidamente que no tuvo conocimiento de que miembros de su equipo de campaña y transición hayan tenido reuniones con agentes rusos y que el tema de los posibles nexos es solo un “ardid”.

El lunes, Trump reiteró en un tuit: “La verdadera historia resulta ser la VIGILANCIA [electrónica] y las FILTRACIONES! Encuentren a los soplones”.

Rice niega espionaje ilegal a Trump y sus colaboradores

La exasesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Susan Rice negó las acusaciones de que las identidades de los funcionarios asociados con la campaña o equipo de transición del presidente Donald Trump fueron “desenmascaradas” en informes de inteligencia secretos con el fin de espiarlos con fines políticos.

En una entrevista realizada el martes con MSNBC, Rice no negó haber pedido a las agencias de inteligencia que le proporcionaran los nombres de los colaboradores de Trump a los que se escuchó hablando con o que fueron mencionados por funcionarios extranjeros o personas en el extranjero en llamadas grabadas en secreto. Dijo que parte de su trabajo en el gobierno del presidente Barack Obama era revisar informes de inteligencia y que se revelaban identidades cuando era necesario para comprender mejor su significado. Rice dijo que nunca filtró las identidades de personas cuyos nombres fueron revelados.

“Hay un proceso establecido para que altos funcionarios de Seguridad Nacional pidan la identidad de personas de Estados Unidos en estos informes”, dijo Rice. “No podemos ser consumidores pasivos de esta información y hacer nuestro trabajo de manera efectiva para proteger al pueblo estadounidense. Para nosotros, no tratar de entender sería un abandono del deber”.

Trump y sus aliados se han centrado en el manejo de datos de vigilancia por parte de Rice, conforme rechazan las preguntas sobre múltiples investigaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y si los asociados del presidente tuvieron contactos indebidos con el gobierno ruso.

El sucesor de Rice, el teniente general jubilado Michael Flynn, fue despedido por Trump apenas semanas después de que no fue claro sobre sus conversaciones con el embajador de Rusia en EE.UU. con funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo el vicepresidente, Mike Pence. Pero el hecho de que el nombre de Flynn haya salido a la luz ha alimentado la ira republicana sobre si la información clasificada fue manejada de manera indebida.

En su entrevista, Rice rechazó las acusaciones de que se llevó a cabo una vigilancia y desenmascaramiento impropios, o posiblemente ilegales, contra los funcionarios de Trump antes y después de las elecciones presidenciales. La exfuncionaria de la Casa Blanca dijo que no tenía autoridad para desenmascarar directamente ninguna identidad en esos informes. En cambio, habría tenido que hacer una solicitud a una agencia de inteligencia y esa agencia habría tenido que decidir si revelar una identidad.

Los comentarios de Rice llegan mientras los dos comités de inteligencia del Capitolio investigan de forma independiente el papel de Moscú en la campaña presidencial, además de las investigaciones en curso en el FBI y otras agencias de inteligencia.

Con información de EFE, Fox, Bloomberg y VOA

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