El reto de Morena en Chihuahua

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Por Luis Javier Valero Flores

El próximo sábado, por la mañana, el Movimiento de Regeneración (Morena), en el estadio Manuel L. Almanza de la capital de Chihuahua, intentará un ejercicio inédito en la historia local: Celebrar una asamblea con un mínimo de 3 mil afiliados, con credencial electoral vigente, para sumarla a las por lo menos 20 asambleas estatales,  necesarias para registrarse como partido político nacional y así participar con sus propios emblemas, logotipos y candidatos en las elecciones federales del 2015 y, de obtener por lo menos el 2%, en las elecciones locales del 2016.

De lograr la presencia de 3 mil chihuahuenses se habrá colocado como la única fuerza política en la entidad que haya alcanzado semejante tarea. No se trata solamente de que acudan a votar cifras de ciudadanos semejantes o superiores a esa, lo que varios partidos han logrado en Chihuahua, sino que los militantes acudan a refrendar su deseo de erigirse en partido político registrado con plenos derechos.

Al parecer, no están lejos de alcanzar la extraordinaria meta de las 20 asambleas estatales. Hasta el fin de semana anterior habían logrado rebasar la meta en 8 entidades: Baja California, 3 mil 177 afiliados; Chiapas, 3 mil 611; Hidalgo, 5 mil 752; Oaxaca, 6 mil 691; Puebla, 4 mil 90; Tabasco, 5 mil 802; Tlaxcala, 3 mil 312 y  Veracruz, 5 mil 225 afiliados, para un total de 37 mil 660 asistentes a las asambleas celebradas.

Este fin de semana realizará 3 asambleas (hasta el momento de redactar estas líneas), la de Guerrero, en Morelos y en Zacatecas, luego de que en Tamaulipas no acreditó el número requerido. Sin embargo, como había ocurrido en Hidalgo y Zacatecas, realizarán un nuevo intento a principios de noviembre.

El fin de semana próximo afrontará una de las más duras pruebas pues celebrará la correspondiente al estado de Chihuahua, una de las entidades en las que el arraigo de la izquierda es el menor (en las últimas cinco elecciones federales se ha ubicado, permanentemente, dentro de los últimos 5 lugares más bajos en votación para su principal referente, el PRD y sus aliados) y al día siguiente, en Durango, entidad en la que parece estar en mejores condiciones que en Chihuahua pues en las recientes elecciones presidenciales la afluencia de personas a los actos de campaña del tabasqueño fue notoriamente superior a los realizados aquí.

En su campaña nacional de afiliación, Morena acreditó ante el IFE alrededor de medio millón de afiliados, de los cuales Chihuahua ha refrendado, hasta este momento, 6 mil ciudadanos, de los cuales esperan, por lo menos la asistencia del 60% y rebasar la cifra mínima.

Si bien la presencia electoral de la izquierda en Chihuahua, en los procesos locales, se ha mantenido en cifras inferiores al 10%, en los federales ha mantenido un crecimiento constante en las últimas elecciones presidenciales, desde las del año 2000 y en las que, en todas, ha participado en un solo bloque, primero con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial, y luego en 2006 y 2012 con López Obrador.

En las del 2000 el porcentaje de chihuahuenses que votaron por el candidato de izquierda fue ligeramente superior al 10%, para pasar al 19 en 2006 y superar el 20% en las del 2012, en las que obtuvo más de 300 mil votos y ubicarse en el segundo lugar de las preferencias electorales de los juarenses, en un inesperado vuelco, pues el antiguo Paso del Norte había sido uno de los lugares, y de manera constante, en los que el PAN obtenía las más altas votaciones.

De ahí que alcanzar el número requerido para que la asamblea chihuahuense cuente como válida no esté tan lejos del alcance; los números arriba expuestos evidencian que existe un elevado porcentaje del electorado chihuahuense que ha volteado a la izquierda y ha manifestado su apoyo a las candidaturas presidenciales de esta corriente política.

De ahí que el número mágico se reduzca, probablemente a 8 o 9, en caso de que Chihuahua salga adelante del enorme reto de celebrar una asamblea estatal en la capital, sin recursos públicos, sin patrocinio empresarial y casi en la clandestinidad pues sus apariciones públicas y la atención de los medios de comunicación es notoriamente baja, y a pesar de tales desventajas logren llevar a su asamblea a, por lo menos, 3 mil miembros del partido fundado por López Obrador.

Si lo anterior resultase cierto, las posibilidades de que alcanzara el registro son muy altas pues aún le quedarían por celebrar más de 12 asambleas estatales en las que, probablemente, en más de 8 sí alcancen la cifra requerida.

De lograrlo serán la primera organización política, no solo de izquierda que obtiene su registro electoral de esta forma, la de convocar a sus militantes para que la autoridad electoral certifique el número de presentes. Ni siquiera el PRD, por una variedad de razones, buscó su propio registro por esta vía -en el momento que nacía este partido, seguramente habría estado en condiciones de alcanzarlo- y optó por tomar para sí el registro de uno de los partidos que confluyó en el nacimiento del perredismo, el Partido Mexicano Socialista (PMS), continuador del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), que a su vez lo heredara del más viejo de los partidos políticos en México, el Partido Comunista Mexicano, que lo había obtenido en la modalidad de “registro condicionado” al resultado de las elecciones de 1979.

De los otros partidos vigentes, ninguno lo hizo así, de tal manera que lo realizado por Morena se inscribe como otro más de los sobresalientes capítulos que este movimiento político ha efectuado a partir de la aparición de su principal dirigente, Andrés Manuel López Obrador, en la escena nacional.

No sólo ha encabezado los dos episodios en los que la izquierda ha ganado, o ha estado a punto de ganar, la presidencia de la república, sino que se ha convertido en la más potente fuerza de oposición al régimen actual, particularmente en el tema de los energéticos y el petróleo. Ahora intenta capitalizar para sí su indudable fuerza política en el ámbito de lo electoral, pero ya sin depender de la dirigencia del PRD, la que se benefició enormemente de los logros electorales del lopezobradorismo, ya que en tanto éste realizaba las tareas más difíciles, los beneficiarios de esa vasta corriente electoral eran los pertenecientes a las corrientes políticas del perredismo, quienes se convirtieron, de la noche a la mañana, en “influyentes” legisladores locales y federales.

De este modo, la eterna disputa al interior del PRD, entre los detractores y los seguidores del tabasqueño, se resolvió por la vía de fundar un nuevo partido, el mismo que ha convocado, no sólo al registro electoral, sino a la realización de las más multitudinarias manifestaciones en contra de la privatización de los energéticos mexicanos.

¿Será Morena la opción preferente de los electores de izquierda en los próximos procesos electorales? Seguramente sí. Ahí se encuentra uno de sus principales retos, el de asimilar que tal corriente política se encuentra, también y mayoritariamente, fuera de los partidos políticos y ponerse a su disposición para la lucha político-electoral, amén de entender que en determinados momentos será necesario buscar la más amplia unidad para ofrecerle al país una alternativa democrática.

No sembrará en el desierto, el gobierno de Peña Nieto no ha logrado elevar sus simpatías en la población, por el contrario, a pesar de los intentos por sacar adelante una que otra medida de carácter progresivo, a cambio de centralizar a pasos agigantados crecientes rubros del quehacer público, acompañado entusiastamente por las dirigencias del PAN y PRD.

Pero en tanto las dirigencias panistas logran que aún se les perciba como fuerza de oposición, la perredista, incapaz de asumir una postura, también de oposición pero de izquierda y muy dispuesta a la colaboración con los gobiernos del PRI, pero al fin y al cabo, de oposición, cae en la exageración de subsumirse y en la práctica desaparecer como fuerza política distinta al partido gobernante.

Chihuahua es ejemplo vivo de tal fenómeno, he ahí la oportunidad de Morena para irrumpir localmente como la fuerza de izquierda que reclama la sociedad chihuahuense, a la que le han entregado su confianza más de 300 mil chihuahuenses.

No son pocos.

El próximo sábado podrán demostrarlo, sólo basta la participación solidaria y comprometida de los ciudadanos que aspiren a una alternativa democrática, de izquierda.

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