El pueblo de dios y genocidio palestino

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Por Gastón Cornejo Bascopé

 

Soy médico y cirujano; he visto lesiones gravísimas en las postas de urgencia pero, yo no podría relatar esta tragedia inverosímil ante la cual el mundo “civilizado” calla en doble culpa de omisión, cohonestando el crimen de “Lesa Humanidad”.

 

Crimen llevado a cabo por el “Pueblo de Dios”; repitiendo lo que pasó en el Gólgota con el inocente que aún pidió perdón al Creador, porque “No saben lo que hacen”. Yo creo que sí sabían y ahora también lo saben, son asesinos y el “Pueblo de Dios” calla el genocidio.

 

He aquí el mensaje del médico noruego Mads Gilbert desde el hospital de Shifa, Gaza.

 

“Queridísimos amigos: La “invasión por tierra” de Gaza ha provocado decenas de mutilados, heridos, ensangrentados, temblando, moribundos. Palestinos heridos, de todas las edades, todos civiles, todos inocentes.  

 

Los héroes, en las ambulancias y en todos los hospitales de Gaza, trabajan en turnos de 12-14 horas, grises del cansancio por el trabajo esforzado. Curan, hacen el triaje de las urgencias, intentan comprender algo en el incomprensible caos de cuerpos, órganos,  de seres humanos que caminan, que no caminan, que respiran, que no respiran, que sangran, que no sangran ¡Seres humanos! Ahora, una vez más, tratados como animales por el “ejército más moral del mundo” (sic!)

 

Mi respeto por los heridos, en su contenida determinación, en medio del dolor, la agonía y el shock, es infinito; mi admiración por el personal y los voluntarios, es infinita; mi cercanía al sufrimiento palestino, me da fuerza; aunque a ratos solo quiero gritar, abrazar, sentir el olor de la piel y el pelo del niño tierno cubierto de sangre, protegerlo en un abrazo sin fin. Rostros color gris ceniza.

 

¡Oh NO! no otra carga de decenas de mutilados y ensangrentados. Tenemos aún lagos de sangre en el piso de la sala de urgencias, montones de vendas que tirar goteando sangre –Oh – quienes limpian por todas partes palean rápidamente la sangre y los residuos de tejido, pelo, ropa, cánulas – los restos de la muerte.

 

Más de 100 casos llegaron al hospital de Shifa en las últimas 24 horas, ya son muchos para un gran hospital bien equipado, pero aquí con casi nada: electricidad, medicamentos, instrumentos, monitores, agua, todo oxidado como si hubiera sido tomado de los museos de los viejos hospitales. Pero no se quejan estos héroes. Siguen adelante así como los guerreros, con la cabeza baja, decididos. 

 

Y mientras escribo estas palabras, solo, en una cama, me corren las lágrimas, lágrimas calientes, pero inútiles, de dolor y de pena, de rabia y de miedo. Esto no puede estar sucediendo. Ahora mismo, en este momento, la orquesta de la maquinaria de guerra israelí comienza su sinfonía macabra, de nuevo: salvas de artillería de los buques de la marina de guerra en la misma playa, los F16 que rugen, los drones zumbadores, y los apaches que crean estragos. Todo hecho y pagado por los EEUU. Obama – Te invito a pasar una noche –solo una noche– con nosotros en el Hospital de Shifa. Disfrazado, tal vez, de personal de la limpieza.  Estoy convencido de que la historia cambiaría. Nadie que tenga corazón y poder podría alejarse, después de una noche en este hospital, sin poner fin a la masacre del pueblo palestino.

 

Pero los crueles y despiadados han planificado otro asalto “dahyia” (la doctrina desarrollada por el Gral. israelí Gadi Eizenkot de infligir el mayor sufrimiento a la población civil como método de disuasión) en Gaza. La noche que viene, seguirán corriendo ríos de sangre. Han sintonizado sus instrumentos de muerte. Por favor, haced lo que podáis. Esto no puede continuar”

 

Ante este mensaje terrible me detengo a considerar la significación histórica de esta denuncia patética. ¿Qué tal? Relato más conmovedor no puede existir ante la tristísima realidad de Gaza, la del odio racial contenido en aquellos que Hitler exterminó en los hornos, seis millones de judíos a quienes otrora les tuvimos compasión, hoy son los reencarnados del mismo diablo asesinando inocentes.

 

Vaya mi corazón cargado de afecto abrazando al médico noruego que soporta el dolor propio y ajeno cual debe ser el alma de un médico sensible. Lastimosamente, ante su pedido de auxilio, no podemos hacer nada. El Imperio es asesino y prohíja a otros criminales.

 

La barbarie que se vivió antaño parecía haber sido superada. Con Israel asesinando en Gaza, vivimos idéntico primitivismo, la prehistoria, el retorno a la Inquisición, a la quema de brujas, a la quema de Giordano Bruno y de Miguel Servet.

 

Aquí no existe DDHH, se echó al canasto el respeto ético a la vida, nada de Filosofía, ni de Bioética ni de Humanismo, ni de civilización, ni de religión. Es la maldad entronizada por los violentos, por los salvajes del tiempo primitivo que retoman presencia. Vuelven Torquemada, Hitler, Franco, Stalin, Pinochet, Netanyú, uniformados, ordenando fríamente la muerte colectiva. ¡Y la sangre de los niños corría simplemente como sangre de niños! ¡Venid a ver la sangre por las calles! Ahora diremos: ¡Venid a ver la sangre en Gaza, en las escuelas de niños, en los hospitales!

 

Y siempre hubo generales “israelitas” planificando la disuasión mediante el exterminio. Yo evoco a los autores de la Guerra del Pacífico que enclaustró Bolivia y amordazó la Patria más de cien años.  El ejército invasor que ejecutó el crimen americano, también, de Lesa Humanidad; aquella que en la contienda ordenó el “REPASO” a todos los heridos.

 

Y la “Guerra Estúpida” del Chaco, la muerte de 50 mil jóvenes bolivianos, cuatro veces más heridos, desaparecidos, mutilados, inválidos, huérfanos y ex combatientes enfermos, que jamás olvidaron la contienda fratricida. Los stoks cayendo sobre los servicios sanitarios terminando de mutilar y acallar para siempre a los heridos.

 

No hablemos de las guerras mundiales, de Hiroshima, Nagasaki, las bombas de Napal, las de racimo, las bacteriológicas, Irak, Afganistán; y ahora, el apoyo imperialista a Israel y la justificación por Obama a la matanza.

 

Detrás de cada muerto en el hospital Shifa de Gaza hay un responsable manejando armas norteamericanas, detrás de cada mutilado sangrando hay un responsable en Israel. Detrás de cada sufrimiento hay un comprometido responsable con el dolor, en el gobierno americano y en NNUU, que lavándose las manos quiere acallar su oscura conciencia cual los verdugos del patíbulo contratados en la Edad Media.

Cochabamba, julio 2014.

 

Fuente: Alainet.org

 

http://alainet.org/active/75652&lang=es

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