Por: Darío Ramírez
El Washington Post fue fundado en 1877 por Stilson Hutchins. Para su tercer año, se había convertido en el primer periódico estadounidense en tener circulación diaria. Después de algunos años oscuros y una bancarrota en 1933, en la segunda mitad de la década de los años 40 del siglo XX, el Post pasó a manos de la familia Graham y, desde entonces, no había cambiado hasta hace unos días cuando se dio a conocer que el magnate dueño de Amazon, Jeff Bezos, había adquirido el periódico por 250 millones de dólares. La misma cantidad que Carlos Slim le prestó al New York Times en plena crisis financiera en 2009.
No es la primera vez que un millonario se involucra en el negocio de los medios. Probablemente uno de los casos más emblemáticos sea el de Warren Buffett quien ha adquirido diversos periódicos de circulación local en los Estados Unidos, en una labor prácticamente altruista. Lo cierto es que la industria del periódico está en crisis desde hace unos años, y aunque no parezca muy lógico, hay algunos ejemplos de millonarios que están dispuestos a rescatarla. De acuerdo al estudio del Pew Research Center, “The State of the News Media”, desde el año 2005 la venta de publicidad en los periódicos va en picada: si en aquel año obtenía cifras por 49, 435 millones de dólares, para 2011 apenas reportó 23, 941 millones.
Pero hay de ricos a ricos, mientras que la misma semana John W. Henry –dueño de los Medias Rojas de Boston– compró The Boston Globe al The New York Times Company por 70 millones de dólares, una drástica caída respecto del precio récord de 1,100 millones que alcanzó hace dos décadas. La irrupción en la escena periodística fue la del CEO de Amazon que representa la unión de un visionario del Internet (recordemos que Amazon dio vida al comercio en línea) con el periodismo.
Resulta falso el debate sobre si el periodismo está muriendo o en crisis. La profesión está tan vigente como nunca. Lo que sí está en crisis, claramente, es el modelo de negocios del periodismo impreso. Internet abrió un abismo imposible de cerrar entre los consumidores de información y sus productores. Las noticias ahora, gracias al Internet, se venden y se consumen diferente. Este cambio de paradigma significó una primera muerte de la prensa, ésta dejaba de ser monopolio aduanal para determinar qué era noticia y qué no, para convertirse muchos de ellos en meros agregadores de información; en el camino muchos medios no han logrado adaptarse, pereciendo en el intento ante la realidad que plantea el Internet en el periodismo.
En una misiva enviada a los trabajadores del Post, Bezos reconoce que: “El Internet está transformando casi todos los elementos del negocio de las noticias: se ha acortado el ciclo noticioso, las fuentes de ingreso fiables de largo plazo se han erosionado; esto ha permitido nuevos tipos de competencia, algunos de estos nuevos competidores se llevan poco o nada de los costos de recopilación de noticias”. Esto lo coloca en plano distinto a los demás magnates empresarios de medios (su antítesis, desde luego, es Rupert Murdoch).
Hay dos maneras de evaluar que una de las piezas fundamentales de la maquinaria del periodismo haya sido adquirida por el dueño de uno de los gigantes de Internet. La primera es pensar que lo hizo para su beneficio personal y la compañía que dirige. Esta especulación podría no ser del todo errada: de acuerdo con Opensecrets.org, Amazon ha aumentado las erogaciones en lobbying legislativo en Washington. Ser dueño de uno de los periódicos más importantes le daría carta blanca en influencia entre las élites políticas estadounidenses.
La otra manera de verlo es que nos encontramos ante un escenario único en el ecosistema de medios de comunicación: se fusionan dos mundos que parecían irreconciliables, la prensa y el Internet. Bezos es un visionario e innovador que ha mantenido a Amazon en la cresta de la ola del cambiante Internet. Ya ha anunciado que si bien no se meterá en la vida diaria del Post, sí habrá cambios e innovaciones cuyos sujetos de experimentación seremos los lectores. Ante la crisis financiera de los medios, un personaje con el bagaje de Bezos pudiera cambiar, de una vez por todas, el modelo financiero de los medios en Internet. Lo que haya visto Bezos al comprar una marca periodística tan prestigiada como el Washington Post es algo que se irá decantando a lo largo de los años y que seguramente será revolucionario en el sector De alguna manera se da una estocada letal a los periódicos impresos.
Frente a su competencia, parece que el Washington Post está condenado a seguir existiendo después de dos siglos, en esta nueva reinvención lo hace de la mano de uno de los hombres que ha cambiado, a través de Amazon, la manera en que leemos, compramos y alojamos información. Mientras otros se resisten a caer en la “insoportable digitalidad”, Bezos y el Post nos podrían dar una buena lección.
Ante la constante pregunta sobre el futuro de los periódicos, los eventos de la semana indican al parecer un nuevo rumbo, con actores nuevos como inversionistas que conocen el Internet y lo hacen rentable. Lo que está claro, al mismo tiempo, es que ya cambió la manera de hacer periodismo y el flujo de información. Hay periodistas anquilosados en viejos esquemas y por lo tanto comprenden poco el internet y lo que implica en términos de información. Aquí la máxima sería, o cambien con el Internet o mueren en el intento.
* Darío Ramírez. Director de Artículo 19, organización defensora de la libertad de expresión
Fuente: Sin Embargo