La reciente captura del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y su relación con los actores Kate del Castillo y Sean Penn sin duda han puesto la atención de los medios en los cárteles mexicanos. Pero para el director del documental nominado al Oscar “Tierra de Cárteles” (“Cartel Land”), la atención ha estado del lado equivocado
“El tema no es Sean Penn, no es `El Chapo’, que incluso en la entrevista con el actor reconoce que nada cambiará cuando él no esté”, dijo el director Matthew Heineman a The Associated Press en una entrevista reciente. “El tema es el sufrimiento de los mexicanos, la corrupción que permite operar a los cárteles con impunidad, (…) el ansia de droga de Estados Unidos que alimenta esa violencia, esa guerra”.
“De eso es de lo que la gente debería estar hablando y estoy contento porque nuestra película se sitúe ahí”, añadió el realizador neoyorquino sin tener claro si el hecho de que se hable ahora tanto de capos y cárteles le podrá ayudar o no a conseguir la preciada estatuilla.
En cualquier caso, se distanció de lo que considera un “circo mediático” y subrayó que “Tierra de Cárteles”, disponible en iTunes y Netflix, apuesta por contar la realidad del crimen organizado “desde adentro, poniéndole cara humana a la violencia” y llegando a lugares que ni él mismo se hubiera imaginado.
En esta historia de dos movimientos civiles armados a ambos lados de la frontera mexicoestadounidense, las balas parecen pasar sobre la cabeza del espectador, que puede ver, como nunca antes, un laboratorio artesanal de metanfetaminas dirigido por un hombre con uniforme de policía y escuchar los gritos desgarradores de un centro de tortura regentado por aquellos que se habían levantado contra los abusos de las mafias y la ineficacia de las autoridades.
El resultado es un paisaje de fronteras difusas entre el bien y el mal, la justicia y la impunidad, el criminal y el policía. Un terreno incómodo en el que, como el propio director escribió en su Facebook al lanzar la película, nunca sabían si se encontraban “con los buenos o con los malos”.
El documental, el tercero de Heineman, es una producción mexicana-estadounidense narrada en inglés y español. Entre sus productores ejecutivos se encuentra Kathryn Bigelow, la primera mujer ganadora del Oscar a la mejor dirección. Y entre sus múltiples reconocimientos se destacan los premios al Mejor Director y a la Mejor Cinematografía, en el apartado documental, en el Festival de Cine de Sundance de 2015.
Con una espléndida fotografía y secuencias cargadas de acción que parecen más ficción que realidad, “Tierra de Cárteles” mete al espectador en la piel del veterano de guerra Tim `Nailer’ Foley, líder de un grupo de paramilitares estadounidense, el Arizona Border Recon, que captura a inmigrantes indocumentados y lucha contra los cárteles. Y también en la de José Manuel Mireles, un doctor ahora encarcelado que se alzó en armas en Michoacán, en el occidente de México, para librarse de Los Caballeros Templarios, un cártel que durante años extorsionó, violó y asesinó a muchos inocentes.
“En cierto sentido es la historia de un determinado momento (en Arizona y Michoacán). En otro, es una historia atemporal (.) que hemos visto desarrollarse en muchas partes del mundo cuando ciudadanos que se sienten abandonados por sus gobiernos y en manos de criminales deciden luchar”, indicó Heineman.
A más de un año del rodaje, lamentó que la tranquilidad que auguraban algunos michoacanos en la película, y de la que presumen hoy las autoridades mexicanas, no se haya hecho realidad.
“Los secuestros continúan, la violencia continúa, esa es una de las tragedias de esta historia”, se lamentó. “Diferentes actores haciendo las mismas cosas. Como dice el `cocinero’ de metanfetaminas en la película: si no lo hacemos nosotros, alguien más lo hará”.
Confía, al menos, en que la nominación al Oscar contribuya a que el documental sea visto por más personas e incentive el debate sobre cómo romper el círculo vicioso de la violencia, la corrupción y la impunidad.
“Tierra de Cárteles” se mide por el Premio de la Academia con “Amy”, sobre la vida de la difunta cantante Amy Winehouse; “What Happened, Miss Simone?”, que retrata a otra diva, Nina Simone; “Winter on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom”, sobre la revolución ucraniana; y “The Look of Silence”, sobre los escuadrones de la muerte en Indonesia.
La entrega de los Premios Oscar, en su 88va edición, se transmitirá en vivo el 28 de febrero desde el Teatro Dolby de Los Ángeles.
Fuente: AP