El partido de Enrique Peña Nieto elegirá nuevo presidente en agosto. Se perfila el diputado Manlio Fabio Beltrones a quien se le opone un grupo de gobernadores que impulsa al gobernador de Chihuahua, César Duarte.
Por Luis Pablo Beauregard
El PRI, el partido en el poder en México, prepara la renovación de su dirigencia con la sucesión presidencial de 2018 en la mira. El Consejo Político Nacional (CPN) celebrará una reunión los primeros días de julio. En ella se dará a conocer el método de selección de fórmulas para un presidente y secretario del partido, que asumirán los cargos en el mes de agosto.
César Camacho, el presidente actual, está agotando sus últimos días al frente del PRI. Su mandato terminó en marzo pasado, pero los estatutos del partido impiden que la cúpula se renueve en medio de un proceso electoral. En agosto, cuando el Tribunal Electoral federal termine por desahogar los 74 juicios promovidos después de los comicios del 7 de junio, se llevará a cabo el cambio.
Manlio Fabio Beltrones, el líder del PRI en la Cámara de Diputados y uno de los grandes barones del partido, arranca la carrera como el gran favorito. Este exgobernador del Estado de Sonora, con una reputación de hábil operador político en las sombras, ya ha mostrado su interés. “No creo que exista un militante en mi partido que no considere un privilegio ser considerado algún día para ser dirigente nacional”, dijo en mayo.
Las elecciones de 2016
El calendario electoral para el próximo año se intensifica. Después de la elección, el 7 de junio, de nueve gobernaturas (el PRI ganó cinco, pero dos están impugnadas), un millar de alcaldías y la renovación del Congreso de los Diputados, el nuevo presidente del PRI tendrá que encarar en 2016 comicios en 12 Estados. Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y Durango también votarán por un nuevo mandatario estatal, congresos locales y ayuntamientos. Para entonces, el poder se habrá renovado en 21 entidades de las 32 que tiene México.
Beltrones, de 62 años, llega a la competencia con nuevos bríos después de haberse anotado uno de los triunfos más importantes de la temporada. Su candidata, Claudia Pavlovich, logró arrebatar al PAN el Gobierno de Sonora. El líder de los diputados estuvo presente en Hermosillo, la capital de ese Estado al norte de México, para operar una elección muy reñida. Al final, logró derrotar a los panistas con siete puntos de ventaja. Beltrones sabía que en su tierra se jugaba su futuro político.
La llegada de Beltrones, sin embargo, significaría que un grupo diferente al del presidente Enrique Peña Nieto se apoderaría de la cúpula del PRI. Camacho, el presidente vigente, es uno de los hombres de más confianza del mandatario y miembro del Grupo Atlacomulco, un clan de poderosos políticos originarios del Estado de México. Este otoño, Camacho se convertirá en el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados.
“Las posibilidades de Beltrones son remotas. Usaría al partido como una plataforma para su candidatura presidencial, lo que es inaceptable para la tradición priísta”, explica Rogelio Hernández, catedrático del Colegio de México. El doctor en Ciencia Política explica que a pesar de que el presidente Peña Nieto ha dado más independencia al partido, el mandatario sigue siendo el “dirigente natural”. “En los sistemas priístas es el presidente quien opera la sucesión presidencial. No llegará nadie que no le tenga una lealtad inquebrantable”.
Bloque de oposición
El periódico Reforma vaticina que no será una carrera en solitario. El diario asegura que un bloque de gobernadores, entre ellos Eruviel Ávila, del Estado de México y Rubén Moreira, de Coahuila, han comenzado a formar un bloque de oposición contra Beltrones. Su candidato sería César Duarte, el mandatario de Chihuahua, que termina su gobierno el próximo año. “Me gustaría dirigir al PRI, pero creo que no es el momento”, dijo Duarte la semana pasada.
El nuevo presidente del PRI tendrá como primera prueba de fuego las elecciones de 2016, donde 12 Estados renovarán gobernadores. El nuevo presidente tendrá que confeccionar las listas de candidatos, supervisar y negociar las campañas. Con mayoría en ambas cámaras del Congreso, el PRI se fijará como objetivo controlar el territorio para partir con ventaja hacia las presidenciales de 2018.
Fuente: El País