Con políticas orientadas a la productividad y el bienestar, la agricultura familiar representaría una oportunidad para dinamizar las economías locales de México.
Los pequeños productores juegan un papel central en la economía mexicana. Según la campaña Valor al campesino (integrada por ANEC, Ashoka, El Poder del Consumidor, Fundar, Fundación Ford, Semillas de Vida y Subsidios al Campo), el 67% de los productores agropecuarios o forestales poseen 5 hectáreas o menos, y a pesar de sus condiciones precarias para producir y a la falta de apoyos económicos gubernamentales, generan el 39% de la producción agropecuaria nacional y son responsables del 56.8% del empleo agropecuario; producen alimentos sanos y nutritivos, y mantienen la diversidad biológica. Todo esto lo realizan en sólo el 16.9% de la superficie laborable de nuestro país, muchas veces bajo condiciones de temporal y con escasos apoyos en la vertiente productiva.
A lo largo de los años, el gobierno ha implementado numerosos programas que sólo han permitido la subsistencia del sector con avances mínimos; sin embargo, lo que se requiere son apoyos que promuevan el desarrollo de la producción del campo. En el periodo 2003-2013, por ejemplo, el presupuesto de esos programas creció 170%, pero la pobreza disminuyó apenas 4%.
¿Por qué el fracaso rotundo de los programas destinados al sector rural? Según el reporte de la campaña Valor al campesino, el bajo desempeño gira en torno de 4 ejes:
- Baja cobertura: De 80 programas analizados, sólo 9 tienen presencia nacional.
- Orientación asistencialista: En 14 de 16 entidades del norte del país, los subsidios de competitividad representaron más de 52% del presupuesto, mientras que en el centro y sur del país (donde se encuentran la mayoría de los productores, ejidos y comunidades) los apoyos sociales representaron 58% o más del presupuesto.
- Distribución centralizada: Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Sonora y Jalisco concentran 38.9% del presupuesto de competitividad, mientas que otras 16 entidades del país sólo tienen 26%.
- Poco beneficio a poblaciones marginadas: Los municipios con muy alta marginación tienen un monto per cápita promedio de 3,581 pesos, es decir, 792 pesos debajo del promedio nacional.
Con estos datos en mente, la campaña Valor al campesino elaboró un programa de apoyo integral que resuelva las problemáticas actuales del sector. La propuesta es generar un programa que:
- Agrupe la oferta de apoyos al campo.
- Reduzca el apoyo a 20 hectáreas y 100 cabezas de ganado bovino, acciones que afectarían a una minoría del padrón y ahorrarían alrededor de 2.6 millones de pesos.
- Construya un solo padrón que permita identificar beneficiarios duplicados.
- Con los ahorros estipulados abra el padrón de Proagro en los estados del centro y sur del país para apoyar a más pequeños y medianos campesinos.
- Que se centre en la capacitación y no esté ligado a la obtención de subsidios.
- Lance estímulos a universidades y centros de investigación que apoyen el desarrollo tecnológico de la pequeña agricultura.
De ser instaurado, las organizaciones esperan que dicho programa ayude a que los campesinos retomen el papel central que juegan en la economía, tanto en la política como en la percepción pública. A través del diseño, implementación y evaluación de una política pública justa y equitativa, buscan fortalecer la producción y comercialización campesina al asegurar la sustentabilidad medioambiental y garantizar el acceso a alimentos saludables.
Así, con políticas orientadas a la productividad y el bienestar, la agricultura familiar representaría una oportunidad para dinamizar las economías locales, que no sólo beneficiaría a los pequeños productores, sino el desarrollo del país.
Fuente: Forbes