El partido de los ricos independientes

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Por Víctor M. Quintana S.
Aclaro que estoy en favor deque cualquier ciudadano o ciudadana pueda ser candidato a un puesto de elección popular sin necesidad de afiliarse o que lo respalde algún partido político. Pero no estoy de acuerdo en que a este tipo de candidaturas se les llameindependientes y protagonicen un discurso maniqueo donde los sin partido son los buenos, incorruptibles, y los miembros o candidatos de un partido, los malos y corruptos.

Este es el discurso que se estructura a escala nacional, sobre todo desde la candidatura y posterior triunfo de El Bronco a la gubernatura de Nuevo León, y que ahora se repite en varias entidades que efectuarán comicios locales el próximo domingo.

Es, por ejemplo, el caso del empresario José Luis Barraza, candidato a la gubernatura de Chihuahua, quien se proclama independiente a los cuatro vientos, fustiga a los partidos políticos y al gobierno y hace fervientes declaraciones de amor al estado norteño. En sus espectaculares se muestra rompiendo las cadenas que atan a una pesada bola de corrupción donde se encuentran los logos de todos los institutos políticos.

Sin embargo, todo esto es muy cuestionable. Comenzando porque, lejos de ser independiente, Barraza es controlado por una cuádruple dependencia:

1. Dependencia de los grandes financiadores de su campaña: para obtener las firmas para registrarse como independiente, para pagar tantos espectaculares, para pagar todo un ejército de promotores de su campaña, José Luis Barraza ha empleado mucho dinero. Más que todos los partidos que están en la contienda, salvo el PRI. Ese dinero no ha salido de su patrimonio –si así fuere, que lo declare– ni de contribuciones de las masas. Ni siquiera en su mayor parte de empresarios chihuahuenses. Buena parte de los fondos vienen de fuera del estado. Barraza debe transparentar el origen y el destino de esos dineros. No hay independencia sin transparencia.

2. Dependencia de sus medias verdades (o mentiras completas): Barraza mostró en el debate entre los candidatos a gobernador que le gusta manejarse como los demagogos: con base en medias verdades. Mostró un papel del IPAB como prueba de que no fue beneficiado por el Fobaproa, pero del contenido del documento nada se desprende. Dijo que presentó su declaración 3 de 3 cuando sólo ha presentado dos. Al verse cercado, se olvidó que anda en la política y regresó al seno materno empresarial argumentando: no estoy obligado a presentar declaraciones; lo haré a los seis meses de asumir el cargo.

3. Dependencia del gobierno: lo que señalan los documentos de la auditoría al Fobaproa analizados por el único medio televisivo independiente de Chihuahua, el Canal 28, y no desmentidos por Barraza, es que la empresa de éste, Grupo Impulso, fue rescatada por ese fondo con la cantidad de 68 millones de pesos. El que critica tanto a los partidos por medrar con dinero público tuvo que recibir apoyo del gobierno para tapar los hoyos de su mala administración como empresario, en una cantidad que ningún militante de partido haya recibido jamás en lo individual, con cargo a todos los contribuyentes. Dependencia del gobierno de Calderón, quien lo hizo presidente de Aeroméxico en pago del favor de declarar desde la cúpula empresarial que AMLO era un peligro para México.

4. Dependencia de un proyecto de intereses: a pesar de que muchas ciudadanas y ciudadanos, así como algunos de sus apoyadores, han pedido a Barraza que decline en favor de Javier Corral, porque su candidaturano levantó y mantenerla significa dividir el voto contra el continuismo priísta Duarte-Serrano, Barraza y algunos de los ricos empresarios que lo apoyan se niegan a hacerlo. La verdadera razón es que la decisión no depende sólo de ellos: los principales financiadores e intelectuales del proyecto no están en Chihuahua. Para ellos las elecciones de 2016 sólo son un round de sombra para la gran confrontación de 2018. A ellos no les importa Chihuahua, les importa el país, que bajo la figura de un candidato independiente pueda un representante de los grandes poderes económicos llegar a la Presidencia de la República sin tocar baranda, sin manchar su plumaje en el pantano de los partidos. Acumular al poder económico que ya dominan el poder político es su sueño largamente acariciado. Desembarazar el proyecto neoliberal de todo contrapeso político o democrático.

Están hartos de negociar con los partidos candidaturas y programas. Por ello ahora monopolizan las candidaturas mal llamadas independientes, porque son tantos los requisitos para obtener el registro y tanto el dinero que se necesita para llevar a cabo una campaña electoral, que sólo siendo rico o amigo de los ricos pueden lograrlo. Están hartos del PRI, pero comparten sus siglas: es el Partido de los Ricos Independientes.

 

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