Por Néstor García Iturbe*
Quizás algunos de ustedes recuerden aquella novela soviética titulada “El país de las sombras largas”, fue una de aquellas obras que llegaron a Cuba, que nos permitió conocer un poco sobre la historia, sociedad y filosofía de aquel país, realmente compuesto por varias nacionalidades y que junto con otras obras, La carretera de Volokolams, Héroes de la fortaleza de Brest comenzó a mostrarnos otra imagen de aquel mundo, del que solamente habíamos escuchado horrores.
La propaganda contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se efectuaba por los medios de difusión existentes en aquellos momentos, el periódico, las revistas, las agencias de prensa, el cine, la radio y la televisión. Las empresas estadounidenses, prácticamente dueñas del monopolio de la difusión en el mundo, preparaban las campañas y las lanzaban de forma tal que esta repercutiera en los medios locales de aquellos países a los que la propaganda estaba dirigida.
Los tiempos han cambiado. Ahora para la difusión existen, además de los medios que existían antiguamente, otros más modernos, rápidos, que en segundos se ponen con contacto con millones de personas en diferentes países, sin embargo se continúan preparando campañas, ya no contra la URSS sino contra otros países que Estados Unidos considera contrarios a sus designios, a muchos de los cuales los ha calificado como del “eje del mal”.
Dentro de las iniciativas de los años más recientes, para tratar de conformar una imagen negativa sobre ciertos y determinados países, podemos citar la utilización estadounidense de las listas.
¿De dónde salió esto? A mí no me crean, pero dicen que cuando Reagan iba a la escuela se portaba mal y nunca alcanzaba buenas notas, siempre lo anotaban en las listas. Anotado en la lista por hablar en clases, anotado en la lista por llegar tarde, anotado en la lista por no traer los trabajos y las tareas, anotado en la lista de los que recibían las notas más bajas.
A él lo aterrorizaba que lo anotaran en una de aquellas listas, hasta que convenció a la maestra de que lo dejara ser él quien anotaba. Claro está que su nombre nunca más apareció en una de aquellas listas y podía manipular a sus compañeros de aula amedrentándolos con que los anotaría en la lista.
Aquella experiencia la trasladó a la presidencia y dijo que si se hacían listas y se anotaban a países en las mismas, estos se llenarían de terror y harían todo lo posible porque los quitaran de las listas. Una tremenda iniciativa del “gran comunicador”.
A partir de aquel momento se comenzaron a confeccionar las listas. Las listas las conformaban ellos, ponían en dichas listas a los países que les venía en ganas, señalaban en las mismas todo aquello que deseaban decir de un país, fuera cierto o no, trataban de utilizarlas y darle cierta legitimidad internacional que no tenían ni tienen, era un elemento con el que trataban de coaccionar a los países.
El fundamento de la lista es: Si te portas mal te pongo en la lista, si te portas bien te quito de la lista, o si te pongo, lo hago de forma benévola, no para que parezcas un demonio como los otros que puse en la lista. Si estas en la lista puedo no darte dinero como ayuda, si te quito de la lista, entonces pude ser que te de algún dinero.
Cuando publican la lista forman gran algarabía en los medios que tienen en su poder, algunos se sienten mal por estar en la lista y les piden que los quiten, aunque desde el punto de vista internacional y legítimo, la lista no significa absolutamente nada, solamente el criterio de Estados Unidos sobre una situación que consideran perjudica sus intereses y la llamada “Seguridad Nacional” , además de señalar, de acuerdo a sus puntos de vista cuales son los países que están colaborando con esa situación.
Al iniciarse esa práctica, Estados Unidos se convirtió en “El país de las listas largas”.
Hay listas para casi todo. Lista de países que colaboran con el terrorismo, lista de países involucrados en el tráfico de drogas, lista de países involucrados en la pornografía infantil, lista de países involucrados en el tráfico de personas, lista de países involucrados en el tráfico de armamento , lista de países violadores de los derechos humanos y otras tantas más.
Las listas por lo regular son extensas pues a cada país le suman toda una serie de hechos relacionados con la temática de la lista y al final la famosa listica tiene más de doscientas páginas en “El país de las listas largas”. ¡Qué manera de desperdiciar papel!
Es interesante que en todas estas listas, si las mismas se confeccionaran por una autoridad internacional y se reflejara en ellas la realidad de los países del mundo, el nombre de un país específico aparecería en todas.
El país que da refugio a connotados terroristas y que diariamente financia actos de terrorismo, donde existe el mayor tráfico y consumo de drogas mundial, donde la pornografía infantil es una mercancía más que se puede ordenar por teléfono, donde se pone de manifiesto el tráfico de personas que suman millones, que trafica armamentos en cantidades industriales, que viola los derecho humanos de sus propios ciudadanos y los de otros países, llegando inclusive a torturar y asesinar.
¿Alguno de mis lectores sabe cómo se llama ese país?
Quizás aparecer en algunas de esas listas no debe causarnos preocupación. Preocupación sería, acorde a mi criterio, que no nos pongan.
No debemos tener tanto temor a las listas. Recuerden una estrofa de aquella canción que resultó ser tan popular.
“Si Fidel es comunista, que me ponga en la lista”.
* Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.
Fuente: Alainet.org