El mandatario citó problemas de ‘salud mental’ al hablar de los tiroteos de Ohio y Texas, que dejaron 30 muertos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este domingo que “el odio no tiene cabida” en el país y citó problemas de “salud mental” al hablar de los tiroteos de Ohio y Texas, que dejaron 29 muertos y decenas de heridos el fin de semana.
“El odio no tiene cabida en nuestro país”, afirmó Trump a los periodistas antes de embarcarse en el avión presidencial rumbo a Washington tras pasar el fin de semana en su club de golf de Nueva Jersey.
Por su parte, varios aspirantes demócratas a la Casa Blanca en 2020 apuntaron al “racismo” y a la condescendencia con el “supremacismo blanco” del presidente, Donald Trump, como uno de las causas detrás del tiroteo de El Paso de este sábado, que dejó 20 muertos y 26 heridos.
“Es un racista y aviva el racismo en este país, y no sólo ofende nuestra sensibilidad, fundamentalmente cambia el carácter de este país y lleva a la violencia”, afirmó Beto O’Rourke, excongresista por Texas tras visitar a heridos en hospitales en El Paso.
O’Rourke, nacido precisamente en la ciudad, remarcó que en EU ha habido un aumento en los “delitos de odio en los tres años de una Administración donde tienes un presidente que ha llamado ‘violadores’ y ‘criminales’, aunque los inmigrantes mexicanos cometen crímenes a una tasa mucho más baja que los nacidos en el país”.
“El presidente ha intentado que nos sintamos asustados por ellos”, afirmó en declaraciones a los periodistas, después de cancelar sus actos de campaña en Nevada para regresar a El Paso.
Asimismo, el Alcalde de South Bend, Indiana y también aspirante a la candidatura presidencial demócrata, Pete Buttigieg, cargó contra la retórica desde la Casa Blanca.
“El nacionalismo blanco es maléfico está inspirando a gente a cometer asesinatos y está siendo condonado a los más altos niveles del Gobierno estadounidense”, afirmó en una entrevista en la cadena CNN.
Poco después, precisó que “el presidente de EU está condonando el nacionalismo blanco” y aseguró que tiene “una responsabilidad para cortar el brote de raíz”.
Por su parte, el senador Bernie Sanders, también contendiente a la candidatura, evitó culpar a Trump pero aseguró que “en todo el mundo se están preguntando qué ocurre en EU (…) para ver una vez tras otras horrores indescriptibles”, por lo que pidió una “legislación sensata sobre control de armas”.
Las autoridades estadounidenses investigan el posible vínculo del sospechoso de la masacre de El Paso con un manifiesto publicado en internet en el que se critica “la invasión hispana de Texas”.
“Ahora mismo tenemos un manifiesto de este individuo que indica un posible delito de odio”, señaló el jefe de Policía de El Paso, Greg Allen, esta madrugada.
El mandatario escribió este domingo en su cuenta de Twitter que el tiroteo de El Paso “no sólo fue trágico, fue un acto de cobardía”.
El Paso es una ciudad estadounidense fronteriza con México con cerca de 700 mil habitantes y, según datos del censo, más del 80 por ciento de la población es de origen hispano.
El centro comercial donde se produjo el tiroteo se encuentra muy cerca de la frontera con México y es muy popular entre los ciudadanos mexicanos como lugar de compra durante los fines de semana.