China tiene como objetivo crear una nueva arquitectura financiera global, donde Pekín une las manos con América Latina, que por su parte necesita de inversión para superar su etapa de economía exportadora de materias primas.
Con el último préstamo que la semana pasada otorgó China a Venezuela, el gigante asiático continúa como el mayor prestamista de Latinoamérica, y Caracas como el mayor benefactor y deudor de la región, seguido de Brasil y Argentina, informa el diario ‘El Universal‘.
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Según datos del grupo de análisis Diálogo Interamericano, citados por el periódico, entre 2005 y 2014 Pekín otorgó créditos por 119.000 millones de dólares a toda la región latinoamericana, superior a la suma de los préstamos concedidos por el Banco Interamericano de Desarrollo.
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La única condición de China sobre la mesa a la hora entregar préstamos es el beneficio común, y este principio, en detrimento de exigencias como apertura política, ‘democracia’, ‘derechos humanos’, entre otras, que suelen plantear Europa o EE.UU., ha permitido a la nación asiática hacerse con negocios de una manera audaz en Latinoamérica.
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El malestar de Washington con Pekín ante el nacimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, se refleja por el hecho de que este nuevo ente será capaz de financiarproyectos de desarrollo en países que urgen de capitales sin los severos requisitos que exige EE.UU., lo que sin duda impulsará el liderazgo del gigante asiático.
Fuente: RT