Ensayo sobre el Capitalismo Gore, de Sayak Valencia
Por Carlos Murillo González
Una gran revolución se prepara en tu patria; los crímenes de vuestros soberanos,
sus crueles exacciones, sus orgías y su ineptitud han lacerado a Francia
Donatien Alphonse François de Sade
El marqués de Sade sigue vivo en el siglo XXI. Esas historias porno-eróticas y misóginas, de abuso sexual, donde frecuentemente los personajes dominantes (sádicos) son hombres con poder, mientras los personajes femeninos (masoquistas) son cuerpos a voluntad de los deseos de los primeros, existen en la realidad y son parte sistemática (ideológica) de las relaciones de poder contemporáneo: el placer de infligir dolor y la victimización hacen dialéctica.
Sade será recordado por sus polémicas historias, pero no por su visión crítica de los excesos sexuales de la alta sociedad francesa a la que pertenecía. Sin ser un revolucionario, en el sentido estricto del término, vino a trastocar la sexualidad de la modernidad. Sociológicamente ahora podemos comprender la permisividad sexual (entre otras) de las clases dominantes patriarcales sobre el resto en una sociedad jerárquica; de llegar a extremos de perversión en contra de la voluntad del Otro, no necesariamente en términos de libertad, sino de poder, conceptos frecuentemente confundidos. Mientras existan sociedades de este tipo, también los abusos de todo tipo (violaciones, guerras, fraudes económicos y electorales, etcétera) seguirán.
Dos siglos de por medio después, desde de la Tijuana posmoderna cancliniana, surge del underground transfronterizo e hipercapitalista, una lectura avant gard necesaria para entender la cultura de la violencia actual. Se trata de un trabajo filosófico y feminista de Sayak Valencia, donde nos deja ver un Necropoder ejercido por Sujetos Endriagos al servicio del Mercado Nación, todos estos neologismos, son algunos de los conceptos clave que ofrece Sayak para comprender la saña del neoliberalismo, que no es otra cosa que la última etapa del capitalismo, capitalismo gore (sinónimo de sanguinario en extremo, snuff).
Al leer Capitalismo Gore (Editorial Melusina:2010) es inevitable relacionar el tema del control del cuerpo y la represión sexual en el meollo de la “civilización” actual, con otros autores críticos y notables comoWilhelm Reich, Michel Foucault o el mismo Sade, quienes han advertido el poder sexual de distintas maneras, como formas de control social; y de autores como Naomi Klein, Antonio Negri, y por supuesto,Marx, quienes describen las formas del control de masas del capitalismo moderno. A final de cuentas hay un embrión de revolución sexual que no termina de formarse, incluso como ciencia. El problema de la sexualidad o sexualidades, es harto conocido, pero poco abordado. Las consecuencias de ello da una sociedad ingenua, a veces depresiva, manipulable, miedosa, ¿cómo? A través de la televisión comercial, por ejemplo, con las imágenes de violencia de ciertos programas (películas, noticieros, series).
Los conceptos de Sayak aplican muy bien a la realidad de ciudades como Juárez, para comprender los alcances despiadados del capitalismo gore, un estilo sangriento y destructivo, entrópico. Ahora no se trata sólo de la máxima ganancia, que para muchos sería excitantemente suficiente, sino de un placer enajenadamente consciente de demostrar el poder fálico en formas sangrientas, bélicas y de tener escenarios anómicos apropiados en complicidad con las autoridades; de ahí la importancia de los círculos sociales político-económicos, sociedades cerradas que a veces funcionan clandestinamente para hacer realidad fantasías sádicas por placer o iniciación. Pero en la actualidad esto no es exclusivo de las clases altas, el patriarcado también se ha vuelto gore, por que es parte intrínseca de la cultura machista dominante capitalista y eso significa, por ejemplo, la aparición de fenómenos anómicos como el feminicidio, inexplicables hasta que Julia Monárrez del Colef, complementa como feminicidio sexual sistémico, para entender el alto número de asesinatos de jóvenes mujeres en Ciudad Juárez; ahora también le podríamos agregar el epíteto de feminicidio gore.
Pero la violencia de género alcanza también para combatir a todas las identidades sexuales no aceptadas socialmente. El sexólogo Efráin Rodríguez en sus escritos y libro ha dado cuenta también de la saña de los crímenes de odio por homofobia, estudiando casos en Ciudad Juárez. Las desapariciones, los secuestros, las extorsiones, la paramilitarización de la frontera, los genocidios de niñ@s, jóvenes, adult@s y viej@s, no son muertes sin sentido; todo parece encajar en la lógica gore de un capitalismo conservador en lo político e imperialista en lo económico, formas de dominación que no cesan de existir en el mundo a través de desarrollar una industria bélica, por ejemplo, donde existen mercados de armas, agencias de mercenarios o cárceles privadas y con el visto bueno de las democracias representativas. Como dice Reich, tanto los regímenes fascistas como las democracias capitalistas tienden a ser conservadoras y represivas.
La frontera es también una circunstancia a considerar en el libro de Sayak. Esta condición geopolítica y particular de las ciudades del norte de México con la gran potencia mundial, son susceptibles de la contaminación cultural y económica de esta cercanía. La situación de enajenación es terriblemente real y constatable tanto como en lo global. Lo que pasa en Juárez, Laredo o Tijuana, luego puede ser probado en otra parte del país o del mundo. La frontera se borra de repente, luego es muy gruesa, mientras los cuerpos transitan en una libertad controlada, autocensurada y a plena disposición de poderes como la iglesia, el Estado, el mercado; es el poder de la biopolítica de los cuerpos en acción.
El capitalismo gore es vampirezco, no sólo chupa la energía laboral (económica) y material (ecológica) también aspira a algo que no puede alcanzar: la plenitud y felicidad. Por su deformación violenta, destructiva y enfermiza no puede aspirar al amor, se ha convertido en fábrica masiva de endriagos, destructivos monstruos medievales que representan actualmente al hombre ultraviolento y con bajísimo nivel de consciencia, un marqués de Juárez.
No todo es oscuro y gris, sin esperanza. Sayak hace un salto desde la academia a la realidad cotidiana y política de las identidades sexuales y de las mujeres, a la resistencia y propuesta contracultural de las relaciones sociales; una nueva dialéctica que va más allá de los conceptos propuestos, pero que implica cambios en lo político económico, una transgresión de las normas, justo hoy cuando estás son claramente injustas, depravadas y asesinas, qué mejor antídoto que una subversión sexual, largamente esperada y muy necesaria. Plena consciencia sexual mata capitalismo gore; conocimiento y educación matan ignorancia y sumisión.