Por Hilda García
Lo calificamos de loco, de dicharachero. Lo consideramos demente y no le damos ninguna validez a sus comentarios, mucho menos cuando se compara con Benito Juárez y se dice mejor mandatario que él. Es más, yo ni siquiera voté por él para la Presidencia de México, pero algo es cierto: Vicente Fox dio un primer paso en cuanto al debate sobre la legalización de la mariguana se refiere.
A través de su Centro, Fox organizó por tres días el Simposio Estados Unidos-México sobre legalización y uso médico de cannabis, con la participación de personalidades académicas, políticas y de salud de ambos países. Y es que si bien su sucesor, Felipe Calderón, solicitó en el Foro de las Naciones Unidas que se abriera el debate sobre la legalización de los estupefacientes, no ha habido una propuesta concreta para hacerlo ni a nivel internacional ni mucho menos nacional. Y ya no hablamos de los 70 mil muertos que se le atribuyen a la llamada lucha contra el narco como herencia del gobierno anterior y que, al parecer, el actual gobierno tampoco terminará fácilmente con la violencia ya engendrada y permitida.
A nivel internacional, la Organización de Estados Americanos (OEA) y varios países de la región se han sumado al debate sobre la despenalización de la droga, incluidos algunos que son productores como Colombia, Ecuador y Bolivia. De acuerdo con dicho organismo, una cuarta parte de los consumidores de mariguana de todo el mundo se encuentra en el continente.
Sin embargo, aún hay trabas y reticencias. El organismo de la ONU que vela por el cumplimiento de las leyes internacionales contra las drogas advirtió después de las elecciones del 6 de noviembre en Estados Unidos que la legalización de la mariguana en Washington y Colorado, aprobada ese mismo día en referendos, violaría los tratados internacionales.
“Esos acontecimientos constituyen una violación de los tratados de control internacional de drogas, y representan una gran amenaza para la salud pública y el bienestar de la sociedad mucho más allá de esos estados”, declaró en su momento Raymond Yans, presidente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
A través de un comunicado, el experto belga recordó en noviembre del año pasado que la Convención Antidrogas de 1961 limita el uso del cannabis a los campos médicos y experimentales debido a que el abuso de esa sustancia puede generar “problemas cognitivos” y “desórdenes mentales”.
A su vez, recordaba que las leyes nacionales sobre drogas en todos los niveles administrativos deben de estar en sintonía con los tratados internacionales sobre estupefacientes. Lo cual significa que los 185 países que firmaron la Convención deben cumplirlos e hizo un llamado a que Estados Unidos resuelva “la contradicción entre los niveles federal y estatal en el cumplimiento de las obligaciones de ese país en virtud de los tratados”. De ahí quizá la dificultad para que se inicie un debate real y claro sobre la posible legalización de la cannabis.
En el caso de México hay quienes consideran que, ya sea con fines medicinales o de recreación, la mariguana debería ser legalizada en nuestro país y en el resto del continente. Otros más consideran que si se legalizan las drogas podría terminarse la violencia en México. Sin embargo, hay quienes piensan que no es algo que tenga prioridad ahora y que más bien se debe evitar el consumo de estupefacientes porque la sociedad podría caer en abusos o en mayor violencia.
Lo cierto es que ante diversas posiciones en México, Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor de mariguana en el mundo y de a poco ha ido abriendo la puerta al consumo recreativo o medicinal. Incluso es importante destacar como Colorado se convirtió en noviembre del año pasado en el primer estado de Estados Unidos en regular la venta, la producción y los impuestos sobre la mariguana para uso recreativo después de que su Gobernador, John Hickenlooper, firmara un paquete legislativo sin precedentes.
Así, de a poco, prácticamente en 18 entidades de Estados Unidos está aprobada la mariguana con fines medicinales y en dos de estos mismos con fines recreativos. No de a gratis la están produciendo en centros universitarios como los de Oakland, en California, y ya hay hombres de negocios en los mismos Estados Unidos que ven la posibilidad de crear la primera marca de cannabis y ser líder en la distribución de esa droga en Estados Unidos.
James Shively, un ex directivo de Microsoft de 45 años, considera que se puede vender la marihuana de manera muy similar a como lo hace la cadena Starbucks. ¿En dónde la compraría? Pues según él la importaría de manera legal desde México. Y como está claro en la cuestión del negocio Shively solicitó a sus inversionistas 10 millones de dólares para arrancar su empresa que nombrará “Diego Pellicer”, en honor a su bisabuelo quien fue productor de cáñamo.
Y si bien parecen ideas descabelladas o locas cuando en México y Estados Unidos se firman acuerdos bilaterales para combatir el narcotráfico, parece que las propuestas supranacionales están alejadas de la realidad local y cotidiana de sus naciones.
Valdría la pena no ver nada más a Fox como un loco, sino observar qué sale de sus investigaciones sobre la mariguana con fines medicinales, qué propuestas se hacen, qué aplica a México, qué sirve y qué no para abatir la violencia. Sin embargo, lo más importante es que como sociedad, busquemos que el Congreso mexicano retome ese debate o una vez más quedaremos alejados de la realidad.
* Hilda García. Vicepresidenta de Contenidos de Impremedia, el conglomerado de medios en español más grande de Estados Unidos.
Fuente: Sin Embargo
