El papa Francisco dijo el lunes que no juzgará a los sacerdotes por su orientación homosexual, durante una conferencia de prensa muy franca y de amplio calado a bordo del avión papal a su regreso de Brasil, su primer viaje al extranjero como máximo representante de la iglesia católica.
“Si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad ¿quién soy yo para juzgarle?”, dijo Francisco. “No debemos marginar a la gente por esto, deben ser integrados a la sociedad”, agregó.
Su predecesor, el papa Benedicto XVI, firmó un documento en 2005 según el cual los hombres con profundas tendencias homosexuales no deberían ser sacerdotes. Francisco se mostró mucho más conciliador al insistir que los sacerdotes gays deberían ser perdonados y sus pecados deben ser olvidados.
El papa Francisco habló el lunes con los periodistas a bordo de un avión de Alitalia durante su regreso al Vaticano desde Brasil. El papa se mostró jocoso y abierto en la conferencia de prensa, que duró casi una hora y media.
No esquivó una sola pregunta e incluso agradeció a los periodistas que mencionaron las informaciones aparecidas en una revista italiana de que uno de sus monseñores estuvo involucrado en una presunta cita homosexual.
Francisco dijo que investigó el caso y que no encontró prueba alguna que respaldara los señalamientos.
Se le preguntó al pontífice sobre las versiones noticiosas italianas de que un grupo dentro de la iglesia intentó extorsionar a otros funcionarios eclesiásticos con pruebas de sus actividades homosexuales. Según lo publicado el año pasado por algunos medios de comunicación italianos, las denuncias contribuyeron a la decisión de Benedicto XVI de dimitir.
Aunque el papa insistió que las enseñanzas sociales católicas piden que los homosexuales sean tratados con dignidad y que no sean marginados, agregó que es muy diferente confabularse para usar información privada y tratar de extorsionar.
“Mucho se ha escrito sobre este ‘lobby gay”‘, dijo. “Todavía no he encontrado a nadie en el Vaticano que me muestre una tarjeta de presentación ‘gay’. Dicen que existen”, dijo riendo.
“Creo que cuando alguien es así, hay que distinguir entre el hecho de que alguien es gay y el hecho de estar en un ‘lobby”‘, dijo. “El problema no es tener esa orientación (sexual)”, dijo. “El problema es aprovecharse se esta orientación para presionar”.
Francisco respondió a las versiones de que uno de sus ayudantes de confianza participó hace una década en una presunta cita secreta gay.
Dijo que investigó la versión según el derecho canónico y que no descubrió prueba alguna que las respaldara. Sin embargo, dijo a los periodistas que las denuncias se referían a materias pecaminosas, no a delitos como la pederastia.
Y cuando alguien peca y se confiesa, agregó, Dios no solamente perdona, sino que olvida.
“No tenemos el derecho a no perdonar”, insistió el máximo jefe de la iglesia católica.
La franqueza de sus declaraciones indicó que quiere superar el asunto del monseñor mientras establece un nuevo tono de apertura a medida que busca reformar el banco del Vaticano y la burocracia de la Santa Sede.
Lo que no dijo fue la enseñanza de la iglesia católica que dice que aunque los homosexuales deben ser tratados con dignidad y respeto, los propios actos homosexuales son “intrínsecamente incorrectos”.
El padre James Martin, autor y comentarista jesuita, dio la bienvenida a los comentarios del papa al calificarlos de una muestra de misericordia.
“Hoy el papa Francisco, una vez más, vivió el mensaje del Evangelio de compasión para todos”, dijo Martin en un correo electrónico.
El papa argentino habló básicamente en italiano, pero ocasionalmente también lo hizo en español. Francisco también habló de otros asuntos.
Dijo que estaba pensando en viajar a Tierra Santa el año próximo y que analiza las invitaciones de visita que recibió de Sri Lanka y Filipinas.
Sobre las previstas canonizaciones de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII el 8 de diciembre, dijo que probablemente se pospondrán —posiblemente hasta el fin de semana después de Pascua— porque las condiciones de tránsito en diciembre serían peligrosamente frías para los polacos que viajen a la ceremonia en autobús.
También resolvió un misterio que estuvo circulando desde que una fotografía lo mostró abordando el avión papal a Río de Janeiro portando su propio maletín negro, algo inusual en el protocolo del Vaticano.
“Allí dentro no había llaves para la bomba atómica”, bromeó Francisco. Más bien, dijo, el maletín sólo tenía un rastrillo de rasurar, un libro de rezos, una agenda y un libro sobre San Teresa del Niño Jesús, de quien es devoto.
Fuente: AP