Javier Deljado y su familia son un año de ansiedad. En 2024, sufrió un ataque cardíaco y fue tratado en Cancún.
En la revista, los 50 años advirtieron que tenía una bala en su idioma, pero los médicos solo jugaron la situación y eligieron.
La familia, preocupada de que la pelota continuara creciendo, decidió no esperar y venderla menos: aire acondicionado, mesa, electrodomésticos.
Sin embargo, lograron pagar algunos consejos con un médico especial y de biopsia, esencial para el diagnóstico.
Seis meses después, se confirmó que Javier tiene cáncer.
No tienen otra forma de ordenar IMSS de Cancún, donde viven, pero saben que no pueden participar en el cáncer, ni en un médico o dispositivo.
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Javier fue hecho para descargar videos en las redes sociales para condenar la falta de atención, que es la única capacidad de escucharlo.
Después de eso, los políticos y otros medios han publicado sus problemas.
“Murieron, pero gracias a la presión que tienes”, explicó Javier.
Solo de esta manera, transfirieron a Mérida, una unidad médica especializada “Tellez Ignacio García” por quimioterapia y radiación.
Incluso si excede la primera etapa de cáncer, su corazón continúa fallando y exige una medicina permanente de que es difícil obtenerla todos los meses en la Clínica Británica en Cancún.
Desde marzo del año pasado, se ha descrito la inyección, debe aplicarse cada 15 días para evitar el accidente cerebrovascular y el ataque cardíaco, pero en realidad, se proporciona cada dos o tres meses.
Su familia no pudo comprarlo porque costó siete mil pesos cada uno, ya que el salario del mes ganó a su hijo a mano como empleados de limpieza en un hotel.
Este salario lo ocupó para vivir cinco miembros de la familia: Javier, mecánica y pensionistas que lo dieron en su trabajo, su esposa, su hija e hija.
También debe usar otras cinco drogas que no siempre dan.
“Dime la próxima semana y la próxima persona.
Una vez que está disponible, me dijeron que la fórmula fue derrotada y que tenías que ver a un cardiólogo para describirlo.
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Ahora, Javier dijo que no tuvo otro evento, después del 28 de abril, su atención fue rechazada a pesar de que fue 5 minutos antes del tiempo esperado, diciendo que debería llegar a 15 minutos y, por lo tanto, no tendrá ninguna receta.
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A veces pueden comprar medicamentos baratos, como el ácido salicílico acetil, pero otros son simplemente imposibles.
“A veces, incluso cuando no comemos, lo gastamos en ciertas ocasiones”, admite.
Javier aprendió a vivir entre la desaparición cada tres o dos veces por semana y dolor en el pecho, en ausencia de una droga. Pero su caso no es el único.
En el Gobierno de Andrés, Manuel Oberrador ha aumentado la cantidad de ingresos que no se acompaña de seis años desde Enrique Benia Nieto hasta cinco años.
Fue otro impacto de la decisión de Moresta de revisar el formulario de compra de drogas en su gobierno.
La deficiencia permitió la aparición de otra dieta: la popularidad de las compañías de venta de drogas a precios muy altos.
