Las acusaciones del comisionado Ángel Trinidad Zaldívar contra el nuevo presidente del IFAI, Gerardo Laveaga, revelaron la magnitud de los conflictos en este organismo, pero su actual crisis tiene raíces más hondas: una es la burocratización de la élite académica que va y viene por los organismos “autónomos” y “ciudadanos” hasta caer en el amiguismo y el influyentismo, como políticos; la otra es que Felipe Calderón desvirtuó al instituto cuando clavó en él a tres comisionados de su confianza, quienes han contribuido a mantener la opacidad gubernamental.
Por Arturo Rodríguez García/ Proceso
La elección de Felipe Gerardo Laveaga Rendón como presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), en remplazo de Jacqueline Peschard, reveló que la actual crisis del organismo, la peor desde su creación hace diez años, tiene como fondo una pugna política y la disputa entre comisionados por privilegios que contravienen la razón de ser del organismo.
Para empezar, la elección del presidente del organismo garante de la transparencia se realizó a puerta cerrada. Los comisionados Peschard, Ángel Trinidad Zaldívar, María Elena Pérez-Jaén, Sigrid Arzt Colunga y Laveaga, reunidos en el nuevo edificio de 636 millones de pesos que ocupan en Insurgentes Sur, se enfrascaron en tres rondas de votación sin lograr consenso.
Peschard y Trinidad intentaban dar continuidad a la tendencia de la administración saliente eligiendo al segundo; y se les oponían Arzt, excolaboradora de Felipe Calderón en seguridad nacional, y Laveaga, excondiscípulo de Calderón en la Escuela Libre de Derecho y funcionario de su gobierno como un cuestionado director del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
En esa situación, el voto de Pérez-Jaén era decisivo. Si se llegaba a la cuarta ronda de votación sin alcanzar unanimidad o al menos cuatro votos a favor de un aspirante, quedaría como presidente quien obtuviera tres. Así ocurrió.
Pérez-Jaén llegó al IFAI en 2009 a propuesta de Felipe Calderón. La operación para su arribo y el de Arzt estuvo a cargo del entonces consejero jurídico de la Presidencia, Miguel Alessio Robles (Proceso1718). Pérez-Jaén se inclinó por Laveaga y con ello los tres comisionados de Calderón se impusieron. La toma de posesión de Laveaga se programó para el lunes 21.
No obstante, el trámite del acto protocolario se trastocó cuando Trinidad Zaldívar expuso la fatuidad a que es proclive Laveaga y ventiló la lucha por los privilegios en el instituto.
Mencionó que Laveaga aspiraba a ser como un aristócrata inglés; que se durmió de aburrimiento en un acto en el Senado; que al ser electo preguntó cuándo podía ocupar la oficina de Peschard; que era el más rezagado en los proyectos de resolución, y en general, que era inexperto, perezoso e ignorante sobre derecho a la información y protección de datos personales, pese a lo cual exigía “su” 20% de los privilegios:
“No pude votar por alguien que hace apenas dos semanas nos dijo que, dado que formaba parte de un cuerpo colegiado de cinco, entonces quería su 20% de nombramientos, su 20% de viajes, su 20% de viáticos. Tristemente esto se repitió el viernes durante la votación. El IFAI no es un botín que pueda repartirse, es una institución de Estado”, dijo Trinidad Zaldívar.
El comisionado le reprochó a Pérez-Jaén que hubiera votado en su contra por motivaciones personales –ambos han sostenido divergencias–, mientras que no le recriminó nada a Arzt “porque su falta de ética ha quedado comprobada”.
Enseguida Trinidad Zaldívar reveló que Arzt hizo solicitudes de información a la Secretaría de Seguridad Pública y al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), para después interponer recursos de revisión que fueron votados por ella misma en el pleno del IFAI. Ya existe una investigación contra ella por conflicto de intereses.
El diario Reforma publicó el 23 de enero un informe en el que se establecía que el IFAI indagaba el uso de los nombres de “María González Cejudo” y “Alberto Vital Rall”, a través de los cuales Arzt supuestamente presentó solicitudes de información sobre la agenda y actividades de otros comisionados.
El IFAI desmintió el informe y Arzt respondió a Reforma desde Bruselas, Bélgica, donde participaba en un encuentro sobre protección informática de datos personales, que no existía tal investigación y que, ad hoc con el evento, alguien había hackeado la computadora que tiene asignada en el instituto.
A raíz de las revelaciones de Trinidad Zaldívar sobre el reclamo del “20%” de privilegios que supuestamente hizo Laveaga, Proceso realizó un seguimientode los comunicados de prensa del IFAI y encontró que el año pasado Peschard viajó a Washington, la India y dos veces a Brasil. Por su parte, Arzt fue a Bélgica y Uruguay; Trinidad a Uruguay y Perú, y Pérez-Jaén a Chile. Esto, en lo que se refiere a los viajes que fueron difundidos.
Asimismo, en una revisión aleatoria de los contratos colocados en el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) se aprecia una tendencia del IFAI a hacerse con bienes y servicios por adjudicación directa de los contratos.
Un ejemplo: en septiembre de 2009 el instituto compró 3 mil fólders tamaño carta a la proveedora Leticia Aspron Bocanegra por 23 mil 805 pesos, es decir, a 7.94 pesos cada uno. Al consultar la lista de precios al menudeo en la cadena de papelerías Office Depot se comprueba que el precio de una caja de 100 folders cuesta 145 pesos, o sea a 1.45 pesos por pieza. Además, de acuerdo con la página Compranet, Aspron Bocanegra tiene como objeto social la “venta de equipo y materiales para restauración y conservación de bienes culturales”.
En el POT también se informa que el IFAI contrató a la empresa Training House de México para seleccionar a quienes ocuparían los puestos vacantes al concluir 2010, por un monto cercano a los 100 mil pesos. Esto a pesar de que el artículo 22 del reglamento interno del instituto establece que la Secretaría General, cuyo titular gana 134 mil 818 pesos, tiene entre sus responsabilidades la de administrar los recursos humanos.
Para cumplir su función, dicha área cuenta con una serie de directores y jefes de área, sin contar secretarias ni asistentes, cuyas percepciones suman 352 mil 207 pesos mensuales después de las deducciones, cifra a la que se añaden seguros de vida, de gastos médicos y de retiro, entre otras prestaciones.
Pese a la costosa nómina, en el IFAI es frecuente la contratación de proveedores de servicios. Por ejemplo, los directores y jefes de departamento la Dirección General de Comunicación Social del IFAI ganan en conjunto casi 600 mil pesos mensuales, ya con deducciones pero aún sin las prestaciones y sin considerar viáticos, asistentes, choferes ni otro tipo de personal. Con todo, el 27 de septiembre de 2011 pagó un millón y medio de pesos a la empresa Central de Estrategias Políticas, S.A. de C.V. para que le diseñara un proyecto de comunicación sobre datos personales.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1893, ya en circulación)