Por Sanjuana Martínez
El poder desenmascara. Y para muestra Rosario Robles Berlanga, la gran traidora de la izquierda, esperpento del sistema político mexicano incluido en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
La historia de Rosario Robles está llena de ambición desmedida y traición. No es extraño que forme parte de un gabinete marcado por la sospecha del fraude, la compra masiva de votos, el clientelismo y los delitos electorales solapados por un IFE corrupto y corruptor.
Es Rosario Robles. La misma que vendió su alma al diablo; la misma cuyo amor “incondicional” por Carlos Ahumada la convirtió en la “villana favorita” del sistema; la misma que ofreció en bandeja de plata, la cabeza de sus compañeros de partido por sed de venganza; la misma que oferta sus “principios” al mejor postor; la misma simuladora de siempre.
Si alguien esperaba algo bueno de esta señora en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se equivocó. Nada bueno puede venir de una mujer acostumbrada a nadar en la suciedad del poder; una mujer capaz de adaptarse de manera camaleónica a la inmunda cloaca de las complicidades y corruptelas del gobierno en turno.
Por eso la Cruzada Nacional Contra el Hambre encabezada por Robles Berlanga es un fiasco, un grotesco ejercicio de desprecio a los seres humanos, un insulto a la dignidad de los mexicanos, una canallada disfrazada de obra de caridad.
La pobreza extrema en México tiene niveles de auténtica catástrofe humanitaria. Hay 75 millones de pobres, de los cuales la mitad no tiene qué comer.
La señora Robles quiere mitigar el devastador panorama con algunas medidas creativas surgidas de su noble espíritu y generosidad. Para empezar, ha convocado a todos los mexicanos a un concierto en el Auditorio Nacional el 30 de abril, al que se podrá acceder a cambio de entregar un kilo de algún alimento. Maravillosa propuesta que seguramente terminará con el hambre de un puñado de pobres en un día.
Otra brillante idea de la señora Robles: impulsar en redes sociales su particular cruzada contra el hambre y por cada “like” en su página de Facebook, una empresa donara botellas de leche. Esta estupenda medida seguramente terminará con la desnutrición de millones de bebés y niños en etapa lactante. En México todavía mueren niños por desnutrición crónica e incluso por una simple diarrea.
Pero la señora Robles ha encontrado el hilo negro: para mitigar el hambre de la infancia se le ha ocurrido una original idea: equipar con cámaras fotográficas a niños en los 400 municipios donde operará la Cruzada Contra el Hambre para que registren los cambios que observen en sus lugares de origen a partir de la entrada en vigor del programa peñanietista. Y lo más importante: ¡ha convocado a un concurso de fotografía!…
Y falta lo más importante: gracias a la creatividad de la señora Robles, los niños hambrientos de esos 400 municipios disfrutarán de 100 proyecciones de películas al aire libre con el generoso y altruista apoyo de la Fundación Cinépolis.
Y gracias a la filantropía de algunos comerciantes, la señora Robles firmará convenios con la Central de Abastos y bancos de alimentos para obtener la donación de víveres.
En realidad, lo que la señora Robles quiere es privatizar la cruzada contra el hambre a cambio de intereses inconfesables y por eso ha invitado a importantes multinacionales como PepsiCo. para alimentar a los pobres con Pepsi y un producto enriquecido a base de avena a fin de “solucionar las necesidades nutricionales de los menores, las embarazadas y en lactancia.” PepsiCo., que tiene como socia a Magdalena Robles, la hermana de Rosario Robles, ya anunció de manera loable la creación de dos productos a “precio accesible” de atole y galleta, para “contribuir a cubrir todas las necesidades diarias de nutrición de la población materno-infantil que sufre desnutrición crónica”.
La filantropía de las enriquecidas multinacionales a base de la explotación laboral de los trabajadores mexicanos, no tiene desperdicio. Por ejemplo, Nestlé México, se comprometió a impartir más de 200 mil horas de educación en nutrición y cursos de autoempleo en los 400 municipios más pobres. ¡Vaya generosidad desmedida!
Y lo más altruista de Nestlé: ofrecerá “Mi dulce negocio”, un programa de capacitación empresarial culinario destinado a por lo menos 15 mil mujeres “emprendedoras” para abrir su propio negocio y así se conviertan nada menos que en “microempresarias”.
Semejantes iniciativas más bien parecen una burla ante el sufrimiento de la población en situación de pobreza. De hecho, la cruzada del hambre de Rosario Robles sólo incluye a 7.4 millones de personas que viven en esos 400 lugares elegidos. ¿Y el resto? ¿Qué hacemos con los 68 millones de pobres restantes?…
La sensibilidad de la señora Robles va más allá de cifras e instalará un comité de expertos con personajes destacados en investigación sobre hambre y pobreza y lo más importante ha invitado al ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva el 19 de abril, para que la ilumine con sus métodos exitosos a fin de reducir la pobreza. Qué fácil es hablar de hambre cuando se tiene el estómago lleno como el de la señora Robles.
Qué fácil es ofrecer cámaras fotográficas a los niños empequeñecidos y panzones por la desnutrición crónica. Qué fácil es darles atole y galletas de PepsiCo. a quienes van perdiendo vista y capacidades intelectuales por no comer.
Seguramente la señora Robles nunca ha hablado con una madre angustiada del sur de Nuevo León que desde hace meses decidió darles de comer a sus hijos “ratitas” fritas a consecuencia de la sequía voraz que consume territorio, animales y seres humanos; una situación que se repite en cientos de municipios del país.
¿Habrá tenido alguna vez hambre Rosario Robles? ¿Sabrá lo que se siente no tener qué comer? ¿Conocerá la desnutrición producto de una dieta a base de fríjoles, atole, chile y tortilla?
Si Rosario Robles no conoce el hambre alimenticia, tal vez sí conoce el hambre de dignidad que seguramente quiere mitigar con su cruzada contra el hambre. Con esta iniciativa tan original y conmovedora, nos quiere convencer que ella es un ser humano extraordinario, preocupada por las necesidades de los demás. Lamentablemente su alma está un poco ahumada. ¿No les parece…
Fuente: Sin Embargo