El general Dawe narra el acoso

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“No me importa saber quién fue”, dice el general Roberto Dawe González durante una entrevista con la reportera Carla Cavazos, del diario El Mañana de Nuevo Laredo . Con su arresto por supuestos nexos con el narcotráfico le destruyeron la vida a su familia. Les cerraron el ingreso a los EU y les quitaron las visas. Hoy no desea saber quienes estuvieron detrás de su encierro. Pide una reforma a la ley para que se investigue a fondo y no se basen en lo dicho por un testigo protegido que finalmente es un delincuente con inmunidad y prestaciones.

“Ya sabemos todo”, -¿Todo de qué?- Los aviones, Toluca, Cancún, Cuernavaca y todo, pero usted no nos interesa, nos interesa su compadre, el Teniente Coronel Silvio.

Esa mañana del 15 de mayo del 2012, el General Brigadier Diplomado de Estado Mayor, Roberto Dawe González cumplió las indicaciones superiores de un día anterior, no se desveló, desayunó bien y se presentó a la cita programada para someterse a un examen médico.

“Me supuse que era el examen que normalmente hacemos para ir a promoción superior, es un examen de confianza que se hace a todos los generales para ver si puede accesar al siguiente grado, un examen de confianza, el polígrafo”, recordó el militar quien en 1968 se enlistó en el Ejército Mexicano.

¨Llego y me dicen por acá, precisa, los vi medio nerviosos e intuí que algo raro estaba pasando, ya en el corredor se presenta la Policía Judicial Federal Militar filmando y me dan una orden de presentación¨.

“Me llevaron al hotel para que me cambiara de civil para no presentarme uniformado a la SIEDO (ahora SEIDO), después me llevaron al campo militar y me hicieron un examen físico totalmente desnudo, para llevarme y presentarme con un examen médico, para que llegara sin un problema de maltrato”.

El general Roberto Dawe González fue el primero de seis militares detenidos en el país durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, acusado de nexos con el narcotráfico, en base a versiones de testigos protegidos.

“Yo llegué sólo, yo fui al primero que detuvieron, empezó la intimidación y me dice un funcionario Oiga ya sabemos todo -¿todo de qué? responde-, lo de los aviones, Toluca, Cancún, Cuernavaca y todo eso”.

Pero usted no nos interesa, le dijeron, nos interesa su compadre el Teniente Coronel Silvio, ya sabemos todo, ¿pero usted qué sabe?, no se nada, insistió el general.

“Ya sabemos que se reunió con un tal Jenifer, en el restaurante de El Lago”, presionaron al mando de la milicia, dejando en claro Dawe González que para empezar no frecuenta estos lugares.

El primer error

Durante el desarrollo del proceso contra el General Roberto Dawe los señalamientos presentados en su agravio no fueron debidamente documentados, lo que evidenció una mala integración del caso.

La presunta reunión con Jenifer, según le dijeron, se realizó por el mes de febrero del 2012, pero nunca le dieron una fecha precisa sobre el supuesto encuentro.

“Dígame exactamente la fecha porque yo llevo una agenda donde tengo perfectamente bien todos los días qué hago, qué dejé de hacer, qué no hice, entonces si usted me dice exactamente la fecha, yo le digo a tales horas estuve en tal lado, tal lado y tal lado”, respondió.

Fue algo que no contemplaron durante la integración del caso que lo mantuvo preso 11 meses en el Centro Federal de Readaptación Social número 1 Altiplano, prisión de máxima seguridad en Almoloya de Juárez.

“Esto fue lo que no habían previsto, entonces dejaronlas fechas abiertas, entre febrero y marzo, o sea, no tenían un dato exacto para evitar que uno pudiera defenderse”, señaló.

La ley marca que debe ser así, dijo, a tal fecha, a tales horas se reunió, lo cual omitieron quienes tuvieran bajo su responsabilidad la conformación de la averiguación.

“Entonces digo, no es cierto, jamás he ido a ese restaurante, no conozco a la persona que me mencionan, niego categóricamente lo que están diciendo, además yo ya tenía conocimiento de esto desde el 2010 porque el jefe de Estado Mayor Presidencial me lo comunicó, cuando me lo dijo, igual que ahorita se lo digo a usted que no era cierto, él me dijo que ya tenía conocimiento el Secretario de la Defensa Nacional y el señor Presidente y que inclusive en ese entonces el procurador Arturo Chávez Chávez decía que no era un señalamiento suficiente como para abrir la averiguación”, añadió.

Los narcos de amarillo

En las siguientes 72 horas, el General Dawe González permaneció preso en las celdas subterráneas de la SIEDO, con una colchoneta, una almohada, hasta que un juez emitió una orden de arraigo por 40 días hasta lograr se cumplieran los 90.

“Ya está uno arraigado, ya no hay la facilidad de hablar por teléfono, ya está uno prácticamente señalado, con un uniforme”, detalla al recordar cómo poco a poco fue perdiendo contacto con sus familiares.

Delincuencia organizada, camiseta amarilla con un pants gris, puntualizó, verde por lavado de dinero, playera blanca o sudadera por trata de blancas, ahí te distinguen por colores, desde ahí te están marcando, te están señalando.

“Siempre pensé que después del arraigo iba a salir libre, confiado, confié en eso porque no había absolutamente nada, pero ya empezó a ser mediático a nivel nacional, internacional, fue una situación muy difícil, uno no sufre tanto por eso porque uno está consciente de lo que es, está uno tranquilo, pero… la familia la destrozan, es más, siento yo que llega un momento en que la familia dice a lo mejor es cierto, de tanto que se maneja”, expuso.

“Te destruyen la vida en dos minutos”

Los daños colaterales alcanzaron a la familia del general, al ser impedidos para salir del país, sufriendo las consecuencias de una persecución que no tuvo elementos para continuar.

La familia intentó cruzar a Laredo Texas, pero el gobierno mexicano ya había emitido una alerta a su similar de Estados Unidos para impedirles el cruce a ese país.

“No me querían decir mis hijos, mi familia, que los habían parado en la Aduana Los Customs, los esposaron, dos horas de interrogatorio, revisión del carro y luego les quitaron las visas”, dijo.

A todos, añadió, a mi mamá, a mis hermanos, a mis hijos, a mi esposa, es una situación difícil, “te destruyen la vida en dos minutos”.

El General Roberto Dawe lamentó que todavía no se han podido recuperar, no tienen las visas, perdieron oportunidades de trabajo, sus casas fueron cateadas en Nuevo Laredo y Puebla, con operativos aparatosísimos, seis horas con soldados alrededor.

Enseña a campesino a bañarse y vestirse

A los 77 días, el pasado 1 de agosto del 2012 fue trasladado a la cárcel del Altiplano de Almoloya de Juárez, conocida como “La Palma”, similar a una francesa que está cerrada por atentar contra los derechos humanos, pero que aquí en México sigue en operación.

La prisión con capacidad para 600 internos, es habitada por más de mil y en tres meses llegaron 400 procesados.

“Me tocó como compañero un campesino que traía pintados los huaraches en el pie, pintados del sol, huaraches de tres correas, un señor de 65 años, campesino de toda la vida, le tuve que enseñar a bañarse porque abría la regadera y se ahogaba, se ponía por un lado de la regadera y se la echaba con la mano, como a jicarazos”, recordó.

Dawe señaló que el señor estaba detenido porque le echaron una arma en la camioneta en que viajaba acompañado de su yerno quien también está en la prisión.

“No sabía leer ni escribir, no sabía ni ponerse los calcetines, no sabía vestirse, entonces tenía que enseñarle porque cuando llegara a irse iba llegar a población y ahí si va a sufrir”, apuntó.

Capos y secuestradores como vecinos de celda

Durante el encierro el General tuvo de vecinos a sujetos considerados de alta peligrosidad y a quienes la gente así les identifica, pero dentro, en la convivencia, el trato fue muy diferente al esperado.

“A lo mejor pudiera pensarse que está mal que uno todavía pondere ciertas cualidades de determinadas personas que la gente o que todo mundo señala como delincuentes, pero con todo y eso, somos seres humanos todos”.

Cuando llegamos ahí, manifestó, con todo y la disciplina, todo como somos y como estamos forjados, es un mundo totalmente diferente, no se espera uno que dentro de aquellas gentes que se señalan como delincuentes, lo que hayan hecho, los delitos que tengan, se preocupen por uno.

“En la estancia Uno estaba Sigifredo Nájera Talamantes, en la Cuatro Víctor Magno Escobar Luna, César Freyre, César Jiménez, a lo mejor se me olvida un nombre y qué lástima porque es gente que nos ayudó”, señala.

Durante casi dos meses no tuvimos comunicación con nuestras familias, al menos en mi caso porque mi familia es de Nuevo Laredo, narró el jefe militar, en entrevista realizada en la sala de su casa en la frontera tamaulipeca.

“Para que supieran que estábamos bien, porque se imaginan lo peor, que pudiéramos estar muertos o enfermos y los medios y lo que se dice de la cárcel, la madre de todas las prisiones, cárcel de máxima seguridad, suena horrible y con justa razón todos angustiados, nos ayudaron”, comentó.

Para enviar un mensaje a la familia tenía que emplearse una clave, una palabra, una frase, que sólo el destinatario podría entender y asimilar como una señal de vida.

“General mire, dígame un recado –obviamente la desconfianza, se escuchan tantas historias-, pero yo en lo personal sentí y tu sientes cuando te están ofreciendo apoyo de corazón, yo fui el primero que me atreví a decirle a Sigifredo Nájera dile a tu abogada que hable a mi casa”.

El reo procesado por crimen organizado le pidió una palabra clave para que la familia del General Dawe no pensara que se trataba de una extorsión o amenaza.

“Entonces le digo, pues nada más dígales que mando saludar a Lady Gaga, -¿Y quién es Lady Gaga?, le cuestionó-, mi suegra, porque así le digo, jajaja se soltó mi esposa riendo, con eso ya entendió”, abundó.

Todos esos presos lo cobijaron, de alguna manera se dieron cuenta que su problema no era delictivo, tenía otro tinte, se dice que político, pero ya no quiere meterse en ese tipo de cosas.

“No es algo que me mueva a hablar, yo soy soldado profesional 100 por ciento, adoro, quiero y me identifico plenamente con mi institución”, reiteró el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor.

Fue una infamia

La directiva del presidente Enrique Peña Nieto es que todo se haga apegado estrictamente a derecho, reconoce el jefe militar quien considera necesaria una reforma a la Ley Contra la Delincuencia Organizada que le permite al Agente del Ministerio Público fincar una responsabilidad a alguien sin las pruebas suficientes.

“Simplemente por señalamientos y dichos como fue el caso, ya se ha perdido esa cuestión de la investigación porque para poderte aprehender y meterte a la cárcel debe haber un señalamiento, pero una prueba fehaciente de que cometiste tal o cual delito”, dijo.

Cuestionó que mediante la figura de un testigo protegido se pueda actuar por la vía legal contra cualquier persona, sin que existan elementos suficientes para la integración de una averiguación.

“Un testigo protegido que es delincuente, que es asesino pero declarado además, sí yo hice esto, hice aquello, pero si me quitan tanto yo voy a señalar a quien usted me diga, entre más señale más inmunidad o hasta prestaciones”.

Consideró terrible que un proceso que por simple que parezca pueda tardarse tres años e insistió para que en México ya se apliquen los juicios orales como en el pasado, donde los casos se resolvían en ese momento.

“Como lo hacen en Estados Unidos pero aquí no, pero esto se tiene que resolver cuando quieran que se resuelva, haga lo que haga si no hay voluntad de aplicar la ley aquí vamos a estar por tiempo indefinido”, admitió.

Destacó que hoy existe la intención y se está haciendo, de aplicarse la ley apegada estrictamente a derecho y así es como se debe combatir, no puede ser de otra forma, violencia genera violencia.

“No entiendo porqué alguien que está dentro de la ley tenga que andar encapuchado o esconder el rostro, tapar siglas de vehículos, nos convertimos en lo mismo, no puede ser eso, sin ponerles una pistola, un rifle o dinero, x ó z, nada de eso, lo que corresponde nada más y con eso estamos del otro lado, con eso estamos haciéndolas cosas bien y no nos vamos a convertir en parte de lo mismo”, expresó.

“Una experiencia que  no se le desea a nadie”

Lo primero que hizo el general al recuperar su libertad fue abrazar a su familia, dormir en un colchón y apagar la luz, en un hotel donde pernoctó a su salida del reclusorio.

“Dormir sin un foco de día, como tenía ahí día y noche y cámaras, la oscuridad, la intimidad de dormir de sentir ya no, ya no más, eso es lo que más… Dormí como una hora y luego a disfrutar un desayuno con la familia en el hotel y después la comida, unas tortas de milanesa y de huevo con chorizo en el lugar que precisamente se llama Las Milanesas”, recordó.

“Si volviera a nacer volvería a ser soldado, no pude haber escogido mejor cosa que ser soldado, sinceramente el Ejército es uff… me encanta el Ejército, así es mi vida, mi pasión, estoy a punto de culminar ya mi carrera, si no asciendo este año a General de Brigada ya metería mi solicitud del año sabático y al cumplir 61 años, el próximo, ya vendrá mi retiro”.

Roberto Dawe resaltó que es algo que espera con mucho entusiasmo para poder convivir más con su familia aunque siempre ha tenido tiempos de calidad con los suyos, con mucho amor y con mucho gusto.

“Tengo 30 años de vivir en Nuevo Laredo y siempre ando solo, no tengo temor porque no le hacemos daño a nadie, soy amigo de los amigos, sé ser amigo, creo ser buen padre, buen hijo, buen esposo, buen hermano”, precisó.

Aseguró sentirse normal tras el difícil momento que pasó al ser encerrado por acusaciones que finalmente no pudieron sostener y terminaron con su liberación.

“No me siento agredido, la persona que se le ocurrió hacernos esto, si gozó por esto qué bueno, qué bien por él, sinceramente no me interesa ni saber quién fue, ni porqué fue, Jenifer y Mateo tampoco, son instrumentos para otras personas, ¿para quién?, no sé y no vale la pena saber, no lograron hacernos nada, por lo menos al corazón, nunca pudieron encerrarlo, yo sigo siendo el mismo , no he cambiado, mi vida antes y después de lo que pasó sigue siendo igual, es una experiencia única que no se la deseo a nadie”, dijo.

El General en Activo Roberto Dawe González se recupera en su casa de dos cirugías a las que fue sometido por la falta de atención médica oportuna cuando se encontrada preso en el Altiplano de Almoloya de Juárez.

Hoy se encuentra a la espera de una reunión con sus superiores para saber si finalmente será reincorporado a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Fuente: El Mañana de Nuevo Laredo

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