El extraño retorno del ‘subjefe’ Diego

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Por Jairo Calixto Albarrán

Pues según las últimas encuestas, incluidas las de medios que ni de lejos comulgan con la cuarta transformeichon, tristemente la oposición está al nivel de los bultos con los que practica sus jabs el Canelo Álvarez. Es increíble que todo ese titánico esfuerzo para mover hashtags contra el tirano de Macuspana no funcione; al igual que valen gorro todos esos dineros invertidos por el muy Equis señor X en el PRIANRD, el Tumor y el Va por México. Pobrecito, con todo y que los encontró en barata, la cosa le está saliendo carísima; hubiera sido más útil comprar la chatarra de los agronitroenajenados.

Por eso hay que saludar que Diego Fernández de Cevallos le entre al debate público a través de las redes sociales, en donde intentará, al grito de “Dejad que los niños ultraderechosos se acerquen a mí”, ser un pastor para que las jóvenes conciencias encuentren en él una luz de sabiduría al fondo del túnel. Como ya vio que Jelipillo es un loquillo y que a pesar de sus enseñanzas el pobrecito Ricardo Anaya no ha aprendido nada, él sale al quite con su barba y su puro a pastorear un rebaño de cabras que nomás tiran pa’l monte. Una noble aspiración que el ex candidato presidencial acoge con humildad y austeridad, donde renuncia a cualquier deseo egomaníaco, por pura nostalgia del viejo régimen que sí era chido y no metía a sus contlapaches al tambo.

Hay muchos oportunistas que creen que lo del subjefe Diego serán cursos propedéuticos para conseguir grandes hazañas morales como en Punta Diamante, la carretera del amortz, el viejerío y los descalzonados, ahorrarse lo del predial, las concertacesiones, nada más falso. Eso fue en otra vida.

Eso sí, me parece mala onda que a pesar de declarar que volvería a hacer todo lo que hizo con Carlos Salinas de Gortari, haya negado ser ajonjolí de todos los complós. Digo, en vez de ocultarlo, Diego debería de sentirse orgullos de aquellos conciliábulos con Salinas, Chayito Robles, los videos de Ahumada y el show de Brozo, el Trujillo Tenebroso. Aguas, Emily Salinas le puede mandar a los de su secta satánica para darle una calentadita.

Lo único que no me cuadra es que para esta hazaña el subjefe Diego se deje llevar por la misma empresa que le maneja la imagen a Ricky Riquín y que lo ha convertirlo en la aburrida caricatura de sí mismo que de por sí ya era aburrido. A ver si luego no lo ponen a cantar con Chumel Torres aquello de “Tú y yo somos uno mismo”.

jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto

Fuente: Milenio

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