El Edomex y el caso Adolfo Lagos: la inseguridad #Requetemal

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Por Jenaro Villamil

El spot de Alfredo del Mazo Maza, primer primo de la nación y entonces aspirante a gobernador del Estado de México, recetó la frase “fuerte y con todo” contra la inseguridad pública, una de las peores here

El spot de Alfredo del Mazo Maza, primer primo de la nación y entonces aspirante a gobernador del Estado de México, recetó la frase “fuerte y con todo” contra la inseguridad pública, una de las peores herencias del largo reinado priista en la entidad más poblada del país.

El descontento mexiquense no es para menos. Las propias cifras oficiales hablan de un estado rebasado por completo frente a la delincuencia: 10 mil 839 homicidios dolosos entre 2012 y abril del 2017, un promedio de 169 personas asesinadas cada mes, y el robo a vehículos, con o sin violencia, llegó a 262 mil 885 casos entre 2012 y el primer cuatrimestre de 2017, sin contar que el Estado de México encabeza el primer lugar de feminicidios, el más alto en secuestros y más del 90% de las víctimas prefiere no denunciar ante la desconfianza en las autoridades.

“Fuerte y con todo”, el arranque del gobierno de Del Mazo ha sido desastroso en materia de inseguridad. Nada ha cambiado en una entidad que llegó a dos mil 53 homicidios dolosos en 2016 y ha rebasado los mil 500 en los primeros 10 meses de 2017.

En medio de este panorama, el domingo 19 de noviembre, en pleno puente vacacional, se incendiaron las redes sociales ante la confirmación del homicidio de Adolfo Lagos Espinosa, vicepresidente de Grupo Televisa y director general de Izzi, la empresa de telecomunicaciones que antes se llamaba Cablevisión.

La primera versión oficial fue que Lagos Espinosa fue víctima de un intento de asalto en el kilómetro 44 de la carretera México-Tulancingo, para despojarle su bicicleta alta gama modelo 2018 Works Roubaix, con un valor de 200 mil pesos, una de las más caras en el mercado.

Lagos no viajaba solo. Estaba acompañado por un amigo y dos guardaespaldas armados en una camioneta Cherokee. De las nopaleras del camino surgieron los asaltantes que dispararon en contra del alto funcionario de Televisa.

Lagos falleció en un hospital de Coacalco. Los asaltantes huyeron como el Correcaminos por las nopaleras y hasta el día de hoy lo único que tiene la Fiscalía General de Justicia del Estado de México son un “retrato hablado” de los asaltantes, pistas sueltas sobre el posible paradero de uno de ellos en Hidalgo y el robo como principal móvil del delito.

La noche del lunes 20 de noviembre, la tragedia del vicepresidente de Televisa se transformó en un extraño guion de una película digna de Juan Orol: las pruebas de balística revelaron que la bala que se alojó en el abdomen de Lagos fue disparada por uno de sus guardaespaldas y no por los asaltantes. La reconstrucción de los hechos dice que los escoltas hicieron todo para que su jefe falleciera antes de llegar al hospital: golpearon a Lagos con la camioneta Cherokee, en el camino a un hospital cercano de Coacalco se les ponchó una llanta, una patrulla no les pudo ayudar diciendo que estaba “levantando una infracción” y tuvieron que esperar una ambulancia de Caminos y Puentes Federales (Capufe).

Es un enredo digno de una comedia de errores, según la última versión de la propia Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Algo que nos recuerda el “suicidio involuntario” de la niña Paulette, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, o las fugas sospechosas de capos del narcotráfico.

Cierta o no esta reconstrucción lo que exhibe el crimen de Adolfo Lagos es la absoluta inutilidad de un gasto multimillonario en cámaras de seguridad, en equipamiento de patrullas y en servicios de alarma o de alerta frente a asaltantes porque el Estado de México es tierra de nadie. Entre el crimen organizado, la delincuencia común y la incapacidad del ministerio público para investigar y sancionar a los delincuentes, la tierra de la dinastía Peña-Del Mazo está “requetemal” en materia de seguridad pública.

La indignación generada tras conocerse la muerte del vicepresidente de Televisa tiene su origen en la sobrerreacción del presidente Enrique Peña Nieto y de su primo gobernador Alfredo del Mazo que expresaron sus condolencias, su “solidaridad” y su “condena” cuando lo que un ciudadano común en el Estado de México lo que demanda es acción eficaz, fin a la impunidad y a la corrupción que alimenta esta delincuencia y no caravanas de duelo tuitero para quedar bien con el consorcio mediático que tan altas ganancias ha recibido del erario mexiquense.

El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, emplazó al gobierno de Peña Nieto a que revise el diseño del combate a la inseguridad ante la ola de asaltos al transporte de las empresas. Afirmó que “esta acción ha sido recurrente y, desafortunadamente, ha crecido de forma importante en los últimos meses”.

A su vez, la empresaria María Asunción Aramburuzabala, que preside el Grupo Tresalia, cuestionó en su cuenta de Twitter el mensaje del gobernador Alfredo del Mazo:

“De qué sirve tu solidaridad cuando se pierde un esposo y padre! ¡Necesitamos cambios reales que terminen con la inseguridad y la impunidad!”.

Grupo Televisa lamentó en su cuenta oficial el “sensible fallecimiento de su compañero y amigo” Adolfo Lagos, director general de Grupo Izzi. Hasta ahora no ha dicho nada de la nueva versión de la fiscalía mexiquense sobre la muerte de su vicepresidente.

Eso sí, en el noticiero conducido este martes por Loret de Mola dieron cuenta del desastre del Estado de México en materia de inseguridad: mil 332 homicidios entre enero y agosto de 2017 y “se calcula que el 94% de estos delitos no se denuncia”.

www.homozapping.com.mx

ncias del largo reinado priista en la entidad más poblada del país.

El descontento mexiquense no es para menos. Las propias cifras oficiales hablan de un estado rebasado por completo frente a la delincuencia: 10 mil 839 homicidios dolosos entre 2012 y abril del 2017, un promedio de 169 personas asesinadas cada mes, y el robo a vehículos, con o sin violencia, llegó a 262 mil 885 casos entre 2012 y el primer cuatrimestre de 2017, sin contar que el Estado de México encabeza el primer lugar de feminicidios, el más alto en secuestros y más del 90% de las víctimas prefiere no denunciar ante la desconfianza en las autoridades.

“Fuerte y con todo”, el arranque del gobierno de Del Mazo ha sido desastroso en materia de inseguridad. Nada ha cambiado en una entidad que llegó a dos mil 53 homicidios dolosos en 2016 y ha rebasado los mil 500 en los primeros 10 meses de 2017.

En medio de este panorama, el domingo 19 de noviembre, en pleno puente vacacional, se incendiaron las redes sociales ante la confirmación del homicidio de Adolfo Lagos Espinosa, vicepresidente de Grupo Televisa y director general de Izzi, la empresa de telecomunicaciones que antes se llamaba Cablevisión.

 

La primera versión oficial fue que Lagos Espinosa fue víctima de un intento de asalto en el kilómetro 44 de la carretera México-Tulancingo, para despojarle su bicicleta alta gama modelo 2018 Works Roubaix, con un valor de 200 mil pesos, una de las más caras en el mercado.

Lagos no viajaba solo. Estaba acompañado por un amigo y dos guardaespaldas armados en una camioneta Cherokee. De las nopaleras del camino surgieron los asaltantes que dispararon en contra del alto funcionario de Televisa.

Lagos falleció en un hospital de Coacalco. Los asaltantes huyeron como el Correcaminos por las nopaleras y hasta el día de hoy lo único que tiene la Fiscalía General de Justicia del Estado de México son un “retrato hablado” de los asaltantes, pistas sueltas sobre el posible paradero de uno de ellos en Hidalgo y el robo como principal móvil del delito.

La noche del lunes 20 de noviembre, la tragedia del vicepresidente de Televisa se transformó en un extraño guion de una película digna de Juan Orol: las pruebas de balística revelaron que la bala que se alojó en el abdomen de Lagos fue disparada por uno de sus guardaespaldas y no por los asaltantes. La reconstrucción de los hechos dice que los escoltas hicieron todo para que su jefe falleciera antes de llegar al hospital: golpearon a Lagos con la camioneta Cherokee, en el camino a un hospital cercano de Coacalco se les ponchó una llanta, una patrulla no les pudo ayudar diciendo que estaba “levantando una infracción” y tuvieron que esperar una ambulancia de Caminos y Puentes Federales (Capufe).

Es un enredo digno de una comedia de errores, según la última versión de la propia Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Algo que nos recuerda el “suicidio involuntario” de la niña Paulette, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, o las fugas sospechosas de capos del narcotráfico.

Cierta o no esta reconstrucción lo que exhibe el crimen de Adolfo Lagos es la absoluta inutilidad de un gasto multimillonario en cámaras de seguridad, en equipamiento de patrullas y en servicios de alarma o de alerta frente a asaltantes porque el Estado de México es tierra de nadie. Entre el crimen organizado, la delincuencia común y la incapacidad del ministerio público para investigar y sancionar a los delincuentes, la tierra de la dinastía Peña-Del Mazo está “requetemal” en materia de seguridad pública.

La indignación generada tras conocerse la muerte del vicepresidente de Televisa tiene su origen en la sobrerreacción del presidente Enrique Peña Nieto y de su primo gobernador Alfredo del Mazo que expresaron sus condolencias, su “solidaridad” y su “condena” cuando lo que un ciudadano común en el Estado de México lo que demanda es acción eficaz, fin a la impunidad y a la corrupción que alimenta esta delincuencia y no caravanas de duelo tuitero para quedar bien con el consorcio mediático que tan altas ganancias ha recibido del erario mexiquense.

El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, emplazó al gobierno de Peña Nieto a que revise el diseño del combate a la inseguridad ante la ola de asaltos al transporte de las empresas. Afirmó que “esta acción ha sido recurrente y, desafortunadamente, ha crecido de forma importante en los últimos meses”.

A su vez, la empresaria María Asunción Aramburuzabala, que preside el Grupo Tresalia, cuestionó en su cuenta de Twitter el mensaje del gobernador Alfredo del Mazo:

“De qué sirve tu solidaridad cuando se pierde un esposo y padre! ¡Necesitamos cambios reales que terminen con la inseguridad y la impunidad!”.

Grupo Televisa lamentó en su cuenta oficial el “sensible fallecimiento de su compañero y amigo” Adolfo Lagos, director general de Grupo Izzi. Hasta ahora no ha dicho nada de la nueva versión de la fiscalía mexiquense sobre la muerte de su vicepresidente.

Eso sí, en el noticiero conducido este martes por Loret de Mola dieron cuenta del desastre del Estado de México en materia de inseguridad: mil 332 homicidios entre enero y agosto de 2017 y “se calcula que el 94% de estos delitos no se denuncia”.

FuenteHomozapping.com.mx

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