Intensas lluvias poco propias de esta época del año dañaron los cultivos de tabaco y plantearon dudas en torno a las icónicas marcas de cigarros cubanos, que algunos aficionados esperan que no rebajen su calidad ante el aumento de la demanda.
Y aunque las ventas al exterior aumentaron de forma saludable el año pasado, los responsables de la industria tabaquera cubana dicen que han visto poco impacto en las ventas nacionales desde el repunte del turismo que ha llevado a cientos de miles de nuevos visitantes a La Habana. Esto podría ser, en parte, porque aunque algunos turistas visitan las tiendas oficiales de puros, muchos otros compran cigarros robados o falsificaciones en la calle, lo que daña aun más la imagen del producto.
Sin embargo, los problemas de la industria no han impedido que los agricultores que cultivan tabaco se beneficien del auge turístico, convirtiendo sus fincas en atracciones turísticas, donde autobuses llenos de visitantes extranjeros pueden degustar comidas a base de cerdo asado, arroz y frijoles y bebidas de ron.
La finca Montesino, en la provincia de Pinar del Río, ha estado en las manos de la misma familia desde hace tres generaciones y es una de los productoras de tabaco más conocidas de Cuba. A diario recibe visitas de grupos de turistas organizadas por las agencias de turismo estatales. Cientos de extranjeros asisten a charlas sobre el tabaco cubano además de disfrutar de la comida y los cócteles.
A pesar de la invasión de visitantes, algunos aspectos de la vida en el valle central de la provincia de Viñales han cambiado poco. Los padres llevan a sus hijos a la escuela en bicicleta. Los agricultores transportan las hojas de tabaco a los secaderos en carros tirados por bueyes. Los trabajadores toman la siesta bajo bastidores de secado de hojas.
Los trabajadores dicen que están ansiosos por ver más beneficios de los crecientes vínculos de Cuba con el mundo exterior tras la normalización de las relaciones con Estados Unidos, sin perder su plácida vida del último medio siglo.
En esta imagen, tomada el 27 de febrero de 2016, Raúl Valdés Villasusa, de 76 años, fuma un cigarro mientras recolecta hojas de tabaco en su plantación de Viñales, en la provincia cubana de Pinar del Río. Los agricultores reciben dinero del gobierno por sus cosechas de tabaco y guardan una pequeña parte de ellas para uso propio. (Foto AP/Ramón Espinosa)
En esta imagen, tomada el 25 de febrero de 2016, trabajadores utilizan un carro tirado por un caballo y un auto clásico estadounidense para transportar las hojas de tabaco recién recolectadas hasta un granero en la provincia cubana de Pinar del Rio. Las hojas de tabaco pasarán allí dos meses para secarse, antes de ser enviadas a limpiar para después fabricar puros con ellas. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, un trabajador toma una siesta bajo paneles de secado de hojas de tabaco en la plantación de Montesino, en la provincia cubana de Pinar del Rio. La plantación Montesino lleva tres generaciones en manos de la misma familia, una de las productoras de tabaco más reconocidas del país. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, un hombre lleva a una niña a la escuela en bicicleta en Viñales, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba, donde el tabaco es la principal fuente de ingresos. A pesar de la invasión de visitantes, algunos aspectos de la vida en el valle central de la provincia de Viñales han cambiado poco. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 1 de marzo de 2016, mujeres seleccionan y limpian hojas de tabaco en el interior de una fábrica estatal en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Tras retirar el nervio central de cada una de las hojas secas, se sumergen en amonio y agua y vuelven a secarse durante al menos dos meses. Cuantos más años dure el secado de las hojas, como el vino, más valor tiene el producto para los aficionados a los puros, que los llaman cigarros “reserva”. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, Jorge Luis León Becerra, de 43 años, espera sobre su carro, tirado por un buey, a que los trabajadores lleguen con las hojas de tabaco para trasladarlas a un almacén para su secado, en la plantación Martínez, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Intensas lluvias poco propias de esta época del año dañaron los cultivos de tabaco y plantearon dudas en torno a las icónicas marcas de cigarros cubanos, que algunos aficionados esperan que no rebajen su calidad ante el aumento de la demanda. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 27 de febrero de 2016, Raúl Valdés Villasusa, de 76 años, muestra sus manos, endurecidas por años de trabajo en su plantación de tabaco en Viñales en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Villasusa, que creció en la plantación de su familia, dijo que sus cultivos son orgánicos y no emplean químicos. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 27 de febrero de 2016, Yoberlán Castillo García espera mientras uno de sus caballos bebe agua en la pequeña plantación de tabaco que gestiona junto a su hermano en Viñales, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. García dice que a los caballos que alquilan a los turistas les llaman “automáticos”, porque siempre regresan por sí solos. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 25 de febrero de 2016, una gallina mira a un cerdo recién muerto que será cocinado para los turistas que visitarán la plantación de tabaco Montesino al día siguiente, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. A pesar de la invasión de visitantes, algunos aspectos de la vida en el valle central de la provincia de Viñales han cambiado poco. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, residentes viajan en un antiguo autobús escolar hacia el centro de la localidad de Viñales, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba, donde el tabaco es la principal fuente de ingresos. A pesar de la invasión de visitantes, algunos aspectos de la vida en el valle central de la provincia de Viñales han cambiado poco. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, un trabajador de una plantación de tabaco saca a pastar a su caballo tras su jornada laboral en la plantación de Yoandri Hernández, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Los trabajadores dicen que están ansiosos por ver más beneficios de los crecientes vínculos de Cuba con el mundo exterior tras la normalización de las relaciones con Estados Unidos, sin perder su plácida vida del último medio siglo. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 25 de febrero de 2016, Marcelo Montesino, de 92 años (derecha), y su hijo Eulogio Montesino, de 55, posan en el interior del edificio en el que se secan las hojas de tabaco en la plantación Montesino, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Eulogio dice que su padre tiene una “salud de hierro” gracias a una alimentación a base de productos orgánicos cultivados en su plantación y que espera crear algún día una marca de puros con su nombre. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, Jorge Luis Leon Becerra transporta hojas de tabaco recién recolectada a un edifico para su secado, en la plantación de tabaco Martínez en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Los cultivadores de tabaco se están beneficiando del auge del turismo tras la mejora de las relaciones entre EEUU y Cuba, convirtiendo sus plantaciones en atracciones turísticas. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 27 de febrero de 2016, Andrés Álvarez Hernández sostiene a su gallo de pelea en la mano mientras recoge un paquete de leche en polvo de una tienda estatal, que paga con su cartilla de racionamiento, en Viñales, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 26 de febrero de 2016, un trabajador de una granja de tabaco camina hacia su casa tras una jornada la laboral, en la provincia cubana de Pinar del Rio. Los trabajadores dicen que están ansiosos por ver más beneficios de los crecientes vínculos de Cuba con el mundo exterior tras la normalización de las relaciones con Estados Unidos, sin perder su plácida vida del último medio siglo. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 1 de marzo de 2016, trabajadores juegan a las cartas durante su descanso para comer, en medio de las planchas de secado de hojas de tabaco, en un almacén en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. Las hojas se trasladan a esa instalación para que “respiren” tras ser sumergidas en amonio y agua y se sequen durante al menos dos meses. (Foto AP/Ramon Espinosa)
En esta imagen, tomada el 27 de febrero de 2016, Yoberlán Castillo García, de 30 años, posa para un retrato en la puerta del granero donde se secan las hojas de tabaco en la plantación de su familia en Viñales, en la provincia de Pinar del Rio, Cuba. El almacén, fabricado con hojas de palma secas y madera, sirve también para guardar las motos y los equipos de los carros de caballos. (Foto AP/Ramon Espinosa)
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