“En Sinaloa sabíamos que ‘El Chapo’ ya no mandaba”, escribe Manuel Clouthier Carrrilo, ex diputado federal externo por el PAN. “Guzmán era ya una figura emblemática más que operativa del cártel de Sinaloa”, afirma. Falta “que vengan por los narcopolíticos y los narcoempresarios que les dan apoyo institucional, ya que Calderón no se atrevió a hacerlo”, dice.
“La reaprehensión del emblemático capo sinaloense ‘El Chapo’ Guzmán por parte del Gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto le quita a la mafia su aura de impunidad e imbatibilidad y ratifica la tesis de Giovanni Falcone: ‘El Estado tiene los medios para derrotar a la mafia’, escribe en su colaboración quincenal en El Universal.
“Así, yo aplaudo esta acción del Gobierno de Peña Nieto de empezar a combatir el crimen organizado en Sinaloa, esperando que vengan por los narcopolíticos y los narcoempresarios que les dan apoyo institucional, ya que Calderón no se atrevió a hacerlo”, escribe Clouthier Carrillo, quien aceptó la invitación de Andrés Manuel López Obrador a ser titular de la Contraloría Anticorrupción, en caso de que el tabasqueño ganara la elección presidencial.
El empresario, quien ha presentado recursos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para ejercer su derecho a postularse como candidato ciudadano, narra que hace algunos años platicando con un alto funcionario de la PGR de las administraciones federales panistas decía: “El Chapo Guzmán es como Cuauhtémoc Blanco; ya no juega, pero jala la marca”.
En su colaboración quincenal en El Universal, escribe este viernes 28 de febrero de 2014:
Joaquín Guzmán se había fugado de una cárcel de máxima seguridad sospechosamente al inicio de la administración panista del Gobierno federal de Vicente Fox. Así pues, “El Chapo” Guzmán tenía prófugo ya 13 años desde su escapatoria en enero de 2001. Y se había creado toda una mitología alrededor de su figura, misma que sí es cierto en torno al cártel de Sinaloa, mas no así sobre la persona de Guzmán. Mi lógica es más simple: De quien más se habla oficialmente no es el que manda.
Del que menos hablan las autoridades, ese es el que manda, el patrón.
Hay que distinguir entre lo que se dice oficialmente, de lo que se dice popularmente. Así lo valida el Comisario Gayraud en su libro “El G9 de las Mafias en el Mundo” en un apartado titulado: ¿Quién es el amo? Cito textual: “Para saber quién controla en realidad un territorio, la mejor manera de averiguarlo es plantear la cuestión a sus habitantes”. Es decir, ¡pregúntale a la gente!
En Sinaloa sabíamos que “El Chapo” ya no mandaba. Así se demostró con su reciente detención el pasado sábado 22 de febrero en Mazatlán, cuando se encontraba en un departamento condominal modesto sin ninguna protección. Guzmán era ya una figura emblemática más que operativa del cártel de Sinaloa. Por ello la caída de “El Chapo” no altera la estructura ni las operaciones de lo que Buscaglia llama la “red criminal Sinaloa”, que tiene, según el analista, franquicias en 54 países.
Más adelante señala:
El que “El Chapo” se encontrara en Mazatlán al momento de su detención es toda una señal de que Sinaloa es el estado seguro para este cártel. Nos dice Gayraud: “Una mafia siempre tiene un origen geográfico, una cuna histórica. Es su ´espacio vital´. Este principio de territorialidad implica una capacidad de control político, económico y social. El territorio mafioso es ese lugar donde la entidad criminal se siente a sus anchas, en su terreno”.
La reaprehensión del emblemático capo sinaloense “El Chapo” Guzmán por parte del Gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto le quita a la mafia su aura de impunidad e imbatibilidad y ratifica la tesis de Giovanni Falcone: “El Estado tiene los medios para derrotar a la mafia”.
Esta acción deja claro que cuando las autoridades quieren, saben hacer las cosas bien, como lo indica este hecho que demuestra la vulnerabilidad de la mafia ante un acto de autoridad competente como lo es la Marina. Lo que ha faltado históricamente es voluntad y honestidad.