Tras su captura en Los Mochis, Joaquín Guzmán Loera fue trasladado a la ciudad de México y luego recluido una vez más en el penal del Altiplano que, según las autoridades federales, ha sido reforzado para impedir que el El Chapo vuelvaa fugarse. ¿La tercera es la vencida?, es la pregunta que recorre el país…
A fin de evitar cualquier intento de que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera o que otro capo vuelva a fugarse de su celda en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, desde septiembre del año pasado autoridades federales realizaron varias obras para fortalecer la seguridad, que comenzaron dos meses después de la fuga del capo.
A este centro penitenciario regresó el líder del Cártel de Sinaloa, tras ser recapturado en su tierra natal.
La cárcel de la que se fugó a través de un túnel fabricado con la más alta tecnología, albergará de nuevo al capo para seguir enfrentando sus procesos, hasta que se decida su situación legal y si lo extraditan o no a los Estados Unidos.
También llegará a un penal distinto, aseguró Arely Gómez, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), puesto que durante los últimos seis meses se desarticuló su red de protección, se detuvo a todos los que planearon y facilitaron su fuga del 11 de julio de 2015.
El proyecto de las nuevas medidas de seguridad implicó realizar un cambio radical en la modificación de los pisos del penal, por lo que estos fueron construidos por tres niveles traslapados de un cuadriculado de varillas de acero que se cruzan cada 10 centímetros.
Fotografías de la obra muestran que el área de Tratamientos Especiales del Cefereso Número 1, lugar donde están internados los más peligrosos, está compuesto de 20 estancias en su planta baja.
Justo en ese espacio estaban encerrados los líderes de los cárteles, pero los cambiaron de lugar temporalmente para realizar este blindaje que debió ser entregado en octubre pasado y ahora recibirá a “El Chapo”.