En un ejercicio de anticipación, el periodista Ed Vulliamy estimó que si el gobierno de Enrique Peña Nieto decide extraditar a Joaquín El Chapo Guzmán a Estados Unidos, es probable que el “juicio del siglo hasta la fecha” se lleve a cabo en secrecía, pues “si en la corte juega sus cartas de manera inteligente, puede hundir a muchas personas de alto nivel”.
“Guzmán tiene muy buenos amigos en cargos muy altos tanto al norte de la frontera como del lado mexicano, en particular en los círculos financieros y del comercio de armas” aseveró Vulliamy, autor de “Amexica: Guerra en la Frontera” (publicado en 2010), en un análisis publicado en el periódico británico The Guardian.
Según el periodista, la detención de El Chapo no impactará el comercio internacional de las drogas, pues “está asegurado por el hecho que no hay chance que nuestra dependencia a las drogas disminuya, y menos aún que nuestros bancos se vuelvan repentinamente reticentes a acoger sus vastas ganancias”.
Recordó que bancos como HSBC o Wachovia admitieron en los últimos años que lavaron millones de dólares provenientes del trasiego ilegal de droga por cárteles mexicanos.
El periodista enlistó varios escenarios para el periodo posterior a la captura de El Chapo.
El primer escenario plantea que Guzmán “hará lo que siempre ha hecho: continuar el negocio desde la cárcel”, tomando como supuesto que el Cártel de Sinaloa siga teniendo una relación con “suficientes elementos” en el Estado mexicano, la cual “involucra a lo mejor una convivialidad, a lo peor una complicidad”.
Planteó otro escenario “fascinante, y posiblemente aterrador”, en el que la captura de El Chapo marcaría la desaparición del modelo “corporativo y patriarcal” de los grupos criminales como el Cártel de Sinaloa –en el que Joaquín Guzmán sería “el último ‘don’ de la vieja escuela”–, sustituido por los “nuevos cárteles” que aparecieron en la segunda mitad de los años 2000, como Los Zetas.
Vulliamy aseveró que a diferencia del grupo de Los Zetas, el cual se alimenta del terror, el Cártel de Sinaloa asentó su poder mediante el “patrocinio cacical” que ejerce en su zona de influencia.
“Los nuevos cárteles no son adversarios del capitalismo global, ni siquiera una parodia de ello: son su modelo perfecto”, explicó el escritor, al detallar: “Preparan la escena en nuestro mundo de un capitalismo puro y desatado, siguiendo los pasos del caducado modelo corporativo patriarcal”.
Fuente: Proceso