El Chapo al rescate de México

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Si el PIB expresa el valor de los bienes y servicios de un país, no hay razón para ignorar las actividades ‘non sanctas’

Por Jorge Zepeda Paterson

Hace unos meses la revista Time dedicó su portada al presidente Enrique Peña Nieto con el sugerente título Saving Mexico. A la luz de la decisión de la Unión Europea de contabilizar las actividades ilegales dentro del Producto Interno Bruto (PIB), quizá tendría que publicar una nueva portada con el verdadero salvador de la economía nacional: El Chapo Guzmán y sus colegas.

Tiene lógica esto de incorporar a la contabilidad del PIB el valor estimado de actividades como la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando. Todas ellas generan un impacto económico independientemente de que se trate de actividades ilegales. Si el Producto Interno Bruto expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país durante un período de tiempo (normalmente un año), no hay razón para ignorar las actividadesnon sanctas. Desde siempre hemos sabido que el dinero no tiene moral, ¿para qué mantener la hipócrita costumbre de ignorar la existencia del subsuelo?

La Unión Europea ha pedido a sus miembros que a partir de 2014 los institutos de estadísticas nacionales incorporen los giros negros, por así decirlo. Algunos ministros de economía ya se frotan las manos por el empujón inesperado. Austria, que asumió la medida desde 2010 estimó que tales actividades representaron 0,1% del PIB el último año. No es despreciable, pero esa es Austria. Según el gobierno italiano la nueva contabilidad le permitirá sumar casi 1% a su PIB originalmente estimado en 1,3%.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística de España ha sido cauto en sus estimaciones pero señaló que el valor adicional podría fluctuar entre 1,5 y 3,0% del PIB. Nada mal considerando que las expectativas originales de la economía formal en 2014 para el país ibérico eran de 0,9%.

En materia de actividades clandestinas el país ocuparía el podio en una olimpiada

Hace algunos años las autoridades de la ciudad de México observaron que el Viaducto, una crucial y céntrica vía rápida de la capital del país, se encontraba colapsado. En respuesta se decidió ampliar a tres carriles lo que antes sólo era de dos, pero la inversión resultó prohibitiva por el valor de los edificios que se tendrían que derribar. Un funcionario resolvió la cuestión con una pincelada de ingenio. Una pincelada literalmente. Encontró que los dos carriles eran relativamente laxos, calculó distancias y estimó que en el mismo espacio cabían tres automóviles de manera simultanea. Las obras de ampliación consistieron en unos cuantos barriles de pintura para delimitar los nuevos carriles. La vía rápida más barata en la historia de México.

Algo parecido está a punto de suceder con el gobierno de Peña Nieto. El PRI se comprometió a tasas de crecimiento de cinco y 6% anual en la segunda mitad del sexenio. Pero en 2013, su primer año, el PIB creció sólo 1,1 y se estima que en 2014 apenas rebasará el 2%. La meta de un 5% dentro de dos años requeriría de un efecto milagroso digno de Ochoa, el imbatible portero mexicano. Un milagro que no se advertía de dónde podría llegar hasta que apareció la recomendación de la Unión Europea.

Todavía no está claro cuando adoptará México la medida; algunos países de América Latina consideran incorporar los nuevos criterios de manera paulatina y es probable que la tendencia termine por generalizarse.

Luis Videgaray, el ministro de Hacienda, recibirá las buenas nuevas como oro molido. En materia de actividades clandestinas el país ocuparía el podio en una olimpiada internacional. Las nuevas reglas harían de México un invitado con ametralladora a una fiesta de cuchillos. Se estima que alrededor de la mitad de la población económicamente activa labora en la economía informal, buena parte de la cual hasta ahora escapa al registro de la contabilidad nacional. Y es obvio que durante décadas amplias zonas del país han evitado la crisis gracias a la derrama de la economía clandestina.

¿A cuánto asciende el valor de la droga producida y comercializada? ¿Cuántos mexicanos laboran en la piratería, en los puestos callejeros y tianguis que pululan el paisaje urbano? ¿Cuántas prostitutas existen en el país? ¿Cuántos servicios proporcionan y bajo cuál tarifa? Imposible saberlo, la metodología apenas se está discutiendo en Europa. Por lo pronto, Videgaray puede dormir tranquilo. Desde la cárcel El Chapo viene a su rescate.

@jorgezepedap

Fuente: El País

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