Jaime Rodríguez Calderón llegó a la gubernatura de Nuevo León en buena medida por sus fuertes críticas al gobernador priista Rodrigo Medina y por sus atractivas ofertas de campaña. Ahora argumenta que no conocía la dimensión del desastre en las finanzas y se desdice de sus promesas electorales. Y lleva sólo dos meses en el cargo.
Por Luciano Campos Garza/ Proceso
El arranque del sexenio de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, ha sido titubeante.
En sus dos primeros meses de gestión, colisionó de frente con el Congreso de Nuevo León y tuvo que reconocer el incumplimiento de promesas de campaña como la de eliminar la tenencia vehicular: ahora la respalda con el argumento de que el Estado está quebrado y necesita recursos para aliviar el déficit.
Además debe cargar con el compromiso de la anterior administración con la armadora coreana Kia, próxima a inaugurarse en la Entidad. Rodríguez dice que el pacto es abusivo y lo renegociará, pues a la trasnacional se le regalaron como incentivos miles de millones de pesos.
Pero el mayor problema de carácter político es la sombra del ex gobernador priísta Rodrigo Medina de la Cruz, a quien ‘El Bronco’ responsabiliza de todos los males, pero aún no se anima a llevar ante la justicia.
Con un gobernador independiente, que no puede seguir la costumbre de enviar sus propuestas para que las impulse la fracción de su partido en el Congreso, el PRI y el PAN responden a Rodríguez Calderón con acuerdos previos; juntos forman mayorías simple y calificada para mover como deseen los acuerdos y, en su momento, las leyes.
Para colmo, los partidos y sus dirigentes están rebasados. El PRI viene de perder la gubernatura y el PAN, tercera fuerza política, tiene un nuevo dirigente que carece de liderazgo. La línea que envían a sus bancadas es ignorada. Los que mandan son los diputados.
Ellos decidirán el presupuesto para 2016, que sigue contemplando el cobro de la tenencia vehicular.
En campaña, ‘El Bronco’ ofreció eliminar el impuesto de la tenencia vehicular. “Pagarla o comer bien”, ofreció. Aunque ese cobro fue derogado en 2011 por el presidente Felipe Calderón, estados como Nuevo León decidieron conservarlo
El 10 de noviembre, las siete fracciones del Congreso lanzaron un punto de acuerdo para pedirle que no secuestrara las finanzas:
“Los ciudadanos diputados de la LXXIV Legislatura volveremos a decir claramente: el Gobierno del Estado miente cuando dice que la pretensión de esta soberanía sea reducir su presupuesto para dejar de hacer acciones como la de no dar mantenimiento a escuelas, entre otras.”
El gobernador veía venir el intento de los legisladores de reducirle capacidades para gastar y recaudar, cuando la deuda pública de la Entidad ronda los 100 mil millones de pesos –según ha detectado hasta ahora–, una cantidad superior al presupuesto anual.
El día del punto de acuerdo, Rodríguez Calderón inició una consulta pública para que la ciudadanía opinara sobre la decisión de los diputados de reducir el presupuesto: “Eso nos va a imposibilitar hacer cosas, como reconstruir carreteras, apoyar a estudiantes que necesitan transporte gratuito para que puedan ir a la escuela”, argumentó.
En su cuenta de Facebook pidió que la gente expresara su postura y él tomaría su decisión con base en ella. En su mensaje incluyó una fotografía suya y la pregunta: “¿Aceptamos o vetamos la decisión de los diputados? ¡Decide tú!”.
Marco González, coordinador de la fracción tricolor, le reprochó esa medida:
“No se gobierna en las redes sociales. Esa consulta en las redes es un sueño guajiro porque hay que preguntarle a la gente en los municipios, preguntarle a la gente si quiere un Municipio con baches o sin baches, a las amas de casa por la falta de alumbrado público, si requieren una acción inmediata del alcalde o le van a preguntar al gobernador en redes cuándo les van a poner el alumbrado público.”
Por esos días, Manuel González, secretario general de Gobierno y principal asesor político del ‘Bronco’, se presentó solo en el Congreso para negociar el presupuesto. Lo apabullaron. Los legisladores se dijeron extrañados de que hubiera acudido sin compañía, en un gesto de soberbia.
Sin embargo, fue señal inequívoca de que ‘El Bronco’, que en campaña se mostró alérgico a los partidos, tuvo que interactuar con las bancadas.
Los diputados enviaron a González de vuelta con un mensaje: querían dialogar con el gobernador directamente. Pero éste se negó a recibirlos. La negociación fue rasposa. El Congreso hizo sentir su peso y ‘El Bronco’ tuvo que ceder.
Al final se pactó reducir la tenencia gradualmente, con 20% menos en 2016 respecto de la cuota actual. En 2017 que se descontara 50%, para que desaparezca en 2018. La medida aplicará en unos 600 mil coches cuyos modelos van del 2010 en adelante, de 1 millón 800 mil registrados en Nuevo León. También habrá para todos un alza de 14% en el refrendo.
PRESUPUESTO ENGAÑOSO
El gobernador incluyó en su proyecto de presupuesto un aumento de 100 pesos al refrendo vehicular. Señaló que el dinero servirá “para rescatar a 170 mil jóvenes que están en la calle, y si no los rescatamos seguirá habiendo violencia”.
El panista Daniel Carrillo Martínez, presidente del Congreso local, ha negociado el paquete económico 2016 con el equipo de Rodríguez Calderón. Al legislador le desconcierta que el mandatario presuma austeridad y ahorros, cuando en su propuesta el gasto corriente se incrementa, cuando debería bajar.
Los ingresos se calculan en alrededor de 77 mil millones de pesos (mmp) y los egresos en unos 83 mmp. La diferencia es de 6 mmp, que el Gobierno de Rodríguez Calderón pretende financiar, en parte, con emisiones de deuda por 2.1 mmp del Instituto de Control Vehicular (ICV), que regula y administra el uso y tránsito de autos.
Además, el Estado busca percibir para el año entrante 70.1 mmp, a diferencia de los 68.7 que recibió el presente año.
Según Carrillo, en 2015 el gasto total fue de 75.4 mmp, y se propone que en 2016 sea de 77 mmp, lo que representa un incremento de 2.2%. En lugar de apretar el cinturón, ‘El Bronco’ lo afloja.
Fuente: Proceso