Más que cuestiones comerciales y que suban o bajen las exportaciones de bienes y servicios para los países que eventualmente aprueben y suscriban el Acuerdo de Asociación Transpacífico (ATP), “el problema del mismo es que las imposiciones de Estados Unidos nos van a afectar a todos, particularmente en propiedad intelectual y la industria farmaceútica, pero también en la producción de música, arte…Y en acceso y supervisión de internet”, aseguró Ricardo Núñez, embajador de Chile en México.
Durante 5 años, por ejemplo, se pretende que “no podamos fabricar ni siquiera productos (fármacos o medicinas) de características químicas similares a los ya patentados por las grandes potencias, fundamentalmente Japón y Estados Unidos, aunque éste último quiere que sean 12 años. Eso significa que gente de nuestros países no van a poder acceder a esos productos y, en el fondo, eso son vidas humanas”, advirtió el diplomático, entrevistado en un foro de mujeres empresarias organizado por ProMéxico.
El capítulo 18 del ATP, referido a la propiedad intelectual, “abarca patentes, marcas, derechos de autor, diseños industriales, indicaciones geográficas secretos comerciales”, entre otras formas que los países acordaron, de acuerdo con el resumen ejecutivo del acuerdo que la Secretaría de Economía (SE) dio a conocer hace una semana y que hasta el momento es la única información oficial sobre las negociaciones pactadas.
En cuestión de farmacéuticos, la SE indica que se establecieron disposiciones que “facilitan tanto el desarrollo de medicamentos innovadores para salvar vidas como la disponibilidad de medicamentos genéricos, tomando en consideración el tiempo que las distintas partes pueden requerir para cumplir con estos estándares”.
Se incluyen compromisos para proteger los datos confidenciales de pruebas y otros presentados para obtener una aprobación para la comercialización de nuevos productos farmaceúticos o productos agroquímicos, pero no informa sobre los detalles o plazos pactados al respecto.
Los países firmantes también se comprometieron a proteger los derechos de autor en canciones, películas, libros y programas computacionales e incluso establecer desde sistemas de observancia hasta sanciones penales para la falsificación de marcas, la piratería, el robo cibernético y la videograbación en salas de cine.
Se incluyen en el capítulo “disposiciones eficaces y equilibradas sobre medidas tecnológicas de protección e información sobre gestión de derechos”. Las partes deben “adoptar o mantener un marco de puertos seguros de derecho de autor para proveedores de servicios de Internet (PSI)”, pero la SE acota que tales obligaciones no permiten que dichos puertos dependan de que los proveedores monitoreen actividades infractoras en sus sistemas.
Toca a los Congresos analizar con responsabilidad el acuerdo
Como ha dicho el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, refirió el embajador chileno, el ATP no es sólo un tratado de libre comercio, sino una alianza estrategia de Estados Unidos y Japón para detener el avance de China, así que existe el riesgo de que la preeminencia de esas dos potencias, que son las más industrializadas del mundo, se imponga en perjuicio de las economías emergentes y particularmente de la gente más pobre.
No obstante, el embajador sostuvo que toca el turno a congresos y parlamentos de los países firmantes del ATP, particularmente los de América Latina (Chile, México y Perú), reaccionar, trabajar y estudiar con mucha atención, responsabilidad y a fondo el acuerdo para que no acepten reglas en perjuicio de sus respectivas sociedades, como recordó que ya lo advirtió la misma secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.
En el caso de Chile, Ricardo Núñez expresó que “lo cierto es que no habrá un crecimiento fundamental de nuestras exportaciones hacia Asia. Lo que vendemos nosotros fundamentalmente a Corea del Sur, China y Japón no se va a alterar mayormente con el ATP”.
Aún así reconoció que dada la tendencia mundial de integración de las economías, es un éxito que el ATP agrupe a todos los países de la cuenca del Pacífico que concentran más del 44 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, pero insistió lo importante es que las reglas que se establezcan no perjudiquen a los países y los sectores más rezagados y vulnerables.
En materias primas, dijo, el acuerdo debe garantizar que los principales productos de exportación de cada país, como el cobre en Chile y el petróleo en México, no se vean afectados por competencias desleales o subsidios indirectos. También los temas laborales y medioambientales están en el centro de la discusión pues debe verse cómo se homologan las normatividades de todos los países firmantes para evitar el dumping por la vía de los bajos salarios.
Fuente: La Jornada