Por Alfredo Jalife-Rahme
Diez años antes de la caída del muro de Berlín, el centro de propaganda de Hollywood, muchos de cuyos guiones son controlados por el Pentágono, lanzó la película Apocalipsis ahora (https://bit.ly/2ZnGsuM)”. Pareciera que en su nueva versión, en medio de la dislocación interna de EU y su colisión geoestratégica con Rusia y China, su nuevo protagonista sería Bill Gates, polémico “filántropo (sic)” con discurso misántropo, otrora mandamás de Microsoft, miembro de la cibercracia de la Big Tech: GAFAM/Twitter (https://bit.ly/3brukyv). Un eslabón fundamental del añejo “bioterrorismo”, que se puso de moda tras el montaje hollywoodense del 11/9, es el doctor Richard Hatchett, miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Baby Bush imbuido del belicismo de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa e íntimo del entonces vicepresidente Dick Cheney.
Hoy Hatchett opera desparpajado como jefe ejecutivo de CEPI, financiada por Gates (https://bit.ly/3u7N3Hw), en conspicua asociación con el locuaz cuan errado epidemiólogo Neil Ferguson, del Imperial College de Londres.
Desde 2015, el apocalíptico Gates fue más explícito al rotativo británico The Telegraph: “Sería relativamente fácil hacer la ingeniería ( to engineer) de una nueva cepa de la gripe” combinando una versión que se difunde rápidamente con una que mata velozmente. A diferencia de la guerra nuclear, esta enfermedad híbrida no cesaría de matar una vez liberada (https://bit.ly/2N3oLhx). ¡Mega-uf!
En 2017, Gates había sentenciado en la Conferencia de Seguridad de Munich que el “bioterrorismo podía matar más que una guerra nuclear (https://wapo.st/3beL7nZ)”. En su sugerente página “The Davos Agenda”, Arjun Kharpal retomó la ominosa advertencia de Gates al The New England Journal of Medicine (https://bit.ly/3baI54q) sobre el “daño del bioterrorismo” que exige “inversiones (sic) sustanciales (https://cnb.cx/2ZmQKv1)”.
Casi tres años antes de la pandemia del Covid-19, Gates vaticinó que “la próxima epidemia tiene una buena oportunidad de originarse en una pantalla de computadora (sic)”: sea “por el trabajo de la naturaleza (sic) o las manos de un terrorista (sic)”, por lo que instó a los gobiernos a “prepararse para estas epidemias igual que nos preparamos para la guerra (¡megasic!)”. Agregó que el “mundo necesita un nuevo arsenal de armas, fármacos antivirales, anticuerpos, vacunas y nuevos diagnósticos”. ¡Negocio redondo!
El polémico “filántropo/misántropo” vuelve, seis años después, a la carga con su discurso apocalíptico del “bioterrorismo” más cambio climático (https://bit.ly/2NfDmWy). A pocos días del brote “oficial” del Covid-19 en Wuhan, Gates patrocinó el premonitorio Event 201 al unísono del globalista Foro Económico de Davos y la bélica Universidad Johns Hopkins (https://bit.ly/3cYAk4a).
Lo grave de sus vaticinios apocalípticos es que hasta ahora se ha cumplido el de la pandemia del Covid-19.
En entrevista con la agencia británica Reuters, Gates glorificó a la triada Gavi/Covax/Cepi (https://reut.rs/3dwMSA3). Esta triada se encuentra bajo la égida de Gran Bretaña (GB), cuyos dos ex gobernantes “socialistas” Gordon Brown y Tony Blair confiesan que anhelan imponer un “gobierno mundial” bajo la férula del globalista Foro Económico de Davos (https://bit.ly/2OLdtPp). Gates se pone sensiblemente defensivo frente a las “locas teorías de la conspiración” que lo atacan a él y al no menos polémico infectólogo Anthony Fauci, lo cual se debe a la “combinación de una terrorífica pandemia viral y al ascenso de las redes sociales”. ¿Impulsa Gates la censura en las redes sociales para que no sean escudriñadas sus aventuras farmacológicas?
Como que anda incontinentemente locuaz Gates en últimas fechas cuando suelta sus amenazas apocalípticas en medio de una grave pandemia que requiere de discursos más serenos.
¿Se trata de una amenaza del eje anglosajón a sus dos principales adversarios Rusia y China para advertirles que la dupla EU/GB posee un arma letal para impedir un nuevo orden tripolar que sustituya a su fallido “orden unipolar” globalista?
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Fuente: La Jornada