El adiós

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Por: Pineda Jaimes

Terminó exactamente al revés de como todo mundo se hubiera imaginado.

Ni Brasil fue campeón, ni el gobierno de Dilma Rousseff salió en hombros como ella imaginó, ni hubo carnaval, pero a cambio, tampoco hubo protestas… Hasta el momento.

Lo que venga después del Mundial Brasil 2014 será todo un misterio, pero hay signos que nos permiten imaginar lo que puede venir. La rechifla impresionante a Dilma Rousseff cada vez que aparecía en pantalla, nos permite visualizar lo que se vendrá en Brasil, donde gran parte de la población está muy molesta, por no decir que encabronada con su gobierno.

Durante el Mundial hubo una especie de tregua. La gente dejó de protestar a cambio de que la selección les entregara la anhelada sexta corona, pero eso no ocurrió, así que al no cumplir, como que el pacto queda relevado y lo que venga a estas alturas es un verdadero enigma. Brasil se gastó una auténtica millonada (la cifra exacta pocos la conocen, pero los cálculos van de los 11 a los 13 mil millones de dólares) en aras de ese sexto título que por lo menos tendrá que esperar otros cuatro años. Mientras, la cuenta de la fiesta comenzará a ser pagada por los brasileños, muchos de los cuales ni siquiera fueron invitados a ella. Pero no sólo eso,  sino adicionalmente al derroche que hicieron, ahora también los brasileños deben enfrentar una cruda realidad en el plano deportivo. De fea manera fueron bajados del Olimpo, perdieron algo así como su “virginidad deportiva”, y de pronto, en su fiesta, en su país y con su dinero, se dieron cuenta que no son los dioses del futbol que pensaron ser, sino que de golpe y porrazo se enteran que son tan mortales como la peor selección que haya participado en un Mundial.

De hecho, en “su” Mundial, esta selección tiene el nada honroso lugar de ser de las peores que se recuerde en la historia futbolística.  Con ello,  esta generación pasará al olvido en el panteón de los ídolos, debido a su pésima actuación. Que se den de santos que no tendrán que vivir el calvario que muchos futbolistas de la mítica selección de 1950 tuvieron que cargar: un estigma de perdedores hasta el último día de sus vidas, como le ocurrió al portero Barbosa,  quien hasta su último aliento fue el “hombre que hizo llorar a un país”, al no poder detener el segundo gol de Uruguay con el cual Brasil perdió un torneo que daba por cierto que ganaría. A diferencia de aquel portero que un hecho deportivo le arruinó toda su vida, -al grado de morir en la pobreza total y olvidado por su pueblo, no obstante que para muchos está dentro de los mejores porteros que ha tenido Brasil en toda su historia-, la actual generación tendrá mejor suerte. Seguirán gozando de sus jugosos contratos. Nadie sufrirá del escarnio popular,  y no lo harán porque el actual de Brasil es tan gris, que muy pocos recordarán los nombres de esta selección tan mediocre,  salvo su portero Julio César, y sus defensores Thiago Silva y David Luiz, el resto ni sus luces. Neymar, es otra cosa. Para mí, por supuesto que es un gran jugador, pero nada del otro mundo. Muy, pero que muy lejos de los glorias brasileños. Neymar es una marca y como tal se comporta.

alemania

Termina pues un Mundial más, haciendo válida la sentencia del delantero Gary Lineker a quien parafraseando, podríamos decir que en Brasil se cumplió una vez su sentencia: “el futbol es un deporte inventado por los ingleses, que se juega 11 contra 11, donde siempre gana Alemania”. Y mire que en esta ocasión, los alemanes se la merecían. Son un gran equipo. Son para decirlo simple y llanamente: un equipo, y eso fue el éxito.

Termina pues un Mundial más, donde quedó claro que de ahora en adelante ganarán sólo aquellos que justamente hagan lo que hoy vimos en los alemanes: hacer equipo. Los Ronaldos, los James, los Neymar, los Messi, ganan contratos, no campeonatos.

Y en un deporte y una competencia donde las marcas son las que imponen el rumbo, saber que aún hay equipos que no traicionan al futbol, que respetan sus principios básicos, que trabajan de manera ordenada, y planean su futuro, es algo que se debe agradecer.

En el Mundial de las marcas, la Adidas alemana se impuso nuevamente a la estadounidense Nike…

La FIFA quedó al desnudo, no sólo por la sombra de la corrupción, sino también porque hoy como nunca quedó al descubierto que el arbitraje es su Talón de Aquiles, con pésimas actuaciones, fue una verdadera mancha en este torneo…

El uso de la tecnología es algo que se deberá discutir, aunque en lo particular a mí no me gusta. Creo que el error humano es parte de la emoción de este juego…

Cada vez será más difícil para los países que aspiren a la organización de un Mundial, el poder justificar las millonadas que se invierten sin prácticamente nada a cambio, donde los únicos que ganan o tienen garantizada su inversión son las grandes compañías… ¿Cómo justificar gastar más de 11 mil millones de dólares en un torneo, que además no se ganó?, es algo que llama a la reflexión en un país con tantos pobres…

mundial rusia

La FIFA deberá reconsiderar este tema, pues de seguir la tendencia, sólo países no democráticos, autócratas y millonarios podrán organizar un evento de esta naturaleza, que cada vez se aleja más y más del pueblo y sólo unos cuantos podrán disfrutar…

Prueba de ello son los próximo mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, donde temas como los derechos humanos ni siquiera están en la agenda política y por ejemplo, como mexicanos promedio, ni pensar, ni soñar siquiera poder ir a disfrutar de ninguna de esas justas, pues sólo los millonarios podrán pagar el precio para poder viajar a esos lugares…

El tema de la televisión es otro caso, por primera vez no pudimos disfrutar de la totalidad del Mundial en TV abierta,  al que sólo se tenía acceso total por la vía del pago, y al paso que se va, muy pocos podrán gozar de este deporte…

El futbol es uno de los grandes, grandes negocios de la historia del mundo, donde una empresa –la FIFA- invierte poco y gana mucho, pero debe tener cuidado y no olvidar que si el futbol tiene ese gran éxito, es porque es un deporte que se arraigó en el corazón del pueblo, y olvidarse de ello, simplemente puede llevar a que Hermes, ese dios griego amo y señor de las fronteras y los viajeros, de los oradores, del comercio en general y de la astucia de los ladrones, os hará presa de toda su furia.

Gracias por todo, y si la FIFA lo permite, nos “veremos” en cuatro años.

Buen día y buena suerte.

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