Por John M. Ackerman
El patético enaltecimiento del gobierno de Enrique Peña Nieto por la prensa extranjera refleja la profundidad de la crisis ideológica que hoy afecta a los países dominantes. El desesperado esfuerzo por vender al más obediente hijo del Grupo Atlacomulco como un estadista moderno desnuda la vacuidad de los aparatos ideológicos de Washington. Presentar como un reformador visionario a un presidente cada día más repudiado por su pueblo y quien ha fracasado de manera monumental en reactivar la economía y pacificar al país significa que este concepto ha quedado sin sustancia alguna.
Tal vacuidad ha sido una de las características más notables del gobierno de Barack Obama desde el principio. El presidente que llegó a la Casa Blanca hace más de cinco años con la promesa de gobernar de manera audaz y devolver la esperanza al pueblo estadunidense ha resultado ser un mero administrador de los mismos intereses retrógradas de siempre. El poder del dinero y del complejo militar-industrial se ha ensanchado bajo la supervisión del primer presidente afroestadunidense. Hoy más que nunca Wall Street estrangula la política económica, Halliburton determina la política exterior, Hollywood pervierte las conciencias y Fox News manipula la información.
El desenlace de la situación en Siria el año pasado constituye un excelente botón de muestra con respecto a la pérdida del liderazgo global de los Estados Unidos. La crisis alrededor del uso de armas químicas no se desactivó por las amenazas estériles de Obama y Kerry, sino a pesar de sus tropiezos y por la astucia de Vladimir Putin. Y el caso de Edward Snowden ratifica todos los días la falta de liderazgo estadunidense. La evasión de este valiente denunciante de la justicia estadunidense, junto con el hipócrita control de daños del gobierno de Obama ante las revelaciones de espionaje, desnuda la enorme debilidad del gobierno de Estados Unidos y su absoluta incapacidad de rendir cuentas a la sociedad.
La falta de avances en el Congreso estadunidense respecto de los temas claves para México, específicamente la reforma migratoria y el control sobre la venta de armas de asalto, constituye también un ejemplo más del desmoronamiento de un sistema político que ya no se sostiene en legitimidad democrática alguna.
Toluca es entonces el escenario perfecto para el encuentro este miércoles entre dos simuladores profesionales, Peña Nieto y Obama. Ahí los representantes de Wall Street y de Atlacomulco sellarán públicamente su pacto de sangre, con su par canadiense Stephen Harper como testigo de honor, con el fin de afianzar el saqueo de la economía popular y los recursos naturales en ambos lados del río Bravo.
La revista Time también constituye la perfecta plataforma desde donde oficiar el ceremonial abrazo de Toluca. Esa publicación fue en su momento una revista de enorme popularidad que proyectaba el poderío global de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Pero hoy constituye una revista de segunda, al borde del colapso económico y moral, que refleja la misma decadencia del poder que la ampara. La revista se encuentra en graves problemas financieros debido a una fuerte caída en la cantidad de lectores, suscriptores y anunciantes en los últimos años. De acuerdo con Joshua Macht, antiguo editor y gerente general de la revista, el flujo de información vía Internet ha puesto en grave peligro a la revista ydentro de 36 meses es difícil imaginar que quede en pie algo de la marca Time.
El contenido del más reciente artículo sobre Peña Nieto, que generó amplio repudio en las redes sociales, comprueba la debilidad periodística de la revista. El texto no hace más que reproducir una serie de gastados lugares comunes manufacturados por la Oficina de la Presidencia mexicana y repetidos de manera ciega, acrítica e irresponsable por la mayoría de los corresponsales de la prensa internacional y sus bien pagados analistas oficiales, como Jorge Castañeda, Shannon O’Neill y Duncan Wood, entre otros. Llama la atención que Time no hubiera asignado el texto al reportero que normalmente cubre México, Ioan Grillo, sino que haya invitado a su corresponsal en Washington, Michael Crowley, para redactar el texto. En lugar de privilegiar el conocimiento sobre la compleja situación que hoy se vive en el país, los directores de la revista decidieron privilegiar la perspectiva desde Washington.
Ahora bien, el hecho que un presidente tan débil e ineficaz como Peña Nieto constituya el ejemplo a seguir para el imperio abre una gran oportunidad para la construcción de liderazgos, movimientos y acciones desde la sociedad mexicana y en el mundo entero. Este miércoles el rey se paseará desnudo por las calles de Toluca presumiendo sus nuevos trajes de seda importados de Washington, mientras el pueblo mexicano entero se ríe a carcajadas. El desmoronamiento de la legitimidad internacional de Estados Unidos facilita la construcción de nuevas contrahegemonias en el futuro cercano.
Twitter: JohnMAckerman
Fuente: La Jornada