El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que los cardenales serán convocados el 1 de marzo, ya en periodo de Sede Vacante, para que asistan a las congregaciones previas al cónclave. El cónclave se iniciará antes del 10 de marzo, según la promulgación de Benedicto XVI que permitió adelantar los tiempos.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que los cardenales serán convocados el 1 de marzo, ya en periodo de Sede Vacante, para que asistan a las congregaciones previas al cónclave y que a partir del día 4 sea la primera reunión cardenalicia con vistas a la sucesión.
El papa Benedicto XVI seguirá llamándose Su Santidad y tendrá el título de “Papa emérito” o “Romano Pontífice emérito”, informó Lombardi.
Una vez que renuncie, Benedicto XVI vestirá sotana blanca, sencilla y seguirá usando los zapatos que le regalaron durante su viaje a México, del pasado año “que son tan cómodos y tanto le gustan”, precisó Lombardi.
Benedicto XVI, que dejará de ser papa a las ocho de la tarde de Roma del 28 de febrero, se llevará a la residencia de Castel Gandolfo, donde se alojará los próximos meses, sus documentos privados, mientras que los del Pontificado quedarán en el Vaticano para ser archivados.
Lombardi dijo también que los cardenales serán convocados el 1 de marzo, ya en periodo de Sede Vacante, para que asistan a las congregaciones (reuniones) previas al cónclave y que visto que ese día es viernes, lo más probable es que la primera de ellas se celebre a partir del día 4, a la semana siguiente.
El cónclave, antes del 10 de marzo
El “Motu proprio” promulgado por Benedicto XVI da a los cardenales la potestad para adelantar el comienzo del cónclave antes del 10 de marzo, según ha explicado el secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y catedrático de Derecho Canónico, Rafael Navarro Valls.
En declaraciones a la Cadena Cope, Navarro Valls ha indicado también que la nueva reunión del colegio cardenalicio para la elección del nuevo pontífice incluye “muy pocas novedades” respecto a normativas anteriores. Entre las aportaciones de Benedicto XVI al cónclave ha destacado la que recoge “la excomunión automática para cualquiera que infrinja el secreto absoluto y perpetuo por lo que directa o indirectamente tenga que ver con la elección del nuevo Papa”.
Por otra parte, ha señalado que se mantiene la norma de que haya cardenales que puedan excusarse de asistir al cónclave “por enfermedad u otro impedimento grave. Sin embargo, ha recordado también que se mantiene la obligación de que “bajo ningún pretexto o motivo” puede impedirse o votar ser elegido a los cardenales electores.
El catedrático de Derecho Canónico también ha señalado que la histórica renuncia de Benedicto XVI es, a su juicio, “la mayor caída de poder en toda la historia”. Así, ha explicado que, cuando se haga efectiva la renuncia, perderán el poder todos los prefectos y Benedicto XVI que deja de ser Vicario de Cristo en la Tierra, Obispo de Roma, jefe del Estado Vaticano y deja de ser depositario de la jurisdicción ordinaria que corresponde a la potestad primacial”.
De este modo, durante el periodo de sede vacante que se abre este jueves, a partir de las 20:00 horas, los únicos que conservarán sus cargos serán el Cardenal Camarlengo, el Penitenciario Mayor, el Cardenal Vicario de Roma y los Nuncios y el Gobierno de la Iglesia pasará a corresponder al Colegio de Cardenales hasta la elección del nuevo Papa.
En cuanto a los posibles problemas de convivencia entre el Papa saliente y su sucesor, Navarro Valls se ha mostrado convencido de que, “conociendo la prudencia de Benedicto XVI, no pasará nada” y de que “no se convertirá en un competidor porque no puede volver a atrás la renuncia presentada y por tanto se convierte tan sólo en un Obispo de la Iglesia Católica”.
Fuente: EFE y EuropaPress