La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) determinó tras sus investigaciones que ocho elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ejecutaron a 15 de las 22 personas que murieron tras los hechos de violencia ocurridos el pasado 30 de junio en Tlatlaya, Estado de México.
En conferencia de prensa, el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, manifestó que esta constituye una de las peores violaciones a los derechos humanos cometidas por elementos de las fuerzas armadas.
Explicó que los 15 civiles -entre quienes se encuentran dos adolescentes de 17 años de edad- fueron privados de la vida por militares, luego de que ya se habían rendido y estaban sin armas.
El resto de las personas, informó, murieron presumiblemente en medio de un intercambio de disparos.
Dijo que en un principio se habló de que las 22 muertes se produjeron a raíz de un enfrentamiento debido a que esa fue la información que la Sedena había dado a conocer.
Sin embargo, explicó que durante las indagatorias pudo conocer que los cuerpos y la escena de los hechos fue manipulada por los soldados involucrados para hacer parecer que en efecto todas las personas habían fallecido durante un enfrentamiento.
Señaló que autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México obstaculizó la entrega de imágenes para poder realizar las investigaciones.
El ombudsman nacional indicó que pese a ello, ninguno de los militares involucrados tiene un proceso penal abierto por homicidio.
Ante estos hechos, Plascencia Villanueva emitió la recomendación 51/2014, mediante la cual solicitó a la Sedena, a la Procuraduría General de la República y al gobierno del Estado de México, para que se repare el daño a los familiares de las víctimas y a las sobrevivientes.
Fuente: El Universal